Los une el espanto

Independiente, Racing y una intensa crisis de conducción.

En el fútbol hay pocos personajes que dicen la verdad, que no tienen dobleces. Marcelo Bielsa, cuestionado por muchos, adorados por tantos otros, es uno de esos seres del mundo redondo que se mueve por estas tierras fangosas con la conciencia limpia. Fue el Loco quien dio el mensaje más interesante para Avellaneda. Levantó el teléfono y del otro lado de la línea hablaba un dirigente de Racing. Lo consultaba, le ofrecía el cargo que hacía apenas unas horas había dejado Luis Zubeldía. Bielsa le contestó cortante: “Discúlpeme, ¿de qué proyecto me habla si hoy echó al técnico en la cuarta fecha? Buenas tardes”. Lacónico, Bielsa volvió a dar una muestra de dignidad. El Loco examina y disecciona el fútbol con instrumentos muy diferentes a los habituales. Estando en el Atlético de Bilbao, cuestionado en el último tiempo por sus formas y convicciones, el rosarino criticó los dispositivos de análisis que reinan en este deporte. “Los criterios que yo tengo de evaluación no son los mismos que los que imperan. Las evaluaciones no se hacen en función de lo que se obtiene sino en función de lo que se merece, aunque en el mundo actual suene absurdo”. ¿Qué cambió en los últimos dos meses en Racing? Un punto de 12 en disputa, no mucho más. Porque la realidad es que la dirigencia académica le renovó contrato a Zubeldía antes del comienzo del torneo y cuatro fechas más tarde lo despidió. Lo dijo el propio entrenador, con cierta diplomacia, junto a los dirigentes y en conferencia de prensa. “Hubiese querido estar mucho tiempo más”. Zubeldía perdió más partidos de los que ganó en Racing (23 caídas contra 22 triunfos sobre un total de 59 cotejos, algo más que un 45% de los puntos), terminó entre los seis primeros en el Inicial 2012 y el Final 2013, pero el equipo nunca ofreció garantías y regularidad. Eso sí, promovió un grupo de juveniles que en sus genes tiene información de cracks y fue el artífice de un par de ventas millonarias, como la de Valentín Viola al Sporting de Lisboa (5 millones de dólares limpios por el 90% del pase) y Luis Fariña al Benfica (en 3,5 millones de euros). Zubeldía llegó a Racing por su perfil, un técnico joven y con mucho rodaje, pero también porque al Coco Alfio Basile le fue mal en el Clausura 2012 y tuvo que dar un paso al costado. Ahora es su amigo Reinaldo Merlo el que se propone como DT. Miguel Brindisi apareció en escena de la misma forma: porque Rubén Américo Gallego, el último DT que ganó un torneo local en el Rojo, se fue después de 24 partidos y con el descenso mordiéndole los talones. Dos ídolos en retirada, dos entrenadores que ingresan. A Miguelito no le convencía la responsabilidad, pero aceptó. Perdió la categoría y tuvo que irse cuando quería quedarse y revertir la situación, después de cuatro cotejos en la B Nacional y con apenas dos puntos. En la ‘A’ sumó 3 victorias, 6 empates y 5 derrotas. En la ‘B’, dos puntos sobre 12. Quería seguir. “Las decisiones no se discuten, se aceptan”, dijo ayer. Y no hizo falta escuchar más nada. Avellaneda está en ebullición y los dos “grandes” sin técnicos. En Independiente la dirigencia está fracturada y el ciclo de Javier Cantero muy cuestionado. Tanto, que 9 de los dirigentes de la Comisión Directiva dieron un paso al costado y la oposición reclama a gritos una asamblea extraordinaria para llamar a elecciones anticipadas. Cantero terminará su mandato a fines del año que viene. Es un hombre digno, íntegro, que tiene autocrítica pero asfixiado por una coyuntura que no le da tregua. Su lucha contra los barras lo hizo famoso. El descenso lo dejó contra las cuerdas. Racing ya no sufre por los promedios y su economía es una verdadera primavera comparada con la de Independiente. Pero la política se metió en el club y las fracturas se sienten. El presidente Gastón Cogorno y su vice Rodolfo Molina están enfrentado y ese contrapunto puede ser terminante. A uno lo seduce la idea de que el nuevo técnico sea Carlos Ischia o Claudio Borghi, mientras que en la lista del otro figuran nombres tan disímiles como Gustavo Costas, Omar De Felippe, el Vasco Arruabarrena y Pepe Romero (ver aparte). En el medio, el manager Fabián Ayala amenaza con renunciar si el entrenador no es quien él recomiende. Y para ese cargo quiere un amigo: Néstor Sensini. Más allá de las idas y las conferencias de prensa con aspecto de circos mediáticos que dieron junto a sus “victimarios”, Zubeldía y Brindisi (que dio un monólogo y se retiró, quebrado) mostraron dignidad en sus cargos. Danzan los nombres y el lobby será actor central (ya salieron varios a hacerlo, como Mostaza Merlo). Por el bien del fútbol y la poca pureza que le queda, sería importante que en Avellaneda escuchen el ‘consejo’ con pinta de desplante que mandó Bielsa. (Sebastián Busader)

