El folclore tiene sus voces neuquinas

El trío de mujeres concuerda en que lo suyo es la interpretación porque es “donde está el trabajo”.

La música de la ciudad tiene identidad propia aunque muchas las letras y ritmos que los músicos locales interpretan no sean propios del lugar como el tango, la chacarera o el bossa nova. Rondaluna es parte de esa identidad neuquina, a partir de la interpretación del folclore latinoamericano.

La utilización de diversos ritmos de América Latina borra los límites y las divisiones políticas. La ciudad cosmopolita, gratamente es invadida por variados sonidos.

Rondaluna es un exponente de la región. Es uno de los pocos “ensambles vocales”, como a ellas les gusta definirse. Participaron del Pre-Cosquín regional del cual salieron primeras en su categoría, llegando al festival como una de las esperanzas de revalorización del folclore de Neuquén. “Esa participación dejó una gran huella, allá van las neuquinas decían. Y ese es un reconocimiento para la ciudad muy importante”.

Cecilia Nacinovich, Marina Pacheco y Monique Passalacqua comenzaron a cantar juntas gracias al lazo de amistad previo. Se dedican al canto, aunque “fuimos incorporando lo instrumental de a poco, porque cada una sabía tocar algo. Tocábamos para nosotras pero nos alentaron y empezamos a salir a los escenarios locales”. Tuvieron buena respuesta del público y decidieron convocar a músicos nucleados en la Asociación de Músicos Independientes (AMI) como Pablo Arroyo, quien colabora desde el inicio en la composición y arreglos del grupo.

Las Rondaluna explican que se dedican a la interpretación que “es donde está el trabajo” y lo cual rescatan como práctica para hacer renacer el folclore latinoamericano.

La riqueza de su trabajo es que “la interpretación es un modo de decir desde algún lugar, de un modo subjetivo. Por suerte existen los y las intérpretes”. Y los poetas, aclaran al unísono.

Para ellas “el folclore es algo muy profundo que transmite el hacer y decir de la gente del pueblo y con las personas que desde un lugar artístico dan cuenta de los paisajes”. Somos “transmisoras de algo que es la música, para transmitir lo que sentimos y pensamos”.

Desde el conjunto valoran que hay “jóvenes locales que están acercándose a compositores que no se los escucha tanto y hemos visto en Neuquén chicos que tocan excelente y componen música”.

Con respecto a la cultura musical de Neuquén, el grupo estima que “este es un lugar nuevo donde se va construyendo la cultura todos los días” y aseveran que “lo que nos distingue es el movimiento social, cultural, político y gremial que caracteriza a esta zona, y que algunos artistas han reflejado como Eduardo Guajardo, que tienen la impronta de trovadores de cantar lo que pasa en la región”. Además se podría nombrar a Sergio Castro, Walter Cuevas y, por qué no, Lisandro Aristimuño.

Como gran parte de los músicos de la ciudad, Rondaluna estima que hay pocos lugares donde tocar. Incluso lamentan la reciente clausura del bar “El Bodegón”, que “fue el primer lugar donde tocamos en público, en 2006”.

A pesar de las pocas alternativas para difundir el arte de cada músico, “Rondaluna” cada tanto puede hacerlo realidad. Como la gira que llevaron adelante por el interior de la provincia gracias al apoyo de fundaciones y algunos municipios de la entraña de la provincia.


La música de la ciudad tiene identidad propia aunque muchas las letras y ritmos que los músicos locales interpretan no sean propios del lugar como el tango, la chacarera o el bossa nova. Rondaluna es parte de esa identidad neuquina, a partir de la interpretación del folclore latinoamericano.

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