Sobisch lanzará su plan estratégico minero con respaldo nacional

NEUQUEN (AN).- El gobierno nacional le dará su respaldo al gobernador Jorge Sobisch cuando lance su “Plan Estratégico Minero” con la presencia de la secretaria de Energía y Minería de la Nación, Débora Giorgi, y el subsecretario del área, Carlos Saravia Frías.

Sobisch presentará el miércoles en Chos Malal su propuesta para el desarrollo minero que en su esencia conlleva un cambio radical de la política que históricamente llevó adelante la provincia en esta área. La desregulación de la actividad y la disolución de la empresa estatal Cormine, son dos de los principales cambios.

El plan contará con el apoyo político de la Nación, pero también con apoyo financiero. Junto con Débora Giorgi y Carlos Saravia Frías, llegará a Neuquén el vice presidente del Banco Nación, Lorenzo Donohoe, para firmar un convenio de asistencia crediticia a emprendimientos mineros a una tasa del 7 por ciento anual.

Al espaldarazo nacional, el gobierno le sumará un acuerdo con la Agencia de Desarrollo de Estados Unidos -Trade Development Agency- para el estudio de factibilidad de la explotación de minerales como la Soda Ash, el magnesio metálico, fertilizantes químicos y el carbonato de estroncio.

El vice Jefe de Gabinete, Marcelo Fernández Dotzel, afirmó que “una de las claves conceptuales del plan es que el Estado se retira de la actividad y se ubica en su verdadero rol que es de controlar, promocionar, apoyar con créditos y fortalecer institucionalmente al organismo de control”.

En su rol de controlar, el gobierno quiere atacar lo que denomina la “especulación inmobiliaria de quienes registraban los yacimientos y luego, como no tenían capital o la situación externa no lo permitía, no realizaban la explotación”. En esta concepción, Fernández Dotzel involucró a la propia Cormine que cuenta con muchos yacimientos declarados pero que nunca ha explotado.

Estos yacimientos registrados y no explotados por Cormine serán licitados. En cuanto a los privados, reconoció que la política oficial a aplicar generará un “un conflicto de intereses”.

De todos modos el particular podrá acceder a facilidades crediticias como la del Banco Nación a una tasa del 7 por ciento más un subsidio de ese interés por parte del Estado. Si esto no alcanza, “el privado deberá buscar socios a nivel nacional o internacional o devolver el yacimiento”.

Al enumerar las características del plan minero, el vice Jefe de Gabinete destacó las de “combatir la especulación, fortalecer la dirección Provincial de Minería, actualizar las leyes, promover la actividad con ventajas impositivas y subsidio de tasas, desregular el sector y buscar apoyo técnico en organismos internacionales” como por ejemplo la Agencia de Desarrollo de Estados Unidos.

El gobierno está convencido de que el desarrollo minero permitirá la concreción del ferrocarril trasandino. La ecuación es simple: “la minería no puede exportar a costo competitivo por falta de transporte y el ferrocarril no se hace por falta de carga”, dijo Fernández Dotzel.

El tráfico por Pino Hachado pasó de 1.000 toneladas en 1996 a 100.000 toneladas, según lo previsto para este año. Para que sea rentable deberían pasar 1.500.000 toneladas. Cantidad que podría garantizar la producción minera.

Esperaban extraer una tonelada por año del cerro Mayal

NEUQUEN (AN).- En mayo de 1994, Jorge Sobisch habilitó con todos los honores las operaciones de la empresa Comal -Corporación Minera del Alder-, de capitales canadienses y chilenos, en el yacimiento aurífero aluvional sobre el río Neuquén. La inauguración, que suponía la inversión de 4,5 millones de dólares, tuvo el respaldo diplomático del embajador de Canadá, Robert Rochon, y del entonces secretario de Minería de la Nación, Angel Maza.

La concesión otorgada por Cormine establecía un rango de producción anual de casi una tonelada de oro de máxima pureza extraído de las arenas auríferas en el cerro Mayal mediante un proceso de decantación en la planta. Como regalías, la empresa entregaría cuatro de cada 100 lingotes -es decir, el 4%- de oro puro a la provincia. En realidad, la empresa nunca extrajo más que arenas y una pepita que apareció durante el proceso de estudio de factibilidad técnica que permitió proyectar la explotación del cerro.

En las operaciones -que consistían fundamentalmente en movimientos de suelos en grandes superficies sin causar impactos en el medio ambiente-, trabajarían 70 personas permanentemente aunque cuatro meses después sólo 16 operarios estaban en la planta.

Al cesar en sus operaciones, Comal dejó una deuda en el comercio de Chos Malal que la cámara empresaria del norte cuantificó en más de 350 mil pesos y resultó de difícil negociación.

Comal estaba integrada en un 73% por capitales provenientes de Monk Gold, una empresa canadiense mientras el 27% restante eran acciones de la compañía también canadiense Sikaman Gold Resources. A cuatro meses de haber iniciado las operaciones, ejecutivos de la compañía afirmaron haber aportado tres millones de dólares y se encontraron con que sus socios habían abandonado el emprendimiento. El gerente de Comal era Víctor Retamal Araya, que desempeñaba las funciones de representante.

En 1998, durante el gobierno de Felipe Sapag, un grupo de ex empleados de la empresa inició juicios contra Cormine, porque en el contrato de concesión había figurado como “fiadora solidaria” de Comal. El entonces presidente de la estatal neuquina, Miguel Bruna, denunció que se había instalado una “industria del juicio contra el Estado”.

Sikaman fue fundada en 1985 y funcionó en la órbita de la Columbia Británica en Canadá. En 1982 se integró a la corporación de negocios de Ontario, y en 1999 continuó en esa entidad pero al año se fusionó con SKG Interactive Incorporated y mantuvo esa designación.

A partir de la minería, una actividad que Sikaman desarrollaba originalmente, la nueva compañía se dedica a inversiones en compañías para proveer servicios y productos en tecnología, comercio electrónico, aplicaciones de software y hardware.

Idas y vueltas en las minas de Andacollo

NEUQUEN (AN).- En enero de 1995, en el último año de su gestión, el ministro de Producción de la época, Elías Alberto Sapag, entregó las minas de oro Erika y Sofía a 50 ex empleados de Cormine agrupados en la Compañía Minera Andacollo para obtener dos toneladas de oro en siete años. La iniciativa de concesionar esas vetas, ubicadas en vecindad de la ciudad homónima de la empresa, formaba parte del desguace del Estado iniciado por esa gestión de Sobisch. Como el equipamiento disponible estaba obsoleto, la Compañía obtuvo un crédito de 1,5 millón de dólares que rápidamente se esfumó.

Después de idas y vueltas que incluyeron concesiones, las minas están paralizadas y a la espera de una solución.