Thiara Recchini: «Estaba luchando por el derecho que mi mamá no pudo tener»

Era una niña de seis años cuando ocurrió el femicidio de Micaela en Rincón de los Sauces. En 2021 participó por primera vez de una marcha con la remera que la recuerda. Hoy se cumplen seis años del grito de "Ni Una Menos."

“Micaela presente” dice la remera blanca, con una foto de la joven sonriendo, mira de costado. La lleva puesta Thiara Recchini, de 17 años. Por primera vez la usa en una marcha el 8 de marzo de 2021, once años después del femicidio de su mamá. Estrena una prenda ya gastada en el juicio, que terminó con la condena de Héctor Cortez. “Quería mostrar que estaba luchando por el derecho que mi mamá no pudo tener, que los hombres sean un poco más conscientes y que la justicia haga un poco más, porque hay bastantes mujeres que están sufriendo acá en Rincón”, explicó por teléfono.

Según el registro que lleva la organización “La Casa del Encuentro”, sobre la base de las noticias publicadas en medios de comunicación, en 2010 hubo 260 femicidios en Argentina. El de Micaela Recchini fue uno de ellos. El 14 de marzo, entre las 5.45 y 6 de la mañana, Cortez, su pareja y padre de sus dos hijos de seis y tres años, la asesinó en calle Mitre casi Corrientes de la ciudad petrolera. “No se te ocurra denunciarme”, le dijo a la joven una vez que acabó la agresión. Una vecina se asomó al oír la discusión y le gritó: “No le pegues más, ya está muerta”. Declaró después que lo reconoció por la voz.

Sandra Ferreira, la mamá de Micaela, tenía 44 años. “En ese momento era sola, en Rincón nadie te apoyaba. Rincón es un pueblo muy machista y es un caldo de cultivo de golpeadores”, afirmó. Manifestó que tuvo la suerte de encontrarse con su abogado querellante, Marcelo Hertzriken Velasco, y recordó el acompañamiento de Estela Cavazzoli, una activista por los derechos de las mujeres de la provincia.

El 25 de octubre de 2011 Cortez fue declarado responsable por el delito de homicidio simple y se le impuso 23 años de prisión. Un monto alto, en una escala que va de 8 a 25 años. No fue considerado el agravante por el vínculo, porque la pareja convivía pero no estaba legalmente casada. “El pueblo quiere saber, el pueblo quiere saber, cómo un papelito les vale más que una mujer”, gritaban las feministas afuera de la sala de audiencias cuando se realizó el juicio.

Eso se modificó con la incorporación del femicidio al Código Penal, al año siguiente del fallo, cuya pena única es la prisión perpetua. En 2015, el 3 de junio, se realizó la primera marcha bajo la consigna “Ni Una Menos”, de la que hoy se cumplen seis años.

Sandra Ferreira en 2011 durante el juicio a Cortez. Archivo.

De acuerdo a la sentencia condenatoria del tribunal -integrado por Mario Rodríguez Gomez, Luis María Fernández y Andrés Repetto- hubo testigos en el juicio que marcaron que Cortez había ejercido maltrato físico en otras oportunidades contra Micaela. Sin embargo no hay una línea de la resolución dedicada a lo que significa la violencia por razones de género. Hablaron de la “crueldad y cobardía del ataque” y el “desprecio absoluto demostrado a la relación sentimental que lo unía con la víctima”.

“Mi casa está llena de fotos de mi mamá”, aseguró Thiara. El 5 de agosto de 2019 un juez autorizó a ella y a su hermano a que se quiten el apellido Cortez. “Cuando en la escuela me decían Cortez yo le decía: “No, no soy Cortez, soy Recchini”. Me lo cambiaban porque conocían la historia, porque no tenían problema, en ese sentido fueron muy buenos conmigo”, sostuvo.

A Sandra la llama mamucha. “Ella no es mi mamá pero la siento como una mamá”, relató. En 2020, el año en el que comenzó la pandemia por covid-19, la Corte Suprema de Justicia reportó 251 víctimas directas de femicidio, que estaban a cargo de 216 niños, niñas y adolescentes, de acuerdo a la información remitida por los poderes judiciales provinciales.

Micaela tenía 25 años y dos hijos. Thiara es la mayor. Foto gentileza.

A medida que Thiara fue creciendo quiso saber más acerca de lo había pasado. Señaló que en Rincón: “al principio era feo, yo sentía, capaz que no era así, que me miraban con lástima. Después de más grande me costaba mucho cuando me preguntaban. En la escuela, “mamá, papá”, no tengo, no sabía que decirles. Me preguntaban “¿y no tenés mama?” Les decía “no”, y ahí les contaba y me largaba a llorar. Hoy en día se me hace más fácil contar mi historia, sin llorar, pero sigue siendo muy doloroso. Lo superé pero a partes. Caes un día, y al otro día no”.

“A mí me preguntan cuántos nietos tengo y yo nombro los hijos de mi hijo, nunca los nombro a ellos como nietos”, enfatizó Sandra. Sobre los procesos de duelo subrayó que no hay día en que no piense en Micaela. Su rostro estampado en una remera, se sumará al de otra chica asesinada que alguien imprimirá en un cartel o convertirá en un mural. Los crímenes machistas no cesaron. Desde el 3 de junio de 2015 al 2 de junio de 2021 hubo 1.733, actualizó “La Casa del Encuentro”. Sandra mencionó que a Thiara el femicidio de Cielo López la conmovió especialmente y fue un punto de inflexión en cuanto a su involucramiento: “Ella siempre me acompañó a mí y el 8 de marzo yo la acompañé a ella. Es como que le entregué la posta, la lucha”.

Hoy se cumplen seis años de la primera marcha bajo la consigna «Ni Una Menos». Foto Juan Thomes.

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