El hombre que “descubrió” a Josef Mengele

Alfredo Leiva

El criminal de guerra nazi Josef Mengele logró la insólita proeza de mantenerse al margen de la Justicia por 39 años; 35 de ellos pasados entre Buenos Aires, se dice que Bariloche, Paraguay y una favela de São Paulo. Los otros cuatro bajo tierra con un nombre falso.

El médico responsable de la muerte de 400.000 personas en Auschwitz, el “Ángel de la muerte” que cometió atrocidades dignas de un filme de terror gore, se encontró con el final de su propia vida de un modo un tanto gris: murió ahogado en 1979, a los 68 años, en la playa de Bertioga, Brasil.

Cuando en junio de 1985 un equipo de forenses brasileños coordinados por el doctor Wilmar Texeira, acompañados a su vez por un grupo que reunía a los más prominentes forenses extranjeros, comenzó a examinar el cadáver de Wolfgang Gerdhard, el nombre falso con que el médico nazi había sido enterrado, las luces se encendieron en São Paulo por espacio de 20 días a la espera de los resultados. Una parte de la sociedad esperaba que Mengele fuera aquel cadáver anónimo. Otra, en cambio, esperaba que el satánico doctor continuara vivo para así encontrarlo y llevarlo a la horca.

Hoy, Wilmar Texeira tiene 83 años y recuerda su participación con aplastante humildad. Ha venido a Bariloche para ofrecer, hoy a las 18, la conferencia “Identificación de los restos óseos del médico nazi Josef Mengele”.

Texeira es una eminencia mundial del campo forense. Fue su reputación sin fronteras la que le permitió convertirse en el médico que, junto a un puñado de colegas, iba a reconocer entre los restos la figura del más aborrecido criminal nazi después de Adolf Hitler. “Fueron momentos de mucha expectativa pero no sentimos la presión. Había ansiedad por saber si realmente era el cuerpo de Mengele”, se presenta Texeira sin adjetivar su histórico protagonismo que fue reportado por “The New York Times” y “El País”, entre otros medios.

– Josef Mengele estuvo casi 20 años en Brasil, habiendo pasado por Buenos Aires y Paraguay, incluso se dice que estuvo en Bariloche. ¿Cómo cree usted que logró mantenerse a salvo?

– ¿Aquí también estuvo?, Mengele era muy astuto y estaba muy bien protegido desde Alemania. Su intención era pasar desapercibido. Nada de fortalezas ni Mercedes Benz, simplemente se mezcló.

– Murió de una manera gris.

– ¿Usted cree? Puede decirse. Aunque murió ahogado, quizás debido a un accidente cardiovascular, pero más allá de eso, murió por ahogamiento y, sabe, se trata de una asfixia y morir por asfixia es doloroso. Eso sí, murió en una playa cálida.

– Algunos dijeron que no era el cuerpo de Mengele.

– La leyenda todavía continúa. Pero en la comunidad científica no hubo dudas, era Mengele. En los ‘90 se hicieron pruebas de ADN que confirmaron nuestro trabajo en una época en que aún no se utilizaba. Una de las pruebas consistía en superponer la foto del cráneo examinado sobre la proyección de la mejor foto tomada a la persona en vida. Se superponen los contornos anatómicos y esto ocurre con una exactitud tal que los forenses pueden deducir a quien perteneció.

– Según su punto de vista, ¿Cómo un hombre que mandó matar a cerca de medio millón de personas mantuvo por 40 años una vida sin altercados?

– El psicópata es una figura narcisista, muy egoísta, no se suicida, no siente remordimiento. Cuando se fugó, dejó de matar porque en él había un interés mayor: cuidar de sí mismo.

– ¿No se suma a la teoría de que continuó experimentando en Brasil?

– No creo, para hacer sus experimentos necesitaba de una gran estructura y él no la tenía.

– También se dice que Hitler sobrevivió a la guerra y se refugió en Bariloche.

–En su caso se conservaban placas de rayos X de cuando fue herido en un atentado. También cuando los soviéticos encontraron los restos carbonizados hicieron placas de los dientes sin saber que eran del Führer. Con el tiempo estas placas se contrastaron con las fichas dentales de Hitler. Caso cerrado. No, no estuvo en la Argentina.

CLAUDIO ANDRADE

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