Adriana busca a su hermano nacido en un centro clandestino

A sus padres, Graciela Romero y Raúl Metz, los secuestraron en Cutral Co en el '76. Siguen desaparecidos. Ella tenía poco más de un año y su hermano nació en el centro de detención "La Escuelita", de Bahía. Confía en encontrarlo: "La

NEUQUEN (AN).- «Me enteré de que tenía un hermano porque Alicia Parnoi les mandó una carta a mis abuelos y yo, escondida detrás de la heladera, escuché cuando mi abuelo se la leía a mi abuela…».

Adriana Metz tiene 30 años, está casada y tiene dos hijos, uno de cinco y otro de dos años. Pero el gran vacío, la página en blanco del pasado que martiriza su presente comenzó cuando tenía un año, un mes y 16 días. Ese día, el 16 de diciembre de 1976, a las 2 de la mañana fuerzas militares arrancaron de su hogar en Cutral Co a Graciela Romero (24 años) y Raúl Metz (23), sus padres.

Graciela estaba embarazada y Parnoi –como otros prisioneros en el centro ilegal «La Escuelita» de Bahía Blanca– supo que el bebé que dio a luz era un varón, que se quedaron los represores.

«Sé que tengo un hermano, pero no sé dónde está, si quedó en Bahía, lo trajeron a Neuquén o a qué punto del país lo llevaron. Y lo estoy buscando porque él tiene derecho a conocer una historia que nadie le contó, que no le permitieron conocer», dijo Adriana, dominando la emoción.

La mujer se presentó el viernes en la justicia, junto a víctimas de la represión y dirigentes de la Asamblea por los Derechos Humanos de Neuquén (APDH), pidiendo ser querellante en la causa en la que investiga más de medio centenar de denuncias de secuestros, torturas y desapariciones de personas ocurridas en los '70 en esta región. Expedientes que se reabrieron merced a la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y permiten reanudar las investigaciones para llegar a los culpables, juzgarlos, condenarlos y terminar con la impunidad.

– ¿Sabías, cuando escuchaste a tu abuelo, que eras hija de desaparecidos?

– Me enteré de ello desde que aprendí a decir hola. Mis abuelos siempre me dijeron quién era, quiénes eran mis padres, por qué no los tenía.

– ¿Confiás en encontrar a tu hermano, que será encontrar una parte de tu propia historia?

– Totalmente. Mi abuela decía que el llamado de la sangre es lo más fuerte que hay y si la prensa colabora, difundiendo una foto, mis datos, alguien puede verse identificado y aportar a nuestra búsqueda.

No sólo apeló a su hermano, sino también a quien pudo haberlo criado: «La gente que tiene a mi hermano puede ser la mejor del mundo. Lo pueden adorar y mi hermano a ellos, pero él tiene una historia y tiene derecho a saber quién es…».

Noemí Labrune y Nerea Monte, de la APDH, dijeron que la causa Metz tiene valiosos documentos, con testimonios de secuestrados en «La escuelita» que funcionó en el Batallón de esta ciudad, que en diciembre del '76 compartieron el cautiverio del matrimonio.


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