Familia de artistas
Antonio Tarragó Ros acaba de editar dos CD junto a un matutino porteño, con el nombre de "20 años no es todo". En esta producción participan sus dos hijas,
por: LUIS DIGIANO
BUENOS AIRES (Télam).- El cantautor Antonio Tarragó Ros editó recientemente dos placas junto a un matutino, tituladas «20 años no es todo», en la que participan como bonus tracks, sus dos hijas Irupé y Laura Ros. «La idea de recrear estos álbumes fue manifestar un reconocimiento a canciones que fueron claves en mi carrera en los '80 y también con la intención de que participen mis hijas Laura e Irupé, que cuentan con todo mi apoyo como cantoras desde el mismo momento que decidieron emprender la misma carrera», expresó Tarragó Ros.
«Parece que la historia se repite, porque en mi caso me crié escuchando a mi viejo (un verdadero patriarca de la música del litoral) y fue con quien inicié mi camino de las actuaciones, pero sin contar tanto con sus consejos. Papá fue un gran músico, pero no le gustaba enseñar, había que hacerse solo», recordó el músico.
– Irupé, ¿qué se siente ser hija de un artista como Antonio y haber participado en su grupo durante varios años?
– Primero, una gran alegría porque siempre compartimos cosas más allá de las actuaciones, pero en mi caso me sirvió como lanzamiento, hasta que entendí que necesitaba abrir otro camino y conté con él y sus consejos, que no siempre acepté, pero porque soy rebelde así nomás.
Irupé es una autora, com
positora, pianista y cantante de música argentina que maneja un lenguaje único y particular, resultado de su formación clásica. Hace algún tiempo reeditó su primer CD solista «Angeles», con nuevos bonus tracks, entre los que se encuentra uno realizado con Alfredo Casero.
– Si bien tocaste en la banda de tu padre, ¿tu estilo de música va más allá de un clásico folclore?
– Lo que ocurre es que mi familia tanto de origen paterno como materno (Perla Aguirre su madre y Arsenio Aguirre, su abuelo), me dieron la libertad y me abrieron la cabeza hacia otras músicas, donde el rock se me mezcló con lo étnico y mi actualidad mística, redondean un concepto diferente, pero es lo que siento.
– Antonio, ¿cómo se dio la elección de los temas para «20 años no es todo»?
– Sencillamente vinieron a mi memoria, temas de aquellos '80 tan productivos para mí, donde me encontré musicalmente con amigos entrañables como León Gieco, Teresa Parodi, Oscar Laiguera, los brasileños Luiz Carlos Borges y Renato Borghetti, por lo tanto los vivo como dos discos sumamente testimoniales de mi carrera.
– ¿Y en el caso de los bonus tracks y la participación de tus hijas?
-En el primero, van a encontrar un bonus family, como les digo yo, con 'Porque tus ojos' de Laura y 'Jazmín' de Irupé, donde cantamos los tres y en el segundo, también nos juntamos en 'Del aire'
(tema que le da el título al álbum debut de Laura Ros) y 'Baguala para las dos', de Irupé, donde dice en algunas de sus décimas: 'Pueden ponerle candado a tus sueños, pueden cerrarte las puertas del sol, pueden oirte llorar en silencio, pero no pueden sentir el amor…'».
– Laura, tu carrera fue distinta, ya que directamente te iniciaste sola, sin pasar por la banda de tu padre.
– No tiene mucho misterio mi música. Con papá aunque nunca dejamos de hablarnos, pasó algún tiempo sin tener por ahí un contacto tan directo, pero lo mío pasa por una formación más ecléctica y de esa forma puedo navegar por distintos ritmos, sin encasillarme.
– ¿Esa es principalmente la concepción de tu CD «Del aire»?
– Este concepto que digo, me da la libertad de poder incursionar en canciones como 'Río de las penas' de Gustavo Santaolalla, 'El karma de vivir al sur' de Charly García o 'Sueño infinito' de Demi Carabajal. No tengo ningún problema es hacer esta música y soy una convencida de que dentro de la música popular hay buena y mala, en mi caso me quedo con el buen gusto.
– Antonio, con estos conceptos que están brindando tus semillas cantoras ¿te recuerda de alguna manera a tus inicios, cuando no eras reconocido por los chamameceros tradicionales?
– Me parece que son tiempos diferentes. Cuando allá por los fines de los '70, principio de los '80, salí a tocar con una batería, una percusión y le agregué a los chamamés un sonido moderno, fui criticado, pero el tiempo me dio la razón. Cuando a las formas rítmicas folclóricas más nobles y añejas, se le suma el porvenir, el resultado puede ser, por lo menos, interesante y hasta hermoso. Eso es lo que yo creo que quedó plasmado en mi obra y siempre voy buscando algo más.
Estos dos álbumes «20 años no es nada», son sucesores de placas anteriores como «Jineteando la vida», «Enamorado», «Soy el chamamé», «El curuzucuateño», «Suite chamamecera», «Recuerdos», «Naturaleza Vol. 1 y Vol. 2», «Sudaca», «Antología», «Fronteiras abierta» (junto a Luiz Carlos Borges), «Letra y música» (con Teresa Parodi) y «La vida y la libertad», entre otros.
– ¿Está en tus planes volver a realizar algún recital junto a Laura e Irupé, en un mismo escenario?
– Siempre está latente la posibilidad, sólo debemos proponerlo y ponernos de acuerdo, que no es nada sencillo, no sabés lo difícil que son para armar un show- contestó con risa en sus palabras, el músico oriundo de Curuzú Cuatiá. «Todo lo contrario, replican Irupé y Laura, el difícil es él, que siempre quiere tener la razón, pero con nosotras no puede, somos mayoría», dicen.
por: LUIS DIGIANO
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