Los fantasmas del entrenador

Solamente se desentrañará el entripado cuando el portador del misterio ofrezca sus explicaciones. Mientras tanto, se navegará en aguas de incertidumbres y especulaciones.

¿En qué piensa José Néstor Pekerman cuando dice y hace? ¿Por qué se esconde cuando debe aparecer, y habla cuando debe callar?

Ayer volvió a escribir una nueva página de su codificada y polémica vida al frente del seleccionado nacional. Cuando el pueblo futbolero pensaba que el capítulo de Diego Armando estaba cerrado con la albiceleste, al menos hasta después de Alemania 2006, Pekerman salió a decir que el «10» debe ser el técnico del seleccionado. Y armó un alboroto de novela. Cómo no hacerlo. Las lecturas que se desprenden de las actitudes del entrenador son variopintas, como su personalidad.

A esta altura no se sabe si Pekerman tiene conciencia del cargo que ocupa o si la presión de tamaño puesto lo empuja a cometer estos errores.

En realidad la discusión tendría que pasar por vislumbrar si Pekerman llevará a Messi, Galetti o Tévez, si lo confirmará a Aimar y si le dará la oportunidad a pibes como Gago o Palacio. Y no intentando conocer detalles de los fantasmas internos que gobiernan los actos del DT. (S.B.)

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