Piedras Coloradas: relax de cara al mar, a 5 kilómetros de Las Grutas

El mar sube de a poco colmando la costa, y la espuma dibuja caprichosas formas al ganar la arena. Sentados sobre las piedras, que parecen más rojizas bajo el sol, varios turistas miran el paisaje, abandonados al relax. La quietud que los embarga crea una postal perfecta, y sólo el sonido del mar y la fuerza de la brisa interrumpen ese instante de calma.

Así es Piedras Coloradas, el balneario ubicado a 5 km al sur de Las Grutas que por años fue el preferido de quiénes buscaban alejarse de las aglomeraciones de las playas céntricas. Y aún hoy, pese a que su belleza se convirtió en un secreto a voces y cada verano cosecha más visitas, resguarda ese perfil austero que tanto disfrutan los que lo eligen.

La naturaleza aporta lo suyo para que este rincón tenga un sello distintivo. Primero, por la presencia de una arena suave que tapiza la costa y se convierte en médanos que se multiplican en toda su extensión. Y por esas rocas que le dan su nombre, que le deben su color a un mineral llamado feldespato, y aparecen a cada paso, con sus bordes redondeados. Como formando recodos que invitan a reclinarse, mientras el mar ruge lejos.

Los servicios

A sus encantos, se suma también la vasta oferta de servicios, que incluye desde paradores completamente equipados hasta una imperdible biblioteca de adobe, que es el centro de la ‘movida’ cultural que se propone durante todo el verano desde este balneario. Es que no sólo es un placer visitar el espacio de la ‘biblio’, sino también ‘prenderse’ en algunas de las actividades que se ofrecen, que incluyen desde lecturas a la caída del sol hasta visitas de ‘cuentacuentos’ y artistas independientes.

En materia de gastronomía, los paradores ofrecen platos sabrosos para compartir junto al mar, y el simpático kiosquito ubicado detrás del gran médano que divide en dos la costa también expende jugos, frutas y opciones saludables.

Los que adoran pasar todo el día al aire libre, tienen la opción de alquilar algunas de las rústicas carpitas que se alinean brindando sombra y cobijo junto al agua. El arriendo diario sale $250.

Pero si la idea es sumarle un poco de adrenalina al programa playero, una opción divertida es alquilar una tabla de sandboard, que son las que se utilizan para “surfear” los médanos. El costo es de $100 la hora. Una buena manera de que grandes y chicos le saquen el jugo al entorno, aprovechando la altura de las dunas.

Por lo demás, la serenidad del entorno es ideal para los que buscan ‘desconectarse’ a través de largas caminatas, que pueden terminar dándose un gustito en alguno de los paradores, que al culminar el día siempre suman tragos y algún bocadito fresco para paladear mirando la puesta.

Un buen refugio para el relax. Las piedras cobijan a los turistas.

Todo en la costa para que disfrutes: kiosco, paradores, una biblioteca de adobe con movida cultural y alquiler de carpas y tablas sandboard.

Alquiler de carpa

“Pasa el tiempo pero Piedras Coloradas no pierde su esencia. Ayer y hoy, la belleza y la tranquilidad de sus playas siguen intactas”.

Nora, prestadora de uno
de los tradicionales paradores.

Clásicos: pesca artesanal y trotes

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Todo en la costa para que disfrutes: kiosco, paradores, una biblioteca de adobe con movida cultural y alquiler de carpas y tablas sandboard.
$ 250: cuesta por día el alquiler de una carpa y un par de sillas. Una tabla de sandboard sale
$ 100 la hora.; “Pasa el tiempo pero Piedras Coloradas no pierde su esencia. Ayer y hoy, la belleza y la tranquilidad de sus playas siguen intactas”.; Uno de los encantos es curiosear la operatoria de las lanchas de pesca artesanal, que al caer la tarde regresan de su jornada en el mar. Las embarcaciones amarillas repletas de fresca mercancía, se roban las miradas de los turistas, que siguen las maniobras de descarga.; Otro clásico: los caminantes y corredores, que toman el sector como punto de arribo de sus circuitos iniciados en las bajadas céntricas.