de una crisis a otra
Tenía 25 años cuando tomó la decisión de emigrar de China luego de que su fábrica de calzado se viniera en picada por la crisis económica. Un año después, cuando apenas había aprendido a manejar un castellano básico, se vio nuevamente cara a cara con la crisis argentina del 2001, siendo empleado en un supermercado chino. Pero resistió y ahora es dueño de dos restaurantes en Neuquén.
Feng Qing Zhens ahora tiene 42 años. A los 25 años dejó la ciudad de Putián, en la provincia de Fujian, en el sur de China. Cuenta que su pueblo natal es pequeño, y lo es en las dimensiones geográficas del país asiático; tiene medio millón de habitantes.
A los 20 años con un socio abrieron una fábrica de zapatos y zapatillas, en una ciudad donde la principal actividad es esa. “Teníamos mucha competencia, éramos una fábrica chica y fue muy difícil permanecer. La crisis nos afectó”, dijo.
Feng Qing tenía un primo radicado en Buenos Aires desde la década del 90 que trabajaba en un supermercado chino. Le ofreció venirse y el no lo dudó. Eso fue a mediados del 2000. Diez días después se trasladó a Bahía Blanca, donde otro primo le dio un lugar en un restaurante chino. Durante un año trabajó 15 horas diarias y estudiaba castellano de noche. “Escuchaba cassettes y repetía las palabras para aprenderlas. A la mañana me levantaba media hora antes para practicar”, recuerda. Logrando dominar un puñado de palabras en español, pensó que ya lo peor había pasado. Pero la crisis del 2001 volvió a ponerlo a prueba. “El restaurante funcionaba muy bien. Pero viene la crisis y cayó mucho. Los dueños se fueron y nosotros como empleados tratamos de sostenerlo. El dueño decide vender y nosotros le ofrecemos comprarlo. Los primero años no fueron fáciles, pero logramos resistir. Después repuntó y nos fue muy bien durante tres años. En 2006 yo decidí venirme a Neuquén y poner otro restaurante acá”, relata Feng Qing. Se casó con su novia que vino de China. Tiene tres hijos.
“Los primeros años fueron muy difíciles. Acá toman agua fría, nosotros caliente. Yo tomaba agua de la máquina de café. Me miraban raro”,
recordó Feng Qing Zhens, dueño de dos restaurantes en la capital.
Datos
- “Los primeros años fueron muy difíciles. Acá toman agua fría, nosotros caliente. Yo tomaba agua de la máquina de café. Me miraban raro”,
Tenía 25 años cuando tomó la decisión de emigrar de China luego de que su fábrica de calzado se viniera en picada por la crisis económica. Un año después, cuando apenas había aprendido a manejar un castellano básico, se vio nuevamente cara a cara con la crisis argentina del 2001, siendo empleado en un supermercado chino. Pero resistió y ahora es dueño de dos restaurantes en Neuquén.
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