Análisis: Ante la muerte, el Estado es el principal responsable
Análisis del crimen ocurrido en Cuesta del Ternero el fin de semana.
En Cuesta del Ternero se mantiene la tensión después del asesinato de Elías Garay el domingo. Foto: Télam/ Alejandra Bartoliche
Ante un crimen de semejante magnitud la respuesta política debería ser tan eficaz como contundente. Sin embargo, los dirigentes rionegrinos pasaron todo el lunes atrapados en una catarata de pronunciamientos estériles, repleta de acusaciones y defensas, y con un soslayo pavoroso de la suerte que corría el único sobreviviente del ataque, Gonzalo Cabrera.
Se dijo antes, se reitera ahora: cuando hay una muerte de esta naturaleza el Estado es responsable, por acción, como con Rafael Nahuel, o por omisión, como con Santiago Maldonado y Elías Garay.
La miseria de los que creen que alguien se merece esa suerte por el simple hecho de tomar una tierra o por la sangre indígena que corre por sus venas, no debería pasar inadvertida y, como sociedad, el esfuerzo por aislar esos razonamientos tendría que formar parte de las agendas de los dirigentes políticos.
El Estado no es sólo la gobernadora; es también el Poder Judicial, los jueces y los fiscales, es la Policía.
Ahora, la premisa debe ser proteger al único sobreviviente; el Estado debe garantizarlo.
Betiana Cendón, que es una de las fiscalas que mejor parece adaptarse al sistema penal acusatorio, tiene la responsabilidad de decirle a la sociedad qué es lo que ocurrió y quiénes fueron los que dispararon contra Garay y Cabrera.
El país, la provincia y Bariloche tiene demasiados casos impunes, desde Lucas Muñoz a Rafael Nahuel, como para sumarle uno nuevo.
Magdalena Odarda, la rionegrina que preside el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, se dejaba ver por Bariloche mucho más cuando era candidata a gobernadora del ARI que ahora.
A Juntos, el partido provincial que es gobierno desde hace 10 años, le resultó enfrentarse con Nación por la seguridad en zona mapuche, pero todo tiene un límite.
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