El largo peregrinaje de Ana en busca de justicia

Ana relató todo lo que padeció en su búsqueda de justicia. “Cuando decidí denunciar sentí como si mi cuerpo hubiera sido arrasado, literalmente. A partir de allí mi motor fueron mis hijos y mi voluntad” sostuvo.

Sus hijos fueron las víctimas de su expareja.

“Fui a la comisaría a las 6 de la tarde y salí de allí a las 10 de la noche. Me pedían pruebas, si lo había visto, un hecho concreto… Si hubiera sido así, lo hubiera matado. Me manejé con los indicios/mensajes que me dieron mis hijos”, explicó.

El acusado huyó

“El oficial de turno terminó gritándome si quería la 3040. No sabía qué contestar porque nunca me explicaron que era una prohibición de acercamiento. De todas maneras alguien filtró información de mi denuncia y ese mismo día mi ex había escapado a un campo sin nombre, ni camino, ni ubicación. Luego volvería a través del teléfono y de sus familiares, recuerdo y tiemblo y aún a veces me da miedo” agregó.

Ana dijo que “fue todo un peregrinar. En cada momento sentí que en las instituciones dudaban de mi cordura. Sólo en algunos casos (sino sólo en uno) me explicaron y escucharon”.

Relató que “durante un año me levanté cada día a las 6 de la mañana y me acosté de madrugada pensando adónde dirigirme, qué pasos dar, cómo cuidar a mis hijos y cuidarme yo”.

“Por suerte hay organizaciones, familia y amigos, porque el soporte del Estado sólo se encuentra en algunos poquísimos individuos que a su vez están atados a la desidia de organismos que parecen tener fiaca y desinterés”, indicó Ana.


Ana relató todo lo que padeció en su búsqueda de justicia. “Cuando decidí denunciar sentí como si mi cuerpo hubiera sido arrasado, literalmente. A partir de allí mi motor fueron mis hijos y mi voluntad” sostuvo.

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