La argentinidad al palo

Maximiliano y el Ballet del Mercosur (BM) fundado por él en 1999 traen a la región «Argentino», coreografías que transitan lo clásico, lo contemporáneo, lo folclórico, y que transmiten el orgullo de ser parte de la argentinidad.

El espectáculo se verá mañana, en Neuquén, a las 22, en el Estadio Ruca Che. Las entradas se pueden comprar anticipadas en el local de Carta Automática ubicado en Alcorta 151.

El espectáculo abre con «La Bayadera», obra del ochocientos en revisión coreográfica de Gabriela Pucci, co-directora y maestra del Ballet Mercosur. Sigue «4.1», del brasileño Sergio Berto, en la cual participan sólo varones, que simboliza las ganas de crear algo con rigor geométrico, cuyo sentido no provenga de la reflexión sino de la observación directa.

En la segunda parte, «Bianconero», muestra el placer de la paternidad que sólo otorga la existencia de una mujer, y la necesidad de homenajearla durante el milagro natural del embarazo.

«Preludio para una noche estrellada» pas de deux cómico inspirado en música de Juan Sebastián Bach, narra los inconvenientes que los bailarines viven en un ensayo. Gran final con «Pacto para vivir», una canción bailada, a veces Bach, a veces Astor Piazzolla, Charly García, Bersuit Vergarabat…

Guerra estudió en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, a cuyo Ballet Estable ingresó en 1985, y se perfeccionó con Wasil Tupin, Mercedes Serrano, Mario Galizzi, Leandro Regueiro, Woiteck Lowsky y Stanley Williams. En el 88 encabezó la compañía Los Angeles Ballet en gira por EE. UU. Ese mismo año llegó a ser «Principal Dancer» del English National Ballet, y «Senior Principal Dancer» en 1989. En el '91, fue Primer Bailarín de la Deustche Oper de Berlín e, invitado por el Teatro Opera de Novosibirk, Rusia, se constituyó en el primer artista no soviético en bailar «Espartaco». Desde el '92, danzó con las compañías de los teatros Alla Scala de Milán, Bolshoi de Moscú, San Carlo de Nápoles, Royal Albert Hall de Londres, Metropolitan Opera House de Nueva York, Kirov de San Pietroburgo, Kennedy Center de Washington, Bunka Kaikan de Tokio, Wielky de Varsovia, Opera de Hamburgo y de nuestro Colón.

Interpretó además en versiones diversas «La Sylphide», «La Bella Durmiente», «El Lago de los cisnes», «El Cascanueces», «Don Quijote», «La Fierecilla Domada», «Romeo y Julieta». Los coreógrafos John Neumeier y Oscar Araiz crearon para él, «Nachtskizzen», con música de Bela Bartok; y «Astor, el Angel y el Diablo de Piazzolla», y «Con Gloria Morir», respectivamente. En el '98, Naciones Unidas le otorgó un «Reconocimiento Internacional» por su colaboración en campañas por la paz y para proteger el medio ambiente.


Maximiliano y el Ballet del Mercosur (BM) fundado por él en 1999 traen a la región "Argentino", coreografías que transitan lo clásico, lo contemporáneo, lo folclórico, y que transmiten el orgullo de ser parte de la argentinidad.

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