Escuchas telefónicas: la trama secreta de la quema del juzgado de Viedma

Las escuchas telefónicas integran cinco de los veinte expedientes de la causa penal del incendio a los tribunales de Viedma.

Esas grabaciones conforman pruebas centrales en la hipótesis de la Fiscalía, a cargo de Itziar Soly. La teoría de la funcionaria: la quema se originó en el accionar de cuatro personas y se cumplió por encargo y con el pago de un tercero. Identificó a siete partícipes directos e indirectos.

Con las acusaciones y defensas, el juez Ignacio Gandolfi evaluará esa conjetura fiscal y resolverá la situación procesal de seis imputados durante lo que queda de agosto. El séptimo –Gustavo Morales Paz– todavía no fue indagado, fue convocado para el 18 de agosto y su situación seguramente será evaluada después por el magistrado.

Por ahora, hay cinco detenidos. Tres presentan antecedentes penales, son Ivan y Fabricio Colman, y Ricardo “Chanchi” Becerras. Hay un policía, Gustavo Salinas, con funciones en la comisaría Nº 34 del barrio 20 de junio, y una abogada, Daniela Vivas.

El único libre de los seis indagados es Ignacio Galiano, un letrado de Viedma, joven pero conocido por sus problemas penales. Tiene dos procesamientos por estafa, uno por defraudación a mutuales en trámites en la administración pública. Aquí aparece ligado al incendio por su presunta actuación intelectual, es decir, el encargo del hecho.

A principios de agosto, Gandolfi dispuso aquellas detenciones después de esas indagatorias, a partir de solicitudes de la fiscal Soly. Este requerimiento no alcanzó a Galiano, a pesar de su fuerte acusación. Hay una explicación oficial: cumplió con anteriores restricciones judiciales. Pero, hay una razón estratégica en esa determinación.

El expediente del incendio registra 20 cuerpos, superando los 4.000 folios. Cinco están compuestos por CD y las correspondientes desgrabaciones de comunicaciones telefónicas de Galiano con los imputados. Las conversaciones evidencian un fuerte vínculo entre ellos, con labores compartidas y compromisos pendientes.

Hay cientos de fotos captadas de los videos registrados en la madrugada del 26 de julio por las cámaras callejeras en Viedma. Algunas aportan registros coincidentes con los imputados. Entre ellas, la Justicia puso atención a las imágenes reproducidas por una cámara frente a la Jefatura.

El ingreso a la sede judicial se produjo por un portón del bloque radical, lindero a la sede policial. Las figuras de los videos derivaron en reconstruir el hecho (saltar el portón) con los imputados para después cotejar esas siluetas con las existentes de la noche del incendio.

Otros resultados valorados corresponden a las pruebas odorológicas. Está técnica criminalística se encarga de detectar y recolectar las huellas olorosas dejadas en el lugar de los hechos. Toda persona al estar en un sitio, o si tiene contacto con algún objeto, sea tocándolo o rozándolo, deja su olor, que es típico, característico. Se trata de una firma química, aseguran sus especialistas. Habría conclusiones coincidentes con los imputados.

La investigación se inició con un fallido propio de amateurs. Los bomberos y la policía apagaron las llamas, y se fueron convencidos de un incendio accidental. Recién a media mañana, una recorrida permitió hallar un bidón de combustible en una oficina lateral del juzgado. Ya era tarde para la recolección de huellas dactilares. Algunas pudieron recogerse en las barandas de las escaleras.

Ese yerro fue determinante en la disponibilidad de ciertos elementos probatorios. Y dejó un absurdo que marca a la Justicia rionegrina. La jueza del STJ, Liliana Piccinini –hoy presidenta– advirtió rápidamente el desatino al llegar lugar y expuso su enfado a los presentes, entre ellos, la fiscal inicial Paula Rodríguez Frandsen.

I. Galiano llama a un hombre de Neuquén (NN) 21/9/15, 19:47

NN: Ignacio, dame una buena noticia.

IG: Si. Tengo una buena noticia. Tengo un muchacho que tiene dos palos en verde para voltear.

NN: ¿Y cómo se lo sacamos?

IG: El lugar no tiene cámara de seguridad, tiene una caja fuerte chiquita. Es una concesionaria con venta a la calle.

NN: Habrá que ir a reventarlo.

IG: Bueno… ¿Tenés a alguien para reventarlo?

NN:Si. Dejamos que hable con mi equipito de gente.

IG: El lugar está fácil y yo puedo hacer de chofer porque conozco la zona.

NN: Buenísimo. ¿Y la caja se la puede llevar o hay que cortarla ahí?

IG: No, es chiquita. Se puede arrancar.

NN: ¿Está pegada al piso, está empotrada?

IG: Está empotrada con un pedacito de pared. Yo tengo todas las herramientas necesarias, ganzúas grandes, taladros.

NN: Habrá que irse para allá y estudiarla entonces…

Policía G. Salinas llama a Fabricio Collman

28/9/15, 21:13

FC: Que hacé (sic) loco…

GS: ¿Cómo andás Fabri?

FC: Todo tranquilo…

GS: Te llamé por dos cosas, porque ando con un cuchillo tuyo y la campera.

FC: ¿No lo viste al gordo?

S: Ahora lo voy a pasar a ver al boludo ese…

FC: ¿Qué te solucionó?

GS: Nada, porque anda haciendo magia…

FC: Anda haciendo magia para juntar…

GS: No sé de dónde va a sacar plata, pero necesito sacar guita de donde sea.

FC: A mí más vale que me arregle porque se terminó la conversación.

GS: Para lo único que me llamó era para ver si le llevaba el auto a otro mecánico…

FC: “Timbrealo” al gordo, que vaya achicando la parada mía, que me junte una platita, porque me está agarrando una depresión que en cualquier momento activo… ya le hablé pero no sé que excusa busca… tiene suerte de que le estoy hablando y que no voy a la casa.

Ignacio Galiano llama al policía G. Salinas

1/10/15, 18:37

IG: Te preguntaba en serio lo que te digo de Fabricio, no hay ningún milico que le interese sumar puntos.

GS: Yo llamo a uno que tengo ahí en la Brigada.

IG: Es algo para sumar puntos lindos. Si quieren salir en los diarios, tiene dos pedidos de captura…

GS: Por eso te digo, ahora lo llamo a Juan Carlos (R.), que me lo pidió la otra vez…

IG: Ah, ¿él sabía?

GS: Sí, la otra vez me lo pidió. Pero yo no le quise decir nada.

IG: ¿Qué te pidió?

GS: Si sabía qué datos le podía dar del loco, si estaba limpio o no…

IG: Levantalo, levantalo. Decile que vos tenés información fehaciente de que él fue el que prendió fuego el juzgado. Todo decile. Yo te salgo de testigo… Me lo quiero sacar de encima. Decile que el abogado de él sabe bien cómo prendió fuego, pero que el abogado no tiene nada que ver en el tema… yo voy a declarar… no tengo problemas.

Los bomberos y la policía apagaron las llamas, y se fueron convencidos de un incendio accidental. Luego encontraron un bidón de combustible.