A los tiros en una clínica: mató a una empleada

CIPOLLETTI (AC).- Una travesti que pretendía que un médico le pidiera perdón por una supuesta mala praxis en la atención de su madre ingresó a los tiros a una clínica privada de Cipolletti y mató a una técnica de laboratorio. Identificada como Héctor Ruiz, de 42 años, fue finalmente detenida, casi cuatro horas después, cuando arrojó el arma al darse cuenta de que había herido a una persona.

La víctima, Carla Milla, tenía 22 años y trabajaba allí como técnica de laboratorio. Se supone que fue alcanzada por uno de los primeros disparos que efectuó la agresora cuando logró llegar al segundo piso, donde funciona la Terapia Intermedia. Fue asistida por los médicos pero no logró sobrevivir.

Durante todo el tiempo que estuvo en el lugar, la travesti efectuó cerca de 40 tiros con un revolver calibre 32. Tenía en su poder una caja de 50 balas con las que cargaba el arma cada vez que se le terminaban las municiones.

La agresora entró a la clínica ubicada en Yrigoyen y Mengelle alrededor de las 8:30 de ayer. Como ya conocía el lugar, subió por el ascensor hasta el segundo piso donde está la Terapia Intermedia, se atrincheró a fuerza de disparos y tomó de rehenes al personal y a los enfermos del área.

Exigía que el médico Walter Nuñez, al que responsabilizó por supuesta mala praxis, le pidiera perdón públicamente. La madre de la travesti había sido derivada del hospital Castro Rendón hacia la clínica cipoleña donde fue sometida a una operación cardíaca. Una vez trasladada a la Terapia Intermedia regresó a Neuquén donde, a los pocos días, sufrió una descompensación y está internada en grave estado.

Estos motivos desencadenaron el desequilibrio de la agresora que varias veces, luego del traslado de su madre, había vuelto a la clínica para realizar reclamos por lo que consideró una mala atención.

Ayer ingresó como otras veces aunque las agresiones verbales se trastocaron en disparos. Lo inesperado de la situación generó momentos de caos en el sanatorio, que evacuó a su personal y a los pacientes que más riesgos corrían por la cercanía al espacio donde se producían los tiros. Muchos tuvieron que salir por una de las ventanas del segundo piso, a través de la escalera del camión de Bomberos que se apostó en la esquina de Yrigoyen y Mengelle.

Los relatos de algunos de los pacientes que pudieron salir por sus propios medios fue estremecedor. Contaron que al escuchar los disparos se tiraron al piso para no ser alcanzados por las balas y que algunos se desconectaron de los aparatos ante el intenso temor.

La situación más crítica se circunscribió al área de Terapia Intermedia, ubicada en el segundo nivel del edificio. Apenas recibieron el llamado, los efectivos policiales aseguraron la zona para no llevar más riesgo al resto del personal mientras el mediador inició las negociaciones para que la agresora, que se hacía llamar Laila, soltara el arma y se entregara.

En un momento, cerca de una hora y media después, pidió que un canal de televisión emitiera en directo al médico pidiéndole disculpas. El profesional accedió a la solicitud aunque ningún medio televisivo pudo garantizar la salida en vivo porque no contaban con los elementos necesarios para hacerlo. De todos modos, entraron hasta un lugar cercano al sitio donde estaba Ruiz, un camarógrafo, Miguel Parra, y la periodista de “Río Negro” María Luján Venir.

Ni siquiera las negociaciones y las promesas de cumplir con los pedidos que hacía convencieron a la travesti que no dejó de efectuar disparos al piso y a las paredes lo que puso en serio peligro a los pacientes que, a pocos metros, estaban internados.

En una de sus caminatas, con el revólver en la mano, y cada vez más fuera de sí, Ruiz se percató de que en la zona del laboratorio yacía gravemente herida Carla Milla. Enseguida volvió donde se encontraba el mediador de la Policía, anunció que estaba la chica y tiró el revolver. El personal de la fuerza especial COER, que estaba en un sector contiguo ingresó y la detuvo.

La sacaron esposada y en una silla de ruedas por la puerta principal de la clínica, que da hacia Yrigoyen. La gente que estaba afuera esperando noticias de sus familiares internados y el mismo personal de la institución quisieron golpearla por lo que los efectivos tuvieron que rápidamente introducirla en el patrullero que salió hacia una unidad de detención.

La joven víctima, de 22 años trabajaba como técnica en ese sector y se supone que fue alcanzada por uno de los disparos cuando intentaba salir del lugar. Al parecer, en la corrida, nadie se dio cuenta de la situación ya que la chica quedó tirada y escondida a la vista de los demás por las mesadas. El tiro, que suponen fue uno de los primeros que efectuó la agresora cuando ingresó fuera de sí al sector de Terapia, la habría alcanzado por la espalda, aunque ayer se estaban terminando de realizar las pericias.

El juez Santiago Márquez Gauna, que participó de las negociaciones desde el primer momento, dijo que podría haberse transformado en una tragedia aún mucho mayor.

Lo mismo opinó el recién asumido Jefe de Policía, Fabián Gatti, que adujo a un milagro el hecho de que no hubiera más heridos. El funcionario también estuvo en la clínica durante la crisis.

CONMOCIÓN EN CIPOLLETTI

Empleados de la clínica y familiares de pacientes internados esperaron el desenlace sobre la calle Mengelle.

Dramatismo y tensión afuera de la clínica en Cipolletti

El escenario del crimen

Juez Santiago Márquez Gauna explicó lo ocurrido en la clínica

Agresora pide la presencia de periodistas

VIDEO | Cipolletti | Habla el hermano de la agresora