El último tranco

Un congreso del gobierno o de funcionarios del gobierno se acaba de reunir en Mendoza, para deliberar – algunos por zoom, a prudente distancia – aparentemente sobre las acciones, actitudes y discursos que aparentemente no “darían bien” en las encuestas.


Destacan los titulares que los discursantes coincidieron en la “actualización doctrinaria”. Es una curiosa expresión que no se esperaba de los progresistas, acuerdistas y amiguistas que igualan el gobierno de Menem con el de Macri, que suele alabarlo como el peronismo “correcto”, “posible” y “moderno”, término este último también utilizado por los asistentes al encuentro.


Porque la “actualización doctrinaria” fue la versión criolla de Menem apoyada en un supuesto pensador oriental que habló del fin de la historia y, claro, sin historia no habrá ideología posible.


Es muy claro que los sueños de iniciar y conducir el “tercer movimiento histórico” atacan a los dirigentes argentinos, de cualquier signo político, tanto cuando sueñan despiertos como cuando duermen. Cuando llegan a cierto lugar preponderante, les pasa como en la esquina de Corrientes y Esmeralda, donde cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel.


Cualquiera puede estar de acuerdo con el peronismo o en desacuerdo. Mientras sean ideas y no un mero odio psicopático, es aceptable. Lo que no se puede es estar de acuerdo y en desacuerdo al mismo tiempo.


Dicho más sencillamente: no se puede estar en desacuerdo y querer quedarse con los votos, porque eso no hay carisma personal que lo sostenga mucho tiempo.


Si no les gusta la doctrina, no renueven ni actualicen. Hagan otra a su gusto y gana, y ya.


Y dejen de lado el alfonsinismo trasnochado, porque no hay peronismo de izquierda ni de derecha ni del medio. Olviden el consejo de discutir a puertas cerradas como claman algunos “periodistas” que confunden su pretensión de analistas políticos con hacer político. Muchos buenos cronistas de la crítica literaria o cinematográfica, jamás pudieron escribir un librito ni dirigir una peli.


Así que si quieren caminar hacia la “actualización y modernización” de una doctrina que no son capaces de entender, ¡paren! Es el último tranco hacia el abismo de la desorientación.

Julián Álvarez
DNI 7.574.027

Zapala


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Política

Un congreso del gobierno o de funcionarios del gobierno se acaba de reunir en Mendoza, para deliberar - algunos por zoom, a prudente distancia - aparentemente sobre las acciones, actitudes y discursos que aparentemente no “darían bien” en las encuestas.

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