Comprometido con su tierra

El ruido de ambiente es casi ensordecedor. Acercamos las sillas en la mesa del “barcito de Humanidades”. Los estudiantes van y vienen por los pasillos. Tal vez yendo a cursar, a sacar las fotocopias que los profesores les han pedido y algunos piden agua caliente para amenizar la mañana con mates.

Con sus 21 años, Pablo Díaz está acostumbrado al movimiento y al cuchicheo de los compañeros.

Hace cuatro años comenzó la carrera de Ingeniería en Petróleo y gran parte de sus días transcurren dentro de las aulas de la Universidad Nacional del Comahue en esta ciudad.

“Alguien tiene que cambiar las cosas, y eso lo debemos hacer los jóvenes que nos vamos a recibir ahora”.

Pablo decidió estudiar para ingeniero en petróleo porque “me preocupa que los recursos sean para los argentinos, que la riqueza vuelva al pueblo”.

Tiene una visión crítica sobre la actividad. Cuando aún cursaba el secundario en el Colegio Don Bosco, Pablo observaba que “diferentes empresas multinacionales se repartían las ganancias de la renta petrolera”.

También tiene una opinión formada sobre el acuerdo entre YPF y la Provincia del Neuquén en la Legislatura.

“Está bien que se quiera explotar Vaca Muerta, pero si no sabemos lo que se firma, ¿eso qué es lo significa? Hay que recordar el desastre ambiental que hizo Chevron en Ecuador”.

Pablo señala que dentro de la carrera no se debate sobre el acuerdo, si bien la mayoría de los profesores ha manifestado estar de acuerdo.

“En la carrera no tenemos una materia en la que se nos enseñe sobre no convencionales. Lo que sabemos es porque nos interesa”, cuenta.

Hace unos días concurrieron 20 estudiantes de ingeniería en petróleo y 20 geólogos, a una charla de YPF en Añelo.

Allí los recibió un ingeniero especializado en la estimulación de pozos de no convencionales. “Allá aprendimos mucho, nos clarificó bastante”.

La conclusión de Pablo es que “no se pueden usar los mismos conocimientos para pozos convencionales que para no convencionales”.

La nueva técnica de extracción que se aplicará en Vaca Muerta, denominada fracking o hidrofractura, “no contamina si es realizada correctamente y se realizan los controles ambientales necesarios”.

Sin embargo para Pablo desde el gobierno faltan políticas que diversifiquen el tipo de energía utilizada, inversiones en exploración de pozos convencionales y explotación off-shore, realizada en plataformas marítimas.

“Más de la mitad del consumo de Argentina en gas se está importando” ya que “desde el 2010 estamos en déficit energético”, afirma Pablo. A su vez cree necesario “expandir las redes energéticas y buscar alternativas”.

Una de las formas que este joven encontró para conocer un poco más sobre los no convencionales, fue participar del Seminario-debate Recursos Hidrocarburíferos y Medio Ambiente, organizado por la Legislatura, en la que se debatió en paneles con diferentes abordajes sobre el tema.

Para Pablo fue satisfactorio porque “hubo diferentes puntos de vista”.

“Lo mejor es informarse con distintas fuentes” recomienda el joven, sobre los no convencionales.

Él afirma que teniendo como ejemplo a Estados Unidos, donde se han desarrollado 35.000 pozos, “con Vaca Muerta, Argentina va a salir adelante”.

Además cree necesario derribar algunos mitos que se difunden como que “Neuquén se va a quedar sin agua” o que “el fracking produce actividad sísmica” lo cual fue “comprobado que no produce” la hidrofractura”.