Empezó el juicio por el triple crimen de General Rodríguez

El principal imputado, Martín Lanatta, aseguró que es inocente y disparó acusaciones contal el fiscal y un jefe policial. Los empresarios Forza, Ferrón y Bina fueron secuestrados y asesinados en 2008 bajo un “triple móvil” ligado a las deudas, la venta de medicamentos truchos y el tráfico de efedrina, según la instrucción.

Martín Lanatta, el principal imputado por el triple crimen de General Rodríguez, ocurrido hace cuatro años, aseguró hoy que es inocente, denunció al fiscal y acusó a un jefe policial por los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, por los que comenzó a ser juzgado junto a su hermano y otros dos sospechosos. Apenas comenzado el debate oral, Lanatta disparó contra el fiscal Juan Bidone, quien estuvo a cargo de la instrucción e integra el Ministerio Publico del juicio oral, y planteó que ese funcionario intentó extorsionarlo. Momentos antes del debate, Bidone ratificó los indicios contra los acusados -aunque admitió que no había testimonios “directos”- y reveló que muchos de los testigos que deberán presentarse en el debate tienen miedo y sufrieron seguimientos o advertencias en los últimos días. Martín Lanatta, un comerciante de 37 años, es el principal acusado del caso que hoy comenzó a ventilarse ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes, y en donde también están sentados en el banquillo su hermano Cristian Lanatta, de 38, y los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci, ambos de 30 años. Mientras tanto, sigue prófugo el financista Ibar Esteban Pérez Corradi, sospechado de ser el ideólogo de la masacre. Todos ellos deben responder por la acusación de “privación ilegal de la libertad agravada y homicidio agravado por su comisión con ensañamiento y alevosía” de Forza, Ferrón y Bina. Esos jóvenes fueron a una reunión de negocios que iba a realizarse en un centro comercial de Avellaneda en la tarde del 7 de agosto de 2008, pero sus cadáveres recién aparecieron fusilados en la tarde del 13 de agosto, depositados en un descampado de la localidad de General Rodríguez. En la instrucción, Bidone sostuvo que hubo una “trama por demás compleja” en donde “no se dejó nada librado al azar” y que incluyó mantener en frío los cadáveres durante seis días, bajo un “triple móvil” ligado a las deudas, la venta de medicamentos truchos y el tráfico de efedrina. Apenas iniciaron el debate, los jueces Fernando Bustos Berrondo, Marco Tomás Estanislao Barski y María Graciela Larroque le ofrecieron al principal de los acusados prestar indagatoria. Martín Lanatta, entonces, aprovechó para decir que era inocente, acusó al fiscal Bidone por una supuesta causa “armada” y vinculó en el caso a un policía. Puntualmente comprometió al policía Darío Atrio, el jefe de calle de la comisaría de General Rodríguez y quien había sido imputado y luego sobreseído en el marco de una megacausa por el tráfico de efedrina, que se investigó en Zárate-Campana. Lanatta había anunciado que iba a revelar el nombre de una persona que tenía relación con el crimen: hoy identificó a Atrio, y señaló que, según le contaron, fue visto junto a las víctimas a bordo de una camioneta negra diciendo “estos se portaron mal”. Las palabras de Lanatta cuestionando el accionar del fiscal Bidone llevaron a este instructor a no poder preguntar y por lo tanto el interrogatorio quedó en manos de su colega, Marcela Falabella. “Yo esperaba otro tipo de interrogatorio por parte de la Fiscalía”, se quejó al término de la audiencia el abogado Miguel Angel Pierri, uno de los querellantes y representante de la familia de Sebastián Forza. Tras opinar que Lanatta tiene “muy buenos abogados” por la estrategia que mostró a la hora de defenderse, Pierri advirtió que Forza “tenía un club de amigos” que querían “matarlo”, y sostuvo que en este juicio no están sentados todos los responsables del triple homicidio. “Aquí faltan autores, mucha gente más; está claro que estas cuatro personas no pueden haberlo hecho solos y tener la capacidad de secuestrar en Sarandí, ejecutarlos, ocultarlos durante seis días y después dejar los cuerpos en General Rodríguez -dijo Pierri-. No hay duda de que hubo zona liberada por parte de malos policías y agentes de inteligencia”. Daniel Ferrón, hermano de otra de las víctimas, coincidió con esa mirada: este es un caso “muy oscuro con mucha mafia, mucho poder por atrás”, dijo. Agencia DyN


