Recuperó el DNI que le habían usurpado

El cipoleño Miguel Abraham podrá votar después de 20 años.

CIPOLLETTI (AC).- «Es éste», le dijeron. Entre la sorpresa, la alegría y quizás un poco de duda, Miguel Abraham tomó el DNI tímidamente entre sus manos y empezó a recorrer las distintas hojas, mirando cada detalle. Iba y venía, pasando desde la portada hasta la última inscripción. Hasta que lo cerró, levantó su mirada y expresó: «Por fin».

La sonrisa ya se dibujaba en sus labios y en los de su mujer, Nancy Jara, quien no dudó en acompañarlo a las distintas delegaciones para que pudiera recuperar su única identidad. Fue un momento esperado, pero no el fin de la lucha.

Si bien ayer la directora del Registro Civil, Graciela Aun, le entregó en persona a Miguel Abraham el quintuplicado de su documento, la Justicia todavía tiene varias cuestiones por resolver: para la ley, todavía Abraham está casado con una mujer a la que no conoce y tiene dos hijos que no son suyos.

La historia de este colectivero cipoleño traspasó las fronteras de la provincia cuando este diario publicó todo su peregrinar desde que Gustavo Jara, un ex compañero de trabajo de origen chileno, le sustrajo su DNI para permanecer en el país, hace veinte años.

Jara sacó un triplicado del DNI original. Con ese documento se casó, anotó a sus dos hijos, trabajó durante años y hasta votó.

Abraham recién se percató de la «anormalidad» cuando intentó votar con su duplicado, y luego cuando se quiso casar. «No señor, usted ya está casado, le dijeron». Su duplicado no servía.

Pero ahora las cosas empezaron a cambiar. Ayer la directora del Registro Civil se presentó en la delegación de Cipolletti exclusivamente para entregarle el DNI al verdadero Abraham, quien estaba indocumentado desde que se destapó la existencia del documento «mellizo».

«Ahora estamos bien. Con el documento voy a poder sacar algún crédito o hacer lo que quiera. Son menos trabas», expresó Abraham poco después de estampar su pulgar derecho sobre la foto y de expresar su deseo de donar sus órganos, una pregunta obligada en el Registro.

El acto de entrega no fue distinto de los habituales, excepto porque además del DNI Abraham tuvo que firmar un acta que se incorporará a la causa que se instruye en Roca y por la emoción, ya que no cualquiera lucha tantos años por obtener su documento.

Cuando se retiraba de la delegación, Abraham le dijo a este diario que estaba conforme porque «el asunto del documento llegó bastante rápido». Pero también reconoció que ahora hay que esperar la anulación del casamiento y el cambio de apellido de los hijos del falso Abraham, «que puede llevar un poquito más».

Aun explicó que este tema debe resolverlo la Justicia. Dijo que únicamente por medio de una orden judicial se puede anular el acta de matrimonio. Pero se mostró optimista. «Se está investigando todo, y creo que esto va por buen camino», expresó.

«Voy a venir a casarlos»

CIPOLLETTI (AC).- «Voy a venir otra vez y los voy a casar», se comprometió ayer ante Miguel Abraham y su mujer la directora del Registro Civil de la provincia, Graciela Aun de Parente.

La entrega del DNI que se concretó ayer por la mañana en el Registro Civil de Cipolletti es el primer paso en la regularización de la situación de Abraham. Como el falso ya no tiene más el documento que lo identifica como Miguel Abraham, el verdadero puede realizar trámites como cualquier ciudadano: sacar un crédito, votar, viajar, etc. Pero falta arreglar la otra parte: el casamiento y los chicos. Este tema sigue en manos de la Justicia. Sólo por medio de una orden judicial el Registro Civil podrá anular el matrimonio y asentar a los hijos del falso con su verdadero apellido: Jara.

Fueron varios los perjuicios que le ocasionó Gustavo Jara a Miguel Abraham al usurparle la identidad. Pero Abraham no piensa accionar judicialmente contra él. «Yo no voy a hacer nada. De eso se tendrá que encargar la Justicia», expresó ayer sin resentimientos. Jara, quien regularizó su situación individual, vive con su familia en Cipolletti, pero Abraham dice que no se ha topado con él. «Nunca nos volvimos a ver. No sé nada de él», expresó. Y tampoco quiere verlo.


CIPOLLETTI (AC).- "Es éste", le dijeron. Entre la sorpresa, la alegría y quizás un poco de duda, Miguel Abraham tomó el DNI tímidamente entre sus manos y empezó a recorrer las distintas hojas, mirando cada detalle. Iba y venía, pasando desde la portada hasta la última inscripción. Hasta que lo cerró, levantó su mirada y expresó: "Por fin".

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