Alto Valle se sacó una vieja espina

Cuando el frac no sirve para la ocasión, es mejor cambiar por el overol. Y eso hizo el seleccionado de rugby de la Unión Alto Valle para salir airoso en su debut en el campeonato Argentino y ganarle a su par de la Unión del Sur por 21 a 13. Así se quebró la paternidad bahiense que ya tenía casi 20 años.

Desde el kick inicial quedó en claro que el triunfo, se para quien fuera, sería duro. Por eso todo fue muy cerrado, con muchas marcas y pocas ideas para atacar. Así todo quedó supeditado a las acciones individuales.

Pero a pesar de esa chatura, el quince valletano buscó mediante sus forwards llevar el juego adelante. Pero ese enorme esfuerzo se diluía porque no había apoyo necesario y así se dividía la pelota y los bonaerenses usufructuaban esas desinteligencias para llevar el juego al campo rival.

Como todo era muy confuso, solo las patadas a los palos permitió sumar puntos. Y en eso también sacó provecho Alto Valle. Es que José Manson tuvo más puntería que el bahiense Ricardo Díaz -marró cuatro penales factibles- y el 'verde' se puso al frente 6 a 0. Cuando se cerraba la etapa el apertura visitante recuperó la puntería y achicó el marcador 6-3 para ir al descanso.

Se esperaba la reacción de los dos en el complemento. Pero no fue así. Afloró, sí, el enorme corazón de los delanteros locales, quienes, ayudados por la sólida defensa del centro de la cancha, resultaron centrales en el triunfo. Creció, además, la figura de Sebastián Izaguirre. El centro no sólo aportó un try tras una avivada de Tossi en las '22', sino que fue un cerco infranqueable para los del Sur. Su tackle fue fundamental para frenar las corridas visitantes y, además, cada vez que tuvo l guinda en sus manos el equipo fue siempre adelante.

Cuando los manzaneros se pusieron 14-8 arriba, el partido ganó en emoción. Los bahienses se jugaron el resto que les quedaban y a fuerza de mauls y rucks metieron a los locales en sus '22'. Parecía que se venía la noche al elenco zonal. Pero no. El quince valletano no se quería quedar con las manos vacías y sacó a relucir una enorme actitud para defender. No fue prolijo, no mostró un juego arrollador, pero sí un temple de acero para ir adelante.

Y en una de esas incursiones, Gabriel Ochoa le tapó un kick al apertura rival. El escurridizo medio scrum tomó el rebote y apoyó bajo las haches para poner un resultado más tranquilizador.

Después Sur se fue con todo. Pero era demasiado tarde para quebrar a Alto Valle, que a pesar del cansancio y del enorme esfuerzo se mostró muy compacto para quedarse con una victoria trabajosa, pero justa.

Nota asociada: Alegría incontenible

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