Cambio climático: de las palabras ¿a las acciones?

A partir de este lunes se realiza la COP30 en Brasil, la cumbre que pretende concretar compromisos para reducir las emisiones que generan calentamiento global. La geopolítica atenta contra ello.

Una mujer pasa por delante de un cartel de la cumbre del clima de Naciones Unidas, COP30, en Belém, en el estado de Pará, Brasil, el 4 de noviembre de 2025. (AP Foto/Eraldo Peres)

La conferencia climática COP30 en Belem, que pretende concretar compromisos asumidos por cientos de países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que generan el calentamiento global y el cambio climático, comienza con malos pronósticos, ausencias y fuertes desacuerdos debido a intereses geopolíticos contrapuestos.

Para la presidencia brasileña, anfitriona del encuentro, el objetivo es salvar la cooperación internacional diez años después del Acuerdo de París.

Y ello en un momento sombrío para el clima, puesto que la ONU admite que el mundo superará en los próximos años el umbral crítico de 1,5º C de calentamiento global.

Brasil no buscará grandes decisiones en Belém: quiere que la COP30 consagre compromisos concretos y organice un seguimiento de las promesas pasadas, por ejemplo, sobre el desarrollo de energías renovables.

“Basta de hablar, es momento de implementar lo que hemos acordado”, declaró Lula en una entrevista con agencias internacionales (ver página 3)

Brasil lanzará un fondo dedicado a la protección de los bosques (TFFF) y un acuerdo para cuadruplicar la producción de combustibles “sostenibles”.

Varios países también quieren ampliar los compromisos para reducir las emisiones de metano, gas que contribuye significativamente al calentamiento global.

Desde la ciencia, se reclaman medidas urgentes. Las emisiones de efecto invernadero aumentaron un 2,3% en 2024 en el mundo con respecto al año anterior, según nuevos datos de la ONU, que volvió a pedir mayores esfuerzos a los países más contaminantes. Los científicos coinciden en que superar un aumento del 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales tendrá consecuencias catastróficas. Aumenta la intensidad de los huracanes, de las inundaciones y de otros desastres naturales.

Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el mundo superará en los próximos años ese umbral. Con 1,4 °C por encima de los niveles preindustriales, la Tierra ya está demasiado caliente para que sobrevivan la mayoría de los arrecifes de coral tropicales. Además las capas de hielo y la selva amazónica podrían sufrir cambios graves y duraderos, con consecuencias para todo el planeta.

Esta COP también transcurrirá en medio de tensiones geopolíticas y económicas que han robado protagonismo a las preocupaciones climáticas. El presidente estadounidense, Donald Trump, por ejemplo, es un escéptico del cambio climático y un activo promotor de los combustibles fósiles, según los estudios principales responsables del problema. China, con problemas de crecimiento, registra un récord de producción de energías renovables, pero al mismo tiempo no ha podido reducir su dependencia de fuentes de energía como el carbón, muy contaminantes.

Estas serán las principales cuestiones sobre la mesa de la COP30 en la ciudad amazónica de Belém.

Leaders attending the COP30 U.N. Climate Summit pose for a group photo in Belem, Brazil, Friday, Nov. 7, 2025. (AP Photo/Fernando Llano)

Emisiones


El mundo no está reduciendo las emisiones lo suficientemente rápido para limitar el calentamiento del planeta a 1,5 ºC respecto a la era preindustrial, tal y como establece el Acuerdo de París. Las naciones signatarias del Acuerdo están obligadas cada lustro a presentar objetivos más ambiciosos para la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

La última ronda de compromisos para 2035 debía entregarse en febrero. Brasil fue uno de los primeros en dar el ejemplo, pero la mayoría de países incumplieron el plazo.

A principios de noviembre, unos 65 habían comunicado sus planes revisados.

Pocos impresionaron, y, en particular, el objetivo de China estuvo muy por debajo de las expectativas.

La Unión Europea todavía no acordó su nueva meta, tampoco India, otro gran emisor.

En la COP30, podrían no obstante integrarse los compromisos de las naciones más atrasadas.

Dinero


El dinero -específicamente, cuánto dan los países ricos a los más pobres para adaptarse al cambio climático y transitar hacia un futuro con bajas emisiones de carbono- será un punto de discordia en Belém.

El año pasado, después de quince días de difíciles negociaciones, la COP29 terminó con el compromiso de las naciones desarrolladas de proporcionar 300.000 millones de dólares anuales a las naciones en desarrollo para 2035, muy por debajo de lo que se necesita.

También establecieron un objetivo, menos específico, para recaudar 1,3 billones de dólares anuales para 2035 de fuentes públicas y privadas. Las naciones en desarrollo exigirán detalles concretos al respecto en la COP30.

El financiamiento para la adaptación –por ejemplo, para construir defensas costeras que protejan contra el aumento del nivel del mar- figura en la agenda y es posible que se discuta un nuevo objetivo financiero puesto que el anterior expira.

Bosques


Brasil eligió albergar la COP30 en Belém por encontrarse en la Amazonía, un escenario idóneo para llamar la atención mundial sobre el papel vital de la selva tropical en la lucha contra el cambio climático.

En la COP30, el anfitrión lanzará un nuevo e innovador fondo mundial que propone recompensar a los países con alta cobertura forestal tropical que mantengan los árboles en pie en lugar de talarlos.

El Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF) tiene como objetivo recaudar hasta 125.000 millones de dólares de países donantes y otros 100.000 millones del sector privado. Brasil ya anunció un aporte de 1.000 millones de dólares.

La destrucción de los bosques tropicales primarios alcanzó un récord histórico en 2024, según Global Forest Watch, un órgano monitor de la deforestación.

Se perdió el equivalente a 18 campos de fútbol por minuto, debido principalmente a incendios devastadores.


Una mujer pasa por delante de un cartel de la cumbre del clima de Naciones Unidas, COP30, en Belém, en el estado de Pará, Brasil, el 4 de noviembre de 2025. (AP Foto/Eraldo Peres)

La conferencia climática COP30 en Belem, que pretende concretar compromisos asumidos por cientos de países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que generan el calentamiento global y el cambio climático, comienza con malos pronósticos, ausencias y fuertes desacuerdos debido a intereses geopolíticos contrapuestos.

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