Calamaro habla en «La lengua popular»
Las 12 canciones de su nuevo disco marcan un regreso al sonido pop de "Alta suciedad"
BUENOS AIRES.- El cantante y compositor Andrés Calamaro lanzó «La lengua popular», un disco sólido que para muchos marca su auténtico regreso, en el que ofrece 12 canciones redondas que evocan a su álbum «Alta suciedad» (editado hace 10 años), en cuanto a su sonido pop y su olor a éxito.
Contenido y guiado por Cachorro López, su compañero musical desde las épocas de los Abuelos de La Nada, Calamaro renace en composiciones que pasan con naturalidad de la hondura a lo superfluo.
Las canciones están inspiradas en el lado luminoso del amor, en los amigos que ya no están, en las musas atrapadas y hasta en el «Comedor Piquetero» (que tiene Raúl Castells en Puerto Madero).
En este disco, sucesor de «El palacio de las flores» que grabó el año pasado con Litto Nebbia, también sabe reirse de sí mismo en temas auto-referenciales como «Sexy & Barrigón» y definirse como un hombre que cambió pero mantiene su esencia en «La mitad del amor», donde sintetiza un presente intenso y en la plenitud de la calma.
«Parte de mí no cambió y a la vez, ya no soy el viejo Andrés que no dormía jamás», repite en su pegadizo estribillo, aludiendo a un pasado desbordado del que también hace referencia cuando dice «cualquiera se cansa de milonga y quiere querer y también ser querido. Confieso haber vivido afuera del margen de la moral y de lo permitido», en el bello «De orgullo y de miedo».
En la variedad musical que ostenta la placa se destacan la rumba sinfónica y abolerada «Cada una de tus cosas» y el sentido «Soy tuyo», dos hermosas canciones donde Calamaro desnuda su costado más íntimo y en las que el amor también puede emparentarse con la melancolía.
El espíritu de Los Rodríguez aparece en «La espuma de las orillas», cuya armonía recuerda a «El marinero y el Capitán», mientras que el costado más popero irrumpe en «Mi Gin Tonic» y «Carnaval de Brasil», uno de los temas más logrados del disco, en el que el cantante vuelve a encontrarse con las musas.
El roquero y potencial hit «Los chicos», donde habla de «los muchos amigos que se fueron antes que yo y me dejaron solo» abre un disco breve y redondo, que completa el arte de tapa del talentoso dibujante Liniers, que también ilustró todas las letras de los temas incluidos en el disco.
Prolífico y sensible, Calamaro volvió a demostrar que sabe delegar a la hora de tomar decisiones.
Esta vez fue Cachorro López quien además de compartir la música de algunos temas, marcó el pulso de un trabajo disfrutable de punta a punta. (Télam).
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