Fontenla y el estreno mundial de su única ópera
Satisfecho, con 40 obras en su haber y la ópera "Sonata de primavera" realizada por un equipo de profesionales, Jorge Fontenla sigue sorprendido por el éxito y lo cuenta a "Río Negro".
Jorge Fontenla estrenó en el Teatro Argentino de La Plata, a sala llena, su ópera «Sonata de Primavera» sobre libreto de su hijo Alejandro Fontenla, basado en la obra de Ramón del Valle Inclán.
Un trabajo que llevó dos años intensos de preparación, para el que contó además con colaboradores como el notable maestro de piano A. Corral, y el prestigioso regista Constantino Juri, con quien tuvo lo que define como una feliz actividad en Roca, donde entre música y teatro, «pusimos la semilla de algo maravilloso».
-¿Cómo surge esta idea de una ópera?
– El nombre de la ópera está tomado de la novela de Ramón del Valle Inclán, que tomó mi hijo Alejandro como base para el libreto. La idea surgió en primer lugar porque Valle Inclán es un modernista español muy valorado internacionalmente, muy personal. En su época promovió una nueva escuela.
Aunque también hay que decir que mi hijo, que es licenciado en literatura española, me aconsejó que leyera varias obras de este escritor, y viera cuál me parecía la más indicada, entonces leí «Las cuatro estaciones», que son las memorias del marqués de Bradomin, un personaje extraordinario, que fue fundamental en su producción.
Es un Don Juan muy español, distinto al de Tirso de Molina y otros. Un Don Juan muy católico, feo, miembro de la guardia suiza y delegado papal, por sobre todo un gran acosador.
Sobre esa vida imaginaria Valle Inclán crea las sonatas que corresponden a la estaciones o distintos períodos de la vida del marqués, la de primavera es la juventud.
Pero también hay otra razón de elegir la obra, y es que Valle Inclán nació a seis kilómetros de la casa natal de mis padres, en Villa García Arosa, Galicia, cerca de las rías, en un pueblo de pescadores del que me enamoré cuando fui de visita. Entonces están las connotaciones queridas de familia, y me pareció entonces un justo homenaje a mis padres, a los que está dedicada la ópera.
Me gustó la idea de este personaje Don Juan, tan conocido y tomado por otros, pero de un talante diferente, además creo, que es la primera ópera que se escribe con una obra de Valle Inclán.
– ¿Cómo fue el trabajo?
– La labor conjunta con mi hijo fue discutir las características de libreto, previa lectura que él hizo de toda la obra del escritor, para ver el estilo, incluso su adaptación al teatro y el canto, porque la palabra cantada tiene otra dimensión y hubo que hacer ajustes.
Luego me puse a hacer la música, que está planteada de acuerdo con libreto en dos actos y 28 escenas. Cada acto está precedido de un preludio, quiere decir que la obra tiene 30 fragmentos en total con una duración total de dos horas. Me puse a buscar la identidad musical que corresponde a cada uno de los personajes principales que son cinco, la protagonista Rosario, el mayordomo de palacio, intrigante, esperpéntico, la princesa hermana de un obispo que muere y el joven Javier, enviado papal, además de interactuar con el anciano marqués, (una suerte de desdoblamiento), y personaje principal de presencia constante y simbólica. Luego hay una niña que muere y resulta un detonante de estas pasiones.
El argumento basa su crítica en la sociedad estructurada, el clericalismo teñido de fanatismo y su relación con la nobleza..
La música pone en relieve la trascendencia de la palabra, no l hace con barroquismo, sino que es palabra entonada, como un recitativo expresivo, no a la manera de los maestros del barroco o la ópera italiana. Tiene que ver con Mussorgsky y su «Boris Godunov», y la idea de colocar una nota para cada sílaba, es el estilo prosódico que se diferencia del melismático.
Algo que también hizo Debussy en su «Pelleas y Melisande».
Esto con referencia a lo vocal, pero en lo demás utilizo todos los recursos que dispone un compositor contemporáneo y sobre todo le doy a la orquesta y al coro un gran rol protagónico.
Esfuerzo y satisfacción
“Creo que estuve muy presionado por la doble responsabilidad del compositor y director de su obra”, dice Fontenla, quien tiene 40 obras en su haber y piensa que ésta es el primera y última ópera de su carrera. “Fue un trabajo de locos” define los dos años que llevó la preparación de “Sonata de Primavera”. Pero se sorprendió, “inesperadamente fue un éxito, porque mucho apuntaban que era una obra de autor argentino y no iba a tenerlo, fue todo lo contrario, y al final hubo una ovación”. Dice el maestro que confía que fue el efecto del creciente dramatismo de la ópera. Para prepararla contó no sólo con el “excelente pianista Corral, que preparó los ensayos de escena sino de un elenco notable de jóvenes valores, muchos conocidos. Por ejemplo Norberto Marcos, Gloria Sopeña, Cecilia Layseca, Pilar Aguirre, Alberto Jáuregui y otros artistas argentinos. Que “después de la confusión primera de un ópera nueva se identificaron totalmente con la obra”. También confió con “la vitalidad y experiencia” del maestro Constantino Juri en la escenografía. Ambos estuvieron mucho en Roca, “colaboramos a poner buenos cimientos para algo maravilloso, pero allí hay un líder como Tilo Rajneri, que es un hacedor de cosas imposibles” dice el maestro Fontenla, quien ahora prefiere descansar un poco de la dirección orquestal y seguir con su pasión de componer.
Julio Pagani
Jorge Fontenla estrenó en el Teatro Argentino de La Plata, a sala llena, su ópera "Sonata de Primavera" sobre libreto de su hijo Alejandro Fontenla, basado en la obra de Ramón del Valle Inclán.
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