Iñaki Basiloff: volar sobre el agua

Su caso es un espejo incómodo: en un país sin natatorios suficientes, donde aprender a nadar parece un privilegio de pocos, un joven hace historia con medallas y reconocimiento. 

Iñaki Basiloff se consagró campeón del mundo de Paranatación en Singapur.

Singapur es hoy el país más globalizado del mundo. Su billete de menor denominación y mayor circulación de dos dólares, lleva la imagen de un grupo de estudiantes con libros sobre la mesa, atentos a las palabras del profesor.

Pasaron del tercer al primer Mundo en tiempo récord. Con casi cinco millones de habitantes, multilingües y sin recursos naturales, se convirtieron en el mayor productor de plataformas petroleras submarinas y uno de los principales exportadores de sistemas de control para aeropuertos y puertos.

Allí un maestro gana lo mismo que un ingeniero y las escuelas primarias deben garantizar que al menos un tercio de sus alumnos viaje al extranjero antes de egresar.

“Singapur no tiene recursos naturales, de manera que no podemos sobrevivir si no explotamos potencial humano”, dijo hace años Tan Chorh Chuan, rector de la Universidad Nacional.

Si bien en ese país meridional de Asia no todo es color de rosa, fue allí donde Iñaki Basiloff, neuquino que entrena en el Club Cipolletti, acaba de consagrarse campeón del Mundial de paranatación, en los 200 metros medley SM7 con una marca de 2m30s65, cercana a la de su record.

La misma prueba en la que ya había sido campeón paralímpico en París 2024, en un final para el infarto.

Con apenas 24 años, Basiloff acumula un palmarés que cualquiera envidiaría: dos oros mundiales, dos platas y seis bronces, además del título paralímpico.

Y mientras en Italia ya mostraba que estaba listo para dar batalla, aquí hablaba de su desafío más íntimo: quedarse en el lugar de donde es, empezar a vivir solo y seguir estudiando, mientras competía en su quinto Mundial.

No deja de ser paradójico que, en Singapur, a pesar de sus dificultades estructurales, se apueste todo al talento y a la educación y, al mismo tiempo, un chico de nuestra región se abra paso en el mundo con más tesón que apoyo.

Su caso es un espejo incómodo: en un país sin natatorios suficientes, donde aprender a nadar parece un privilegio de pocos, un joven vuela sobre el agua y nos recuerda lo evidente.

Porque la de Basiloff no es solo la historia de un silencioso campeón. Es también un llamado a la reflexión para tantos niños y jóvenes que han hecho del sedentarismo y del exceso de pantalla un culto.

Cuando nada, Iñaki dice que siente que vuela y no exagera. Sus brazadas, largas y voraces, arrancan al agua cada centímetro de ventaja; su rolido de hombros es impecable; su técnica, precisa. Nada como si el agua le perteneciera, como si los demás fueran invitados de ocasión.

En ello la posibilidad que luego de tantas participaciones, pueda ser acompañado por su entrenador habitual Jorge García, adquiere especial relevancia desde lo humano y desde la dosificación de esfuerzos. No en vano su marca de competencia, fue muy superior a la de su clasificación, siendo que realizaron un viaje de 37 horas y llegaron a la isla tres días antes de la competencia.

Cuenta García que siete días antes, Iñaki debió mover todos sus horarios, cenar a la 130 dormir de 4 a 6, entrenar a las 7 y almorzar 10.30 para evitar el jetlag, pudiendo dormir 8 horas normales cuando arribó a destino.

Volviendo a estos lares, huelga decir que la región necesita de más y mejores natatorios, de planes de natación escolares. No para producir campeones, aunque vengan solos, sino porque el agua enseña disciplina, salva vidas y da futuro. La quietud mata más que cualquier ola.

Mientras aquí sigan volando jilgueros, chingolos, garzas o hualás sobre ríos y lagos de la región, siempre sabremos lo que significa volar sobre el agua.

Pero a diferencia de esas aves, que lo hacen por instinto, Basiloff y su entrenador lo logran con trabajo, con una mezcla de furia y obstinación.

Y eso, seamos claros, ya no es metáfora: es una lección.

*Abogado. Profesor Nacional de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com


Iñaki Basiloff se consagró campeón del mundo de Paranatación en Singapur.

Singapur es hoy el país más globalizado del mundo. Su billete de menor denominación y mayor circulación de dos dólares, lleva la imagen de un grupo de estudiantes con libros sobre la mesa, atentos a las palabras del profesor.

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