El regreso de Ferdinand von Schirach

Uno ya podía esperarlo. Que Ferdinand von Schirach escribiera su novela era una cuestión de tiempo. “El caso Collini” (Salamandra) es el primer esfuerzo de este ahora famoso abogado alemán que se convirtió en sinónimo de best seller con sus libros “Crímenes” y “Culpa” (Salamdra), una serie de historias criminales sacadas de su propia experiencia como defensor. Su salto a la ficción no fue un salto al vacío. Ni un malabar. En cierto modo hizo lo que sus lectores esperaban de él: el hombre escribió una buena historia, contada con el ritmo que caracterizó a sus anteriores relatos verídicos, y con un final para erizar los pelos. Pero es ficción. ¿No? Más allá de esto, no se puede dejar de pensar en que von Schirach dejó algunas cuentas pendientes en su camino a convertirse en escritor de masas. Sus primeros dos libros no agotaron la veta ni mucho menos. En su tercer libro tal vez el lector esperaba un caso en especial, una obra mayor amparada nuevamente en la existencia de archivos y fotografías verdaderas, a la altura del “Asesino del Zodiaco” o el “Caníbal de Rotemburgo”. Von Schirach optó por un camino distinto. Alternativo. Escribió una novela corta, fácil de leer y entretenida.


Uno ya podía esperarlo. Que Ferdinand von Schirach escribiera su novela era una cuestión de tiempo. “El caso Collini” (Salamandra) es el primer esfuerzo de este ahora famoso abogado alemán que se convirtió en sinónimo de best seller con sus libros “Crímenes” y “Culpa” (Salamdra), una serie de historias criminales sacadas de su propia experiencia como defensor. Su salto a la ficción no fue un salto al vacío. Ni un malabar. En cierto modo hizo lo que sus lectores esperaban de él: el hombre escribió una buena historia, contada con el ritmo que caracterizó a sus anteriores relatos verídicos, y con un final para erizar los pelos. Pero es ficción. ¿No? Más allá de esto, no se puede dejar de pensar en que von Schirach dejó algunas cuentas pendientes en su camino a convertirse en escritor de masas. Sus primeros dos libros no agotaron la veta ni mucho menos. En su tercer libro tal vez el lector esperaba un caso en especial, una obra mayor amparada nuevamente en la existencia de archivos y fotografías verdaderas, a la altura del “Asesino del Zodiaco” o el “Caníbal de Rotemburgo”. Von Schirach optó por un camino distinto. Alternativo. Escribió una novela corta, fácil de leer y entretenida.

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