Cinco lugares para explorar en Playas Doradas

Cinco lugares para explorar en la villa balnearia, con punto de partida a 500 metros del centro.

Suple VOY

Miguel Velázquez

mvelazquez@rionegro.com.ar

1. Paseo del Cuis. Desde hace dos años está en marcha el circuito autoguiado.

Un atractivo sendero de 800 metros de longitud permite en pocos metros descubrir un poco más de la Patagonia: se han instalado carteles que explican de qué se trata cada arbusto xerófilo que tapiza este paseo costero y cada animal que podemos encontrar libre por el campo.

El nombre bien ganado lo tiene, porque al paso de los turistas en los senderos se ve a los roedores nativos correr bajo las matas.

En este lugar hay servicios, como parrillas reparadas del viento para el asado, cestos de basura y además un deck y mirador de madera que permite descansar unos minutos de la arena y desde lo alto contemplar el paisaje.

Un dato es que esta zona no es balnearia, solo para ver y disfrutar de las bondades de la naturaleza en Playas Doradas y quizás probar suerte con la caña.

El lugar no tiene paradores, pero está a escasos 500 metros al sur de Playas Doradas para abastecerse de provisiones.

2. Playa Bonita. Su nombre lo dice todo. Es una solitaria zona que está en la continuidad del Paseo del Cuis, a escasos dos kilómetros de Playas Doradas. De pendiente pronunciada, muchos conocedores la adoptan como playa “privada”.

Pero este lugar es el ideal no solo para un chapuzón sino para practicar apnea, por ejemplo. Edgardo Videla y su hijo Juany, vecinos de Sierra Grande, frecuentemente junto a amigos llegan al sitio y disfrutan de los fondos marinos porque aquí el agua es muy transparente.

“Siempre bajamos a cinco metros de profundidad con la marea alta, porque en esta playa es muy buena la vista y no está lejos de la costa”, señaló Edgardo.

En el lugar no hay guardavidas ni servicios por eso los elementos de seguridad son realmente necesarios para practicar deportes acuáticos en esta zona.

También es conveniente recordar que en este lugar no hay guardavidas.

3. Los Suecos. Es una playa con historia porque los lugareños cuentan que en la década del 70 era una zona nudista usada por suecos que habían llegado a trabajar al muelle mineralero que está en la cercana Punta Colorada.

Pero aquella situación dista de la actual: hoy las familias enteras disfrutan todo el día de este paisaje, el sol y la arena lejos del bullicio.

En esta zona se escucha solo la rompiente de las olas y el sonido de los pájaros costeros. Hay muy poca gente alrededor. Exactamente lo que vienen a buscar sus habitués: silencio por algunas horas.

Este sitio está compuesto por una pequeña bahía que permite disfrutar de un buen baño de mar, su pendiente es pronunciada y está limitada por rocas que permite tirar a caña. En esta zona, un poco mas alejada de Playas Doradas, a unos cinco kilómetros, hay que traer provisiones, una conservadora, agua. No hay baños públicos.

Otros buscan las rocas para observar cómo es la vida en los pozones de aguas cristalinas que permiten ver un poco de acción del mundo vivo, pequeños peces, cangrejos y pulpos. No hay guardavidas es este lugar.

4. Las Casitas. Esta playa está pegada al puerto de Punta Colorada, y si bien aquí se ve la dársena a la distancia, muchos la eligen para pasar la tarde.

Cerca hay un conjunto de casas de madera, cuya presencia le dio nombre al sitio y se ofrecen en alquiler.

Es una playa solitaria de la que disfrutan, por ejemplo, los aficionados a la pesca porque se trata de una zona muy rica en especies.

Es de pendiente pronunciada, tampoco hay servicios a pesar que la presencia de incipiente urbanismo por eso es recomendable acudir con las provisiones necesarias. Está señalizada y no se pueden perder los que lleguen a esta costa a conocer sus bondades: cada playa en su acceso tiene el nombre.

5. Laberinto. Al sur de Punta Colorada. Por caminos vecinales se llega a un rincón de rocas que cuando baja la marea deja al descubierto un hermoso paseo natural.

El sitio es cercano al puerto Punta Colorada, apenas unos metros al sur del muelle y a unos 8 kilómetros de la villa balnearia, pero hay que ir en marea baja para apreciar las formaciones y desde el monte no se ve.

¿Por qué el Laberinto? Se trata de una formación rocosa milenaria que está al alcance de la mano y el oleaje y la erosión por millones de años hizo que adopte formaciones curiosas, trasformándose en verdaderos laberintos de piedra por donde la gente camina. No es el característico pórfido que abunda en la zona.

“Por las formaciones, los geólogos nos dicen que tienen entre 60 y 200 millones de años, al parecer es un tipo de caliza comprimida”, explicó el baqueano Cachi Siguero. Como se puede apreciar, se trata de una exploración que vale la pena realizar. (Agencia Sierra Grande)


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