El fuego consumióuna humilde vivienda
La mujer que habitaba en la casa y sus dos hijos resultaron ilesos
NEUQUEN (AN) – Una humilde vivienda quedó reducida a un montón de chapas retorcidas y tizones tras un voraz incendio que en contados minutos consumió la estructura de madera y cantoneras. La mujer y los dos chicos que la ocupaban no tuvieron mayores inconveniente en salir de la trampa de fuego y sus vidas no llegaron a correr peligro. Los vecinos reaccionaron de inmediato y desplegaron todo el esfuerzo posible para contener las llamas, pero resultó infructuoso. Sólo quedaron maderas renegridas, cenizas y una familia sin nada lamentando el siniestro.
El origen fue la explosión de la garrafa que alimentaba la cocina, por motivos que se desconocen, y de otra garrafa, también cargada de combustible, que tenían para reemplazar a la primera, según se informó.
El fuego se extendió con llamativa rapidez cuando comenzaron arder los cables de la instalación eléctrica, que no sólo afectaron la vivienda siniestrada sino que se extendió hacia otra, que está en el fondo del terreno, a los pocos metros.
A esta segunda vivienda no alcanzaron a llegar las llamas, pero sí a una lindera, aunque no llegó a propagarse por la rápida acción de los vecinos.
Para cuando llegaron los Bomberos las llamas ya habían consu
mido la casa y nada pudieron salvar. La tarea que les quedó fue circunscribir los restos del incendio y eliminarlo por completo.
«Fue tan rápido que no nos dio tiempo a nada. Pero no tenemos que lamentar que haya heridos ni nada y el consuelo de saber que mi hermana y mis sobrinos están sanos y salvos», dijo Sonia.
La mujer señaló que la casa la ocupaban su hermana Cristina Molina, de 38 años, y sus dos hijos, una nena de 8 años y un varón de 10.
Relató que, de acuerdo a la versión de Cristina, el fuego comenzó cuando estaba haciendo la comida. Por causas que se desconocen las llamas llegaron o se generaron en la garrafa, que terminó explotando. «Al momento explotó también la otra garrafa», señaló Sonia.
La casa ocupaba el sector que da a la vereda de la calle Jorge Luis Borges, a unos 100 metros de El Chocón, en el barrio Confluencia.
«La actitud de los vecinos fue la de combatir el fuego como se pudiera. Trataron de apagarlo con un matafuego y con baldes de agua, pero como ya había ardido todo fue imposible salvar nada de las cosas de la casa», comentó.
Un joven vecino, Denis Muñiz, se dio tiempo en medio del alerta para tomar su cámara fotográfica y desde una habitación del primer piso de su casa -que es vecina a la siniestrada- y registrar varias imágenes. La que ilustra esta crónica es una de ellas.
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