Martín Lanatta, el principal imputado por el triple crimen de General Rodríguez, ocurrido hace cuatro años, aseguró hoy que es inocente, denunció al fiscal y acusó a un jefe policial por los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, por los que comenzó a ser juzgado junto a su hermano y otros dos sospechosos. Apenas comenzado el debate oral, Lanatta disparó contra el fiscal Juan Bidone, quien estuvo a cargo de la instrucción e integra el Ministerio Publico del juicio oral, y planteó que ese funcionario intentó extorsionarlo. Momentos antes del debate, Bidone ratificó los indicios contra los acusados -aunque admitió que no había testimonios “directos”- y reveló que muchos de los testigos que deberán presentarse en el debate tienen miedo y sufrieron seguimientos o advertencias en los últimos días. Martín Lanatta, un comerciante de 37 años, es el principal acusado del caso que hoy comenzó a ventilarse ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes, y en donde también están sentados en el banquillo su hermano Cristian Lanatta, de 38, y los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci, ambos de 30 años. Mientras tanto, sigue prófugo el financista Ibar Esteban Pérez Corradi, sospechado de ser el ideólogo de la masacre. Todos ellos deben responder por la acusación de “privación ilegal de la libertad agravada y homicidio agravado por su comisión con ensañamiento y alevosía” de Forza, Ferrón y Bina. Esos jóvenes fueron a una reunión de negocios que iba a realizarse en un centro comercial de Avellaneda en la tarde del 7 de agosto de 2008, pero sus cadáveres recién aparecieron fusilados en la tarde del 13 de agosto, depositados en un descampado de la localidad de General Rodríguez. En la instrucción, Bidone sostuvo que hubo una “trama por demás compleja” en donde “no se dejó nada librado al azar” y que incluyó mantener en frío los cadáveres durante seis días, bajo un “triple móvil” ligado a las deudas, la venta de medicamentos truchos y el tráfico de efedrina. Apenas iniciaron el debate, los jueces Fernando Bustos Berrondo, Marco Tomás Estanislao Barski y María Graciela Larroque le ofrecieron al principal de los acusados prestar indagatoria. Martín Lanatta, entonces, aprovechó para decir que era inocente, acusó al fiscal Bidone por una supuesta causa “armada” y vinculó en el caso a un policía. Puntualmente comprometió al policía Darío Atrio, el jefe de calle de la comisaría de General Rodríguez y quien había sido imputado y luego sobreseído en el marco de una megacausa por el tráfico de efedrina, que se investigó en Zárate-Campana. Lanatta había anunciado que iba a revelar el nombre de una persona que tenía relación con el crimen: hoy identificó a Atrio, y señaló que, según le contaron, fue visto junto a las víctimas a bordo de una camioneta negra diciendo “estos se portaron mal”. Las palabras de Lanatta cuestionando el accionar del fiscal Bidone llevaron a este instructor a no poder preguntar y por lo tanto el interrogatorio quedó en manos de su colega, Marcela Falabella. “Yo esperaba otro tipo de interrogatorio por parte de la Fiscalía”, se quejó al término de la audiencia el abogado Miguel Angel Pierri, uno de los querellantes y representante de la familia de Sebastián Forza. Tras opinar que Lanatta tiene “muy buenos abogados” por la estrategia que mostró a la hora de defenderse, Pierri advirtió que Forza “tenía un club de amigos” que querían “matarlo”, y sostuvo que en este juicio no están sentados todos los responsables del triple homicidio. “Aquí faltan autores, mucha gente más; está claro que estas cuatro personas no pueden haberlo hecho solos y tener la capacidad de secuestrar en Sarandí, ejecutarlos, ocultarlos durante seis días y después dejar los cuerpos en General Rodríguez -dijo Pierri-. No hay duda de que hubo zona liberada por parte de malos policías y agentes de inteligencia”. Daniel Ferrón, hermano de otra de las víctimas, coincidió con esa mirada: este es un caso “muy oscuro con mucha mafia, mucho poder por atrás”, dijo. Agencia DyN

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