Se potencia la fruticultura regenerativa en el Alto Valle del río Negro
El programa Crecer Cooperando impulsa prácticas sostenibles en chacras del Valle con acompañamiento técnico del INTA y la Fundación Banco Credicoop.
Con el objetivo de reducir el impacto ambiental y de incentivar una producción frutícola más sostenible se lleva adelante en el Alto Valle el programa “Crecer Cooperando: Transición hacia la agricultura regenerativa para la reducción del impacto ambiental”. La iniciativa promovida por la Fundación Banco Credicoop con la asistencia técnica del INTA ya se implementa en tres regiones del país: Misiones, Cuyo y el Alto Valle de Río Negro, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde su área de innovación BIDLab.
El eje central del programa es la adopción de un modelo de agricultura regenerativa, un enfoque que busca mejorar la salud del suelo, fomentar la biodiversidad y reducir la huella de carbono mediante prácticas que aprovechan los procesos naturales. La estrategia incluye acciones de sensibilización, capacitaciones técnicas y acompañamiento a productores buscando poner en valor la capacidad de los montes frutales de operar como sumidero de carbono y facilitar la transición hacia sistemas más sostenibles.
En la Estación Experimental Agropecuaria Alto Valle del INTA, las actividades se orientan particularmente al trabajo con pequeños y medianos productores de La Primera Cooperativa Frutícola de General Roca Limitada. En ese marco, junto al Departamento Técnico de la cooperativa se avanza en la adopción de prácticas que mitigan el impacto ambiental y favorecen el secuestro de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en montes frutales.
Entre las acciones destacadas se encuentra la reimplantación de cortinas forestales, el manejo de coberturas verdes para los interfilares, la eficiencia en el uso del agua y de fertilizantes, el control biológico de plagas y mejoras en el uso de maquinaria agrícola. “El programa promueve prácticas que no solo mitigan las emisiones, sino que también favorecen el incremento de la captura del carbono en suelos y biomasa”, explica Sergio Romagnoli, Lic. en Gestión Ambiental del INTA Alto Valle.

El programa contempla dos etapas fundamentales. La primera se enfocó en sensibilizar a los productores sobre los beneficios de la agricultura regenerativa y brindar formación técnica. En la segunda se avanza con un esquema de incentivos para facilitar la inversión en nuevas tecnologías y prácticas. También está en desarrollo una herramienta específica para el cálculo de la huella de carbono en fruticultura que permitirá medir y monitorear los avances a lo largo del tiempo.
El ingeniero agrónomo Hugo Ariel Lorenzo, asesor técnico del proyecto manifestó que “a un año del inicio del programa se completó el cálculo de la huella de carbono correspondiente a la temporada 2023-2024 para todos los productores participantes”. Asimismo, se realizó la línea de base de carbono en suelos -para los productores participantes- mediante la recolección y análisis de 320 muestras en el Laboratorio de Agua y Suelo para la Sustentabilidad Productiva y Ambiental (LASSPA) del INTA Alto Valle.
Con los resultados del diagnóstico se elaboraron planes de mejora individualizados para cada productor, con el foco orientado a reducir las emisiones o aumentar las remociones de GEI. Actualmente estos planes se encuentran en etapa de monitoreo técnico periódico.
El programa promueve prácticas que no solo mitigan las emisiones, sino que también favorecen el incremento de la captura del carbono en suelos y biomasa.
Sergio Romagnoli, Lic. en Gestión Ambiental del INTA Alto Valle.
“El trabajo articulado es clave, acá se da entre los equipos de investigación de la Experimental Alto Valle, los extensionistas de las agencias de General Roca y Cipolletti, el consultor especialista, el departamento técnico de la cooperativa y la Fundación Banco Credicoop. Esto es fundamental para avanzar en este proceso”, subrayó Romagnoli.
En cuanto a las instancias de capacitación se desarrollaron tres jornadas técnicas con más de 150 asistentes, centradas en la gestión del suelo para aumentar materia orgánica, manejo de cortinas forestales y estrategias de fertilización eficiente en frutales. Además se llevaron a cabo encuentros de sensibilización ambiental dirigidos a jóvenes de Cipolletti, Allen y Fernández Oro.
En los próximos meses se iniciará un cronograma de capacitaciones técnicas de monitoreo de la calidad y fertilidad de los suelos, riego parcelario, importancia de las cortinas rompevientos y uso eficiente de la maquinara agrícola. Todas son brindadas por especialistas del INTA Alto Valle, abiertas al público interesado y de carácter gratuito.
El programa resalta la importancia de sensibilizar y capacitar a las nuevas generaciones en esta temática. En este sentido se está preparando una propuesta de capacitación específica para jóvenes, enfocada en temas de acción cooperativa y agricultura regenerativa.
Finalmente, resulta importante destacar que esta experiencia se enmarca en una creciente demanda internacional de productos agroalimentarios con menor huella ambiental y representa una iniciativa concreta del sector frutícola regional por la sostenibilidad y el cuidado del ambiente.
Con el objetivo de reducir el impacto ambiental y de incentivar una producción frutícola más sostenible se lleva adelante en el Alto Valle el programa “Crecer Cooperando: Transición hacia la agricultura regenerativa para la reducción del impacto ambiental”. La iniciativa promovida por la Fundación Banco Credicoop con la asistencia técnica del INTA ya se implementa en tres regiones del país: Misiones, Cuyo y el Alto Valle de Río Negro, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde su área de innovación BIDLab.
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