fútbol de afa


En el fútbol hay pocos personajes que dicen la verdad, que no tienen dobleces. Marcelo Bielsa, cuestionado por muchos, adorados por tantos otros, es uno de esos seres del mundo redondo que se mueve por estas tierras fangosas con la conciencia limpia. Fue el Loco quien dio el mensaje más interesante para Avellaneda. Levantó el teléfono y del otro lado de la línea hablaba un dirigente de Racing. Lo consultaba, le ofrecía el cargo que hacía apenas unas horas había dejado Luis Zubeldía. Bielsa le contestó cortante: “Discúlpeme, ¿de qué proyecto me habla si hoy echó al técnico en la cuarta fecha? Buenas tardes”. Lacónico, Bielsa volvió a dar una muestra de dignidad. El Loco examina y disecciona el fútbol con instrumentos muy diferentes a los habituales. Estando en el Atlético de Bilbao, cuestionado en el último tiempo por sus formas y convicciones, el rosarino criticó los dispositivos de análisis que reinan en este deporte. “Los criterios que yo tengo de evaluación no son los mismos que los que imperan. Las evaluaciones no se hacen en función de lo que se obtiene sino en función de lo que se merece, aunque en el mundo actual suene absurdo”. ¿Qué cambió en los últimos dos meses en Racing? Un punto de 12 en disputa, no mucho más. Porque la realidad es que la dirigencia académica le renovó contrato a Zubeldía antes del comienzo del torneo y cuatro fechas más tarde lo despidió. Lo dijo el propio entrenador, con cierta diplomacia, junto a los dirigentes y en conferencia de prensa. “Hubiese querido estar mucho tiempo más”. Zubeldía perdió más partidos de los que ganó en Racing (23 caídas contra 22 triunfos sobre un total de 59 cotejos, algo más que un 45% de los puntos), terminó entre los seis primeros en el Inicial 2012 y el Final 2013, pero el equipo nunca ofreció garantías y regularidad. Eso sí, promovió un grupo de juveniles que en sus genes tiene información de cracks y fue el artífice de un par de ventas millonarias, como la de Valentín Viola al Sporting de Lisboa (5 millones de dólares limpios por el 90% del pase) y Luis Fariña al Benfica (en 3,5 millones de euros). Zubeldía llegó a Racing por su perfil, un técnico joven y con mucho rodaje, pero también porque al Coco Alfio Basile le fue mal en el Clausura 2012 y tuvo que dar un paso al costado. Ahora es su amigo Reinaldo Merlo el que se propone como DT. Miguel Brindisi apareció en escena de la misma forma: porque Rubén Américo Gallego, el último DT que ganó un torneo local en el Rojo, se fue después de 24 partidos y con el descenso mordiéndole los talones. Dos ídolos en retirada, dos entrenadores que ingresan. A Miguelito no le convencía la responsabilidad, pero aceptó. Perdió la categoría y tuvo que irse cuando quería quedarse y revertir la situación, después de cuatro cotejos en la B Nacional y con apenas dos puntos. En la ‘A’ sumó 3 victorias, 6 empates y 5 derrotas. En la ‘B’, dos puntos sobre 12. Quería seguir. “Las decisiones no se discuten, se aceptan”, dijo ayer. Y no hizo falta escuchar más nada. Avellaneda está en ebullición y los dos “grandes” sin técnicos. En Independiente la dirigencia está fracturada y el ciclo de Javier Cantero muy cuestionado. Tanto, que 9 de los dirigentes de la Comisión Directiva dieron un paso al costado y la oposición reclama a gritos una asamblea extraordinaria para llamar a elecciones anticipadas. Cantero terminará su mandato a fines del año que viene. Es un hombre digno, íntegro, que tiene autocrítica pero asfixiado por una coyuntura que no le da tregua. Su lucha contra los barras lo hizo famoso. El descenso lo dejó contra las cuerdas. Racing ya no sufre por los promedios y su economía es una verdadera primavera comparada con la de Independiente. Pero la política se metió en el club y las fracturas se sienten. El presidente Gastón Cogorno y su vice Rodolfo Molina están enfrentado y ese contrapunto puede ser terminante. A uno lo seduce la idea de que el nuevo técnico sea Carlos Ischia o Claudio Borghi, mientras que en la lista del otro figuran nombres tan disímiles como Gustavo Costas, Omar De Felippe, el Vasco Arruabarrena y Pepe Romero (ver aparte). En el medio, el manager Fabián Ayala amenaza con renunciar si el entrenador no es quien él recomiende. Y para ese cargo quiere un amigo: Néstor Sensini. Más allá de las idas y las conferencias de prensa con aspecto de circos mediáticos que dieron junto a sus “victimarios”, Zubeldía y Brindisi (que dio un monólogo y se retiró, quebrado) mostraron dignidad en sus cargos. Danzan los nombres y el lobby será actor central (ya salieron varios a hacerlo, como Mostaza Merlo). Por el bien del fútbol y la poca pureza que le queda, sería importante que en Avellaneda escuchen el ‘consejo’ con pinta de desplante que mandó Bielsa. (Sebastián Busader)

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