Bonitasaura, el nuevo 'dino' rionegrino

Vivió en la región hace unos 65 millones de años.

BUENOS AIRES (ABA).- Durante su juventud, Don Parodi se sentaba en un campo de La Bonita a vigilar cabras. El paisano de unos setenta años, oriundo de Cerro Policía, no sabía que lo que él utilizaba como asiento era el fémur de un Bonitasaura, un dinosaurio saurópodo de nueve metros de largo que había vivido millones de años antes.

«El nos llevó hasta la zona donde se realizó el hallazgo», cuenta el paleontólogo Sebastián Apesteguía, quien ayer expuso los fósiles encontrados, que pertenecen a una especie de características únicas en el mundo y que se extinguió a fines del Cretácico (alrededor de 65 millones de años atrás).

Mientras la mayoría de los jóvenes eligen enero para pasar sus vacaciones, un grupo de estudiantes de paleontología de diferentes universidades del país aprovecharon ese mes -el único del año en el que no tienen finales- para realizar dos expediciones: una en el 2003 y la otra en el 2005.

«En general uno encuentra muchos huesos inservibles, que están muy expuestos y convertidos en astillas, por lo cual no son útiles. Entonces buscamos algunos huesos que nos puedan dar una pauta de que habría un esqueleto mejor preservado», dice el paleontólogo.

Sobre el reciente hallazgo, realizado por el equipo de exploración del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires y la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, Apesteguía cuenta que «el Bonitasaura era un dinosaurio herbívoro de cuello largo» y destaca que «lo importante es que se halló prácticamente un 70 por ciento del esqueleto».

El investigador detalla que se encontraron «partes del cráneo y la mandíbula, algo que es raro porque en general uno de los misterios de estos dinosaurios es que siempre hay partes del esqueleto pero nunca el cráneo». Entre los saurópodos, el más completo que se conoce, fue hallado en Rincón de los Sauces. De ese bicho -un titanosaurio- se encontró el 90% de los huesos.

Lo más interesante del Bonitasaura es la forma de su mandíbula porque da la pauta de qué distinta era esta especie. Su mandíbula es cuadrada y tenía dientes pequeños en la parte anterior, que se reemplazaban continuamente.

Además tiene una lisa cuchilla de hueso, que en vida estaba cubierta por un material parecido al de nuestras uñas o el pico de los pájaros y que funcionaba como una guillotina para cortar las ramas pequeñas y duras sin gastar los dientes.

El Bonitasaura pertenece a los saurópodos, que constituye el grupo más común de dinosaurios del período Cretácico que se hallan en Argentina. Los Bonitasaura eran grandes dinosaurios herbívoros que vivían en rebaños numerosos para defenderse de los carnotauros, aucasaurios y otros depredadores.

Otros pequeños animales que convivían con ellos eran los cocodrilos folidosaurios y tortugas de río, que son parecidas a las actuales. Si bien Don Parodi especificó el lugar donde estaba el fémur del Bonitasaura, eso apenas fue el comienzo de la investigación.

«Para encontrar un fósil se caminan horas y horas -asegura el paleontólogo-. El mecanismo que los grupos utilizan para las expediciones es el siguiente: llevás la cantimplora, una bolsita con pinceles y otras herramientas, y de ahí en más sólo te queda patear. Ponemos una hora de encuentro y cada uno va por su lado». Durante el recorrido, los paleontólogos suelen estar solos, caminando pacientemente a la espera del hallazgo, que nunca se sabe si llegará o cuándo sucederá. De un instante a otro pueden pasar de no tener nada al gran descubrimiento.

«Una vez me pasó de estar caminando bajo el sol, por un lugar donde había rocas. En un momento me choqué con una y seguí caminando -relata Apesteguía-. Después, rememorando la forma de la roca, me dí vuelta y ví que sobresalía un fémur de dinosaurio, que era con lo que había chocado».

Juan Ignacio Pereyra


BUENOS AIRES (ABA).- Durante su juventud, Don Parodi se sentaba en un campo de La Bonita a vigilar cabras. El paisano de unos setenta años, oriundo de Cerro Policía, no sabía que lo que él utilizaba como asiento era el fémur de un Bonitasaura, un dinosaurio saurópodo de nueve metros de largo que había vivido millones de años antes.

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