“Aldo Mástice: su último vuelo”

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Este 4 de octubre planeó a su destino final don Aldo Mástice, piloto de avión y pionero del aeromodelismo. Se nos ha ido un personaje emblemático que escribió, con su tarea y su creación, grandes renglones de la historia neuquina.

Mario Aldo Mástice nació el 30 de abril de 1935. Hijo de Mario Mástice, oriundo de Aosta, Italia, y de Dolores (Lola) Lojo, de la Isla de Arosa, en España. Realizó sus estudios primarios en el Colegio Salesiano de Río Gallegos: “Ese colegio significó mucho en mi vida. Los curas salesianos, que sabían de todo, me enseñaron dibujo y diseño”, nos contó Aldo. Es que nuestro homenajeado armó sus primeros aeromodelos durante el cursado de sus estudios secundarios, los cuales debió interrumpir debido a que la familia se trasladaría a nuestra ciudad.

En 1948, su papá, cansado del agreste clima del extremo sur, vino a trabajar a una cooperativa frutícola de Centenario. Poco tiempo después, toda la familia se radicó en nuestra ciudad. Una vez terminado el secundario, y dadas sus cualidades como dibujante, accedió a dictar horas de la cátedra de Dibujo. Dicho empleo, sumado al de auxiliar de Secretaría, lo ayudó a salir adelante con su mamá y su hermana Julia, a quien tanto recordaba. Por su parte, el ingeniero Alfredo Izaguirre lo inició en el dibujo de planos, tanto de arquitectura como de agrimensura, hecho que significó una nueva salida laboral para la familia.

Aquí, en nuestra ciudad, Aldo no tardaría en relacionarse con el Aeroclub Neuquén. Es por ello que su pasión por los aviones no culminaría en la realización de modelos a escala de aquellas naves que tanto le gustaban: en 1955, con la instrucción del recordado piloto René Riavitz, obtuvo sus Alas de Piloto Privado. En 1970, pasó a integrar el cuerpo de pilotos de la Dirección de Servicios Aéreos, luego transformada en TAN (Transportes Aéreos Neuquén). De su paso por dicha entidad atesoraba innumerables recuerdos.

Personalidad multifacética, es el creador del escudo de la provincia de Neuquén. Nos contó la experiencia: “El primer concurso en el que participé fue el del escudo provincial, en 1958. Yo comenzaba mi carrera de piloto en el Aeroclub de esta ciudad. En mi diseño opté por lo más simbólico: Lanín, Araucaria, agua y manos, que expresan la naturaleza que colmó a Neuquén de dones. Y los laureles y el sol sintetizan el espíritu de argentinidad. La diadema de dieciséis estrellas simboliza cada departamento que compone la provincia”.

No cesa aquí el reflejo de su espíritu extraordinario, también resultó ganador del concurso nacional para gestar la bandera neuquina. En palabras de su forjador: “Es una síntesis del escudo con casi todos sus atributos realizados en forma más esquematizada, a la que se le agregó la estrella federal. Los colores celeste y blanco simbolizan la pertenencia de Neuquén al Estado nacional”. “Esta bandera nació en la cabina de un avión en un vuelo entre Neuquén y Chos Malal. La idea venía dando vueltas en mi cabeza: tomé un bloc de notas que siempre me acompañaba e hice el primer boceto, piloto automático mediante”. Fue adoptada en 1989.

Aldo amaba su provincia, y en la ciudad de Neuquén echó raíces para siempre: sus cuatro hijos, Silvia, Claudia, Alejandro y Martín; nietos, bisnietos y sobrinos nacieron en esta ciudad. Y compartió los últimos veinte años de su vida con Miryam Galindo, su actual esposa.

Es imposible resumir su vasta tarea. Nos queda su obra colosal y el agradecimiento por darle a la provincia neuquina sus insignias distintivas.

¡Gracias vecino ilustre del Neuquén!

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256

“Es imposible resumir su vasta tarea. Nos queda su obra colosal y el agradecimiento por darle a la provincia neuquina sus insignias distintivas”.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256

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“Es imposible resumir su vasta tarea. Nos queda su obra colosal y el agradecimiento por darle a la provincia neuquina sus insignias distintivas”.

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