Colapso en el Ipross a solo diez días de lanzar los cambios en farmacias

Las nuevas reglas para confeccionar recetas y aplicar el porcentaje de cobertura generan confusión. Además hay tediosas esperas en las delegaciones de la obra social para cumplir con el reempadronamiento de afiliados con enfermedades crónicas.

Los cambios en el sistema de cobertura de medicamentos se transformaron en un boomerang para el Ipross.

El esquema fue presentado como un beneficio para los 155.000 afiliados, pero en sus primeros diez días de vigencia los problemas fueron en aumento, generando tensas situaciones en las delegaciones de la obra social.

En Viedma el hartazgo se hizo sentir en las poco acogedoras oficinas que el Instituto asignó para el reempadronamiento de afiliados con enfermedades crónicas y beneficiarios de planes especiales.

Un importante número de afiliados no salía ayer del asombro al tener que esperar pacientemente en la vereda de Urquiza al 500 para completar con el engorroso trámite que, según algunos de los afiliados, aún no tienen cobertura porque deben esperar 90 días.

En Roca el panorama es similar.

“Mi mama tiene más de 70 años y es jubilada docente. Ayer fue a empadronarse a la obra social, con motivo de tener los remedios para pacientes crónicos. Dieron 100 números, estuvo cuatro horas parada, llegaron a atender hasta el número 42 y a las 12.15 dijeron ‘bueno, hora de cerrar’. Ella tenía el número 52. Imaginá cómo se sintió y cómo estaban los otros afiliados que tenían números más altos”, describió Sebastián a “Río Negro”.

Cabe recordar que desde el 1 de octubre el Ipross modificó el esquema de prestaciones en farmacias, pasando a un sistema en el que cada afiliado debe elegir el medicamento que llevará y de acuerdo a su precio, el porcentaje de cobertura de la obra social varía. Los más caros tienen menos porcentaje, aunque se prevé que el descuento nunca sea menor al 50%.

Una de las claves del sistema es que las recetas deben ser por genéricos y no por marca comercial, pero eso -según informaron desde el Colegio de Farmacéuticos en Roca- no está ocurriendo en muchos casos y los beneficiarios deben ir y venir entre farmacias y consultorios.

El cuello de botella para asistir a la cobertura farmacéutica también está causando perjuicios a pacientes discapacitados, cuyos planes de atención se otorgaban al 100% y con el nuevo esquema, se cortaron. En consecuencia, las familias tienen que abonar parte del costo de su bolsillo y esperar el reintegro de la obra social provincial.

“Me parece una barbaridad y una locura que tengamos que dar los datos en un nuevo listado y que sea por un año, cuando con una orden ya está (en pacientes crónicos)”, dijo Patricia, una afiliada viedmense que tuvo que esperar varias horas para ser atendida.

A su lado, Gladys que tuvo que dejar su madre al cuidado y estaba apurada por ir a cocinar, se resignó señalando “te la bancas hermano……, sino te pegás un tiro… siempre hubo burocracia”. Otro indignado –Tito- calificó a la situación de “vergonzosa”.

A sabiendas de lo que ocurría con la acumulación de personas en las oficinas de la obra social, alguien tomó un teléfono y de repente aparecieron observadores de la Defensoría del Pueblo.

Los enviados tuvieron que escuchar los reclamos en virtud de que algunas farmacias están demorando la entrega de especialidades, y luego hicieron gestiones antes los empleados para colocar sillas en la vereda, dado de que una importante masa estaba compuesta por adultos mayores que permanecían parados.

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En la delegación roquense del Ipross dos empleados están a cargo del reempadronamiento de afiliados y esta semana fue evidente que se vieron desbordados.

Ocurre que además de cumplir con ese rol, deben responder a las numerosas dudas que plantean los beneficiarios de la obra social sobre la cobertura en farmacias.

“En las cuatro horas que mi mamá estuvo esperando parada pudo ver distintas situaciones, entre ellas gente llorando porque no le cubrían los remedios, porque lo que antes se cubría en un 70% ahora se cubre en un 50 % y solo de con genéricos”, contó Sebastián.

Otra situación confusa se dio con la nómina de prestadores. “No se sabe quién, pero alguien en la obra social estuvo diciendo a los afiliados que sólo una farmacia estaba trabajando con Ipross y eso complicó más las cosas, porque no es así y muchos creyeron que tenían que cruzar toda la ciudad para tener cobertura”, describió el hijo de la jubilada docente que dialogó con “Río Negro”.

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En el Colegio de Farmacéuticos también están molestos con el nuevo escenario, sobre todo luego de las declaraciones del presidente saliente Claudio Di Tella en relación a que los farmacéuticos no saben leer las nuevas recetas.

La presidenta de la entidad de prestadores, Valeria Guidi, sostuvo que al programa “lo largaron verde” pues “hay mucha desinformación, la capacitación (a los empleados) no fue la suficiente, y los pacientes van y vienen”.

Reveló que “arrancaron con una normativa estricta (en relación a la confección de recetas), y nosotros seguimos al pie de la letra (con rechazos) porque encima que pagan mal, temíamos que debiten las recetas”.


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