A 100 años del fallecimiento de la “reina” Bibiana García

Los suyos la llamaron “reina” y este apelativo tal vez tenga mucho que ver con la especial admiración que su pueblo le reconociera por su constante prédica de unión entre su gente paisana, avasallada y dispersa. Restos de la otrora poderosa tribu bonaerense de los Catriel, fue desde entonces que adquirió un ascendente liderazgo la adivina Dughu Thayen (cascada rumorosa) o por nombre cristiano Bibiana García. Consiguió en el año 1.899 un decreto firmado por el general Roca, otorgándoles las tierras tan deseadas, tras haber trajinado mucho tiempo, trabajando para que su tribu no sufra necesidades. De esta forma se crearon las colonias pastoriles Catriel y Valcheta, donde hoy es una realidad potencial de desarrollo. Su último viaje al territorio de la Pampa Central en visita a la comunidad Baigorrita Se cuenta que Bibiana Garcia llegó desde las costas del Colorado en compañía de otro vidente de su parcialidad -Pedro Rojas- a quien, sabedora tal vez de su cercano fin, había designado en los últimos meses como su sucesor. Tras una reunión, en la zona de Puelen (La Pampa) la reina Bibiana regresó a los suyos. Durante una escala en el trayecto, falleció repentinamente en el puesto de un sobrino suyo, Pedro Morales- tal su nombre- (quien) vivía al pie del “cerro negro” del departamento Puelen. Era el día 30 de noviembre de 1.910. Y allí mismo. En pleno desierto, sobre la ladera de la elevación vecina, fueron depositados sus restos. Documento: el acta de defunción Acta número veintiuno: En Puelen, décimo quinto departamento del territorio Nacional de La Pampa Central, a primero de diciembre de mil novecientos diez. Ante mi, David Sánchez, jefe del registro civil: Pedro morales, de cuarenta y siete años, argentino y domiciliado en este departamento en el paraje Cerro Negro declaró: Que ayer a las cuatro de la tarde en el expresado domicilio falleció su tía Bibiana García De enfermedad al corazón, según certificado de los vecinos Otto Obist y Daniel Chirino a falta de facultativo médico, archivado bajo el número de esta acta, y que era de setenta años, viuda, argentina, sin profesión, domiciliada accidentalmente en la casa en que falleció, hija de Florencio García y de Petrona Flores, ambos ya fallecidos. No ha testado. Leída el acta la firmaron conmigo, por el exponente que manifestó no saber, Alberto Oliva de sesenta y tres años, soltero y el testigo Vicente Escudero de treinta y siete años, soltero. Ambos de este vecindario, quienes han visto el cadáver. Puelen 1º de diciembre de 1.910. * Investigador, editor y autor del libro “Rastros de nuestra Tierra”. (Fuente: historiador Jose Carlos Depetris)

Historias bajo cero

Hugo Lencinas (*) Catriel – Rio Negro