A pesar de haber pedido perdón, lo condenaron a cinco años

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La identificación del procesado desde el inicio del asalto y el hallazgo y secuestro en su domicilio de los elementos que había sustraído, hizo que los jueces de la Cámara Segunda del Crimen consideraran probado el reproche del fiscal y condenaran a cinco años de prisión a Julio César Hernández por el asalto al fotógrafo Víctor Sachs.

Si bien no se secuestró arma alguna ni se probó su aptitud para el disparo, la víctima dijo haber visto «la punta clásica de caño de arma de fuego», y las lesiones que sufrió alcanzaron para que los magistrados interpretaran que podría tratarse de un «arma impropia», entre las que se encuentran «los objetos de gran poder contundente, como bastones ferrados, garrotes, etcétera».

Esa figura había sido invocada por el fiscal Enrique Sánchez Gavier cuando solicitó que condenen a Hernández a cinco años de prisión, el mínimo previsto para el robo con armas, luego que el procesado asegurara que no recordaba lo sucedido y pidiera perdón al fotógrafo por haberlo lastimado.

El defensor Gustavo Butrón, al alegar en favor de Hernández y pedir su absolución, denunció que la policía había tomado conocimiento de su presunta responsabilidad mediante un procedimiento ilegal, y que también lo eran todos los actos posteriores. En forma subsidiaria pidió que lo condenaran a un mes de prisión por robo simple, porque no estaba probado que hubiera utilizado un arma de fuego. Los jueces rechazaron ese cuestionamiento, y aseguraron que aún suprimiendo el allanamiento se habría probado la existencia de los enseres en el domicilio de Hernández.

A Hernández lo descubrieron porque después del asalto fue a su casa y comenzó a golpear a su concubina, y un policía observó en forma casual el producto del robo cuando concurrió al domicilio en auxilio de la mujer.

Según la declaración de Víctor Sachs, a las 7 del último 20 de febrero se presentó en su domicilio de la calle Villegas un individuo que tras abrir la puerta que dejaba sin llave le preguntó por un fotógrafo de nombre Gaby. Sachs le respondió que allí no vivía, y se volvió a dormir pensando en la extraña consulta, pero momentos después se despertó y advirtió que el mismo individuo le apoyaba un arma de fuego y le reclamaba la entrega del equipo de fotografía y el dinero que tuviera en su poder.

Los datos que brindó el damnificado en su denuncia posibilitaron que la policía detuviera momentos después a Hernández, en poder del cual estaba el equipo de Sachs y otros elementos de dudoso origen, y aunque la policía llegó al lugar por otra circunstancia, Sachs conocía al imputado.