“¿Agricultura con agricultores o agricultura sin agricultores?”
En Arroyito, jurisdicción de Senillosa, en la provincia del Neuquén, se proyecta producir cereales y oleaginosas sobre una superficie de 8.563 hectáreas, para lo cual se prevén inversiones por alrededor de 90 millones de dólares, la mitad de los cuales estaría destinada a obras de riego y tendidos eléctricos. Planteado así, el proyecto resulta muy atractivo y alineado con los objetivos de desarrollo productivo que necesita la provincia para zafar de la fuerte dependencia de los hidrocarburos y del empleo público, con el agregado de tratarse de inversiones privadas. Pero del análisis del llamado “Proyecto Patagonia Sustentable en Arroyito” demuestra que no se trata de otra cosa que de un eslabón más en la tendencia de las grandes superficies, que se expande por Argentina y muchos países del mundo y que ya muestra las consecuencias con la pérdida de productores genuinos, desocupación y traslado de trabajadores rurales a la periferia de los centros urbanos y degradación de los suelos juntamente con riesgos ambientales. En el armado de este proyecto –que ya contaría con la aprobación de autoridades municipales y provinciales– ha tenido una activa participación la Asociación de Productores de siembra directa, la organización que domina el negocio de la soja, otras oleaginosas y cereales en el país a través de ofrecer paquetes tecnológicos que generan una dependencia absoluta de quienes quieren explotar la tierra. Como complemento de esta organización, se erige la fuerte presencia de la multinacional Monsanto, cuya actividad está siendo cuestionada en distintos países del mundo por las consecuencias de sus productos, en forma de herbicidas y semillas con manipulación genética, aunque en la Argentina la propia presidenta le ha dado un fuerte respaldo político hace poco tiempo. Con toda responsabilidad, desde la CC-ARI Neuquén afirmamos que éste y otros proyectos similares en estudio para otras regiones de la provincia serán perjudiciales para Neuquén de llevarse adelante en las condiciones por ellos propuestas. El desarrollo productivo que reclamamos, se debe ajustar a otras pautas, que las podemos sintetizar en recuperar productores pequeños y medianos, capacitar mano de obra para la actividad, diversificar las producciones frutícolas, hortícolas, de cereales y oleaginosa, etc., agregarles valor a los productos primarios en origen y respetar los recursos naturales como el suelo y el agua dulce, como base para la sustentabilidad del proyecto productivo con la presencia activa e invalorable del productor. Vemos con preocupación que –tal vez urgidos por generar hechos, tal vez por estar convencidos sobre ese modelo de producción– autoridades municipales y provinciales apoyen con tanto entusiasmo este emprendimiento y traten de arrastrar a las comunidades en igual sentido. Las experiencias de Argentina y gran parte de países del mundo están demostrando que estos proyectos sólo favorecen a unos pocos, los que manejan el denominado paquete tecnológico y las patentes de semillas que imponen, mientras que este modelo no favorecerá la creación de los nuevos puestos de trabajo que la comunidad de Senillosa necesita desde hace años. Edgardo Kristensen, DNI 7.560.900 Neuquén
Edgardo Kristensen DNI 7.560.900 Neuquén
En Arroyito, jurisdicción de Senillosa, en la provincia del Neuquén, se proyecta producir cereales y oleaginosas sobre una superficie de 8.563 hectáreas, para lo cual se prevén inversiones por alrededor de 90 millones de dólares, la mitad de los cuales estaría destinada a obras de riego y tendidos eléctricos. Planteado así, el proyecto resulta muy atractivo y alineado con los objetivos de desarrollo productivo que necesita la provincia para zafar de la fuerte dependencia de los hidrocarburos y del empleo público, con el agregado de tratarse de inversiones privadas. Pero del análisis del llamado “Proyecto Patagonia Sustentable en Arroyito” demuestra que no se trata de otra cosa que de un eslabón más en la tendencia de las grandes superficies, que se expande por Argentina y muchos países del mundo y que ya muestra las consecuencias con la pérdida de productores genuinos, desocupación y traslado de trabajadores rurales a la periferia de los centros urbanos y degradación de los suelos juntamente con riesgos ambientales. En el armado de este proyecto –que ya contaría con la aprobación de autoridades municipales y provinciales– ha tenido una activa participación la Asociación de Productores de siembra directa, la organización que domina el negocio de la soja, otras oleaginosas y cereales en el país a través de ofrecer paquetes tecnológicos que generan una dependencia absoluta de quienes quieren explotar la tierra. Como complemento de esta organización, se erige la fuerte presencia de la multinacional Monsanto, cuya actividad está siendo cuestionada en distintos países del mundo por las consecuencias de sus productos, en forma de herbicidas y semillas con manipulación genética, aunque en la Argentina la propia presidenta le ha dado un fuerte respaldo político hace poco tiempo. Con toda responsabilidad, desde la CC-ARI Neuquén afirmamos que éste y otros proyectos similares en estudio para otras regiones de la provincia serán perjudiciales para Neuquén de llevarse adelante en las condiciones por ellos propuestas. El desarrollo productivo que reclamamos, se debe ajustar a otras pautas, que las podemos sintetizar en recuperar productores pequeños y medianos, capacitar mano de obra para la actividad, diversificar las producciones frutícolas, hortícolas, de cereales y oleaginosa, etc., agregarles valor a los productos primarios en origen y respetar los recursos naturales como el suelo y el agua dulce, como base para la sustentabilidad del proyecto productivo con la presencia activa e invalorable del productor. Vemos con preocupación que –tal vez urgidos por generar hechos, tal vez por estar convencidos sobre ese modelo de producción– autoridades municipales y provinciales apoyen con tanto entusiasmo este emprendimiento y traten de arrastrar a las comunidades en igual sentido. Las experiencias de Argentina y gran parte de países del mundo están demostrando que estos proyectos sólo favorecen a unos pocos, los que manejan el denominado paquete tecnológico y las patentes de semillas que imponen, mientras que este modelo no favorecerá la creación de los nuevos puestos de trabajo que la comunidad de Senillosa necesita desde hace años. Edgardo Kristensen, DNI 7.560.900 Neuquén
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