El caso de la ventana

Roca

El domingo leyendo “Río Negro” en un café me encontré con un artículo que me llamó la atención: “El insólito caso de la ventana que costó $3 millones y llegó a la Corte”.

Como viejo vecino de nuestra querida localidad me sorprendió que ocurran este tipo de aberraciones acá, siempre reniego de las injusticias que ocurren en las grandes ciudades y la falta de empatía que genera la alienación urbana y rescato al interior como ambiente más humano y solidario.

El caso muestra a la justicia aplicada de manera desigual y con saña sobre un pobre hombre mayor. Semejante desmesura no es propia de la justicia, es más bien una venganza, el daño se reparaba de manera más expeditiva aplicando una multa por la contravención y listo, pero se decidió ir hasta las últimas consecuencias poniendo en riesgo el techo de un vecino roquense. Estamos ante un hecho de inseguridad jurídica y ciudadana. Si por no cerrar una ventana un juez puede sacarte el departamento y dejarte en la calle, ningún vecino puede sentirse seguro de acá en adelante.

Cerré el diario indignado, vuelvo a casa y cuando voy a mostrarle a un amigo la nota en la versión web, ¡nos encontramos con los comentarios! La gente festejaba el atropello, exigía que se castigue quien estaba a punto de perder su vivienda a manos de especuladores financiero/judiciales. Su único argumento: el hombre era un exjuez y por ello debía ser castigado.

Azorado por la sociedad en que vivimos (no encontré un solo comentario que se solidarice con el vecino que estaba a punto de ser despojado de su hogar) y por las instituciones que deberían resguardarnos, terminé mi domingo preocupado por mi futuro y el de mis hijos. Merecemos otra Justicia y otra sociedad, pero no la vamos a tener cruzados de brazos sino defendiendo a quien es avasallado en sus derechos.

Ángel Fernández
DNI 10.913.061