Alojamientos irregulares: una pesadilla sin fin para el sector turístico de Bariloche
La oferta de departamentos y casas sin habilitación pone en jaque a la hotelería formal, deprime las tarifas y desalienta nuevas inversiones, aseguran los empresarios del sector.
Las cifras de afluencia turística y los niveles de ocupación hotelera en Bariloche han registrado vaivenes en los últimos años, al compás de las situación económica, la capacidad de consumo promedio y también del tipo de cambio. Pero lo que no ha dejado de crecer es el volumen alojamientos no declarados, en una tendencia que parece imparable.
El negocio consiste simplemente en equipar con lo básico una casa o departamento y ofrecerla en alquiler “por día” en las plataformas digitales especializadas, sin tramitar habilitación alguna y amparado en la laxitud de los controles.
El alojamiento bajo esa modalidad por lo general se publica y se cobra en dólares y los clientes se arriesgan a padecer una estafa, pero los precios tentadores pueden más.
La Federación Empresaria Hotelero Gastronómica Argentina realizó relevamientos en todo el país mediante un rastreo puntilloso en la web y determinó que en Bariloche hay 5.600 “unidades” de locación turística no declaradas.
El presidente de la Asociación Hotelera local (y filial de Fehgra), Martín Lago, señaló que la proliferación de oferta informal “alcanzó una escala de alta gravedad” y hoy en la ciudad tiene una “potencialidad” de albergar a 20.000 personas.
Cuántas plazas habilitadas tiene Bariloche
Las plazas instaladas y habilitadas en Bariloche, según números del municipio eran a diciembre pasado 31.947. Ese universo evolucionó en la última década a un ritmo mucho menor que el crecimiento del flujo turístico. Lo cual se explica sólo por el auge de la oferta informal.
“Lo vimos en la última temporada de verano: los vuelos llegaban llenos, hubo mucho movimiento de gente, pero los porcentajes de ocupación cayeron en el sector formal -explicó Lago-. En enero no pasaron del 70%, un 20% de lo que se hubiera alcanzado en condiciones normales”.
Según el empresario, el perjuicio no solo es para los empresarios hoteleros que habilitan, por la “competencia desleal”, y para el Estado -por los tributos que deja de recaudar-, sino que “también en esos lugares prolifera el empleo en negro” y como son viviendas particulares, muchas mantienen subsidios a los servicios que les fueron retirados a la actividad comercial.
Explicó que “al no tener un piso de costos, y servicios estandarizados esos alojamientos informales cobran tarifas imposibles. En verano había departamentos par dos personas en Bariloche a 30 mil pesos el día”. Lo cual obliga al sector formal a bajar también sus precios para retener algo de su clientela.
Esto último fue subrayado también por el tesorero de la Asociación Hotelera, Servando Martínez, quien dijo que “se trata de un problema muy grave para ciudad. Le puede venir bien al turismo, pero a la larga perjudica, porque nadie sabe lo que se está contratando, o pagando. Y además la caída de la rentabilidad bloquea nuevas inversiones”.
Observó que las grandes cadenas hoteleras “claramente” difieren sus proyectos en Bariloche y el único hotel grande construido en los últimos años fue el Hampton, en San Martín y Libertad. Pero podrían ser varios más si no existieran las distorsiones que genera el alojamiento clandestino.
El recorte de público
Martínez señaló que las plataformas de venta más usadas son Airbnb, Despegar, Mercado Libre y Booking, aunque esta última tiene más filtros y cobra comisión. Dijo que por sus características y por las tarifas que manejan, los departamentos de alquiler turístico compiten con los apart hoteles y la hotelería de 1 a 3 estrellas. Quedan a salvo los hoteles de alta gama.
Sostuvo que en los últimos dos años, con la caída general de la actividad económica y también del turismo, todo el sector sufrió el impacto, y algunas unidades de alquiler turístico se volcaron al permanente, pero “son las menos, la oferta no para de crecer”.

Dijo que los proyectos inmobiliarios más dinámicos, muchos de los edificios en construcción en el centro de la ciudad, “están pensados y promocionados ya desde el vamos para renta turística. No hay interés comercial en construir para vivienda permanente y el municipio tiene que poner seriamente la mirada en eso”.
Si bien en forma indirecta, hay un dato estadístico oficial que demuestra la creciente porción de mercado absorbida por los alojamientos irregulares.
Según los informes que publica Turismo municipal, entre 2014 y 2024 el número de visitantes anuales ingresados a la ciudad creció de 705.113 a 1.033.964, es decir un 46,5%. En el mismo lapso las camas habilitadas pasaron de 27.614 a 31.947, apenas un 15,6%. Es decir que, si bien aparece como un negocio formidable, la oferta regular no acompaña la demanda.
Aseguran que hay más controles en Bariloche
El secretario de Turismo del municipio, Sergio Herrero, dijo que realizan controles en forma regular y detectan infractores, pero aun así la oferta de alojamientos no habilitados “es un gran problema” en Bariloche. Aseguró que cuando se hizo cargo el actual gobierno “no había control de ningún tipo”.
Señaló que actúan a partir de denuncias y de relevamientos propios en internet, pero “no es fácil fiscalizar, porque son domicilios particulares” y el municipio no tiene potestad para intervenir sin orden judicial.
Herrero se abstuvo de aportar cifras pero dijo que los controles y las sanciones aumentaron, y también los prestadores que se acercaron a “habilitar”. Aseguró que “muchos de los que denuncian son taxistas o remiseros, porque ellos también se perjudican. Los propietatrios que le alquilan un departamento al turista también le alquilan el auto, todo sin habilitar”.
Un problema general, con pocas soluciones efectivas
El incremento de la oferta alojativa informal y otros servicios al vistante por plataformas on line es un factor que complica no solo a Bariloche, sino a los principales centros turísticos del país y del exterior. Por eso los actores locales siguen de cerca otras experiencias, por ejemplo las de Mendoza y Ciudad de Buenos Aires, donde han logrado sistemas de fiscalización más eficientes que en esta ciudad, según señalaron desde la Asociación Hotelera.
Herrero dijo haberse reunido con sus pares de Córdoba y de Mar del Plata, para intercambiar ideas sobre el tema.
Servando Martínez dijo que los controles no son fáciles, porque la oferta es dinámica y los mecanismos de elusión se perfeccionan todo el tiempo, pero “Barcelona o Roma, por ejemplo, han logrado buenos resultados”. Dijo que algunas ciudades directamente han prohibido el alquiler temporario, pero el empresariado local no está de acuerdo con ese tipo de recetas.
Lagos insistió en que los relevamientos de Fehgra, con datos de “big data”, indican que Bariloche tenía 1.200 unidades de alojamiento irregular en 2023 y hoy son 5.600 unidades, con unas 20 mil plazas, casi el 70% del volumen de la oferta “formal”. Señaló que la información se complementa con la “geolocalización” de cada unidad y que la pusieron a disposición del municipio, que debería firmar un convenio con la entidad empresaria, “pero hasta ahora se negaron”.
Herrero dijo que “no hay convenio ni nada que firmar. Si tienen la información que hagan las denuncias, ante la fiscalía, o ante Fiscalización del municipio. Si pasan tres meses y nadie hace nada, ahí sí que se quejen”.
Las cifras de afluencia turística y los niveles de ocupación hotelera en Bariloche han registrado vaivenes en los últimos años, al compás de las situación económica, la capacidad de consumo promedio y también del tipo de cambio. Pero lo que no ha dejado de crecer es el volumen alojamientos no declarados, en una tendencia que parece imparable.
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