La Corte Suprema le permite a Trump desmantelar el Ministerio de Educación
Las alianzas entre Cortes y Gobiernos. A más problemas económicos tenga un gobierno más batalla cultural y fuegos de artificios creará.

La Corte y la batalla cultural.
1. El juego de las diferencias
La Corte de EEUU hizo manifiesta su alianza con Trump después del debate presidencial, de fines de Junio del año pasado, en el que quedó evidenciado el deterioro de Biden. Luego de esa autoderrota de la elite demócrata, la Corte aprovechó para dejar en claro lo que venía: Inmunidad parcial para el poder presidencial, desmantelamiento del Estado administrativo, guiños para los dueños de las plataformas y la mano dura como parte de la batalla cultural.
En el fallo “Trump” la Corte cerró las amenazas judiciales sobre el ataque al Capitolio del 2021 otorgándole una extraordinaria “inmunidad parcial o presunta”. En la decisión “Loper” lo que hizo fue quitarle gravitación a las agencias de control. En “Moody vs. NetChoice” mantuvo la protección de la primera enmienda para las plataformas frente a la regulación. Finalmente, permitió la criminalización de las personas en situación de calle con la sentencia “Grant Pass”. Todo en menos de 24 horas judiciales después del debate.
La primera decisión sobre inmunidad y la última sobre personas en situación de calle, anunciaban las medidas más extremas como las deportaciones arbitrarias y selectivas, hasta de propios nacionales, residentes legales y otros grupos, a las cárceles de Bukele en El Salvador.
La Corte reafirmó su intenso acompañamiento a las políticas de Trump en estos primeros seis meses de febril y destructiva gestión. El pasado 14 de Julio lo hizo con la decisión (“Linda McMahon, Secretaria de Educación”) que le permite desmantelar el Departamento de Educación y avanzar con 1400 despidos de profesionales en su estructura. Nancy Pelosi, líder opositora, catalogó la decisión de “ridícula” porque habilita al Ejecutivo a destruir lo establecido por el Congreso.
La Corte consolida así la teoría del “Ejecutivo Unitario” que concentra en éste la suma del poder público. Lo hace incluso con el acompañamiento, ya adelantado en sus artículos académicos, de Elena Kagan, la jueza nominada por Obama y antes profesora de Derecho Administrativo y Decana de la Escuela de Leyes en Harvard. Se repite un patrón con supremas llamadas Elena.
2. Se destruye mientras se distrae
Trump supo construir sus tácticas de distracción y fomentar las batallas culturales para una mayoría diversa de mujeres y hombres, que incluyó a varios grupos relegados. Recordemos, Trump ganó tanto el voto popular, el colegio electoral y con el apoyo central de la Corte concentra un poder extraordinario.
En nuestras tierras se viene la batalla electoral por el federalismo presupuestario y por la seguridad en la Provincia de Buenos Aires en un contexto de un peronismo fragmentado y frágil. En ambas se juega, de hecho, la reformulación del sistema federal.
Mientras tanto la Corte Suprema revisa indemnizaciones para instalar una reforma laboral que está elaborando el Gobierno. Todo se planea para después de sus imaginados triunfos.
La Corte argentina consolidó su alianza con el Gobierno con silencios pero ha demostrado que puede acelerar sentencias. Esa sociedad se cristalizó cuando aquella le gestionó los fundamentos académicos para los decretos de designación en comisión y cuando le tomó juramento a García Mansilla.
Poco se ha entendido sobre lo que realmente sucedió en dicho episodio. Tan confuso y oscuro fue que nunca se identificó que la Corte, con la firma formal del Presidente, fue la autora intelectual de ese histórico fracaso institucional. Milei sirvió como escudo a elites judiciales dementes que siguen en las sombras.
En un contexto de tormenta económica y una oposición dispersa, el Gobierno iniciará una campaña electoral que puede poner en agenda decisiones extremas y reformas estructurales mientras crece su capacidad legislativa y de acción.
La oposición cumple pronto dos años desde la primera derrota electoral sin escuchar a los malestares de las mayorías que, medidas radicales después, seguirán votando a nivel nacional a una fuerza que con considerable fragilidad e inestabilidad sigue en expansión.
El síntoma que expresa Milei puede ser pasajero pero el clima político que permitió gestarlo y que parece lo consolidará se proyecta en el largo plazo.
*Abogado y profesor de derecho constitucional.

La Corte y la batalla cultural.
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