La Iglesia católica acordó la poda “gradual” de los fondos del Estado

Reciben 130 millones anuales, sin contar el monto por los subsidios y las exenciones impositivas. Apelarán ahora a la solidaridad de los fieles.

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) acordó “el reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles”.

El presupuesto total que el Estado nacional destina a la Iglesia Católica para el pago de una asignación a obispos y el sostenimiento de parroquias de frontera, entre otras cuestiones es de 130 millones de pesos, señaló la Iglesia.

El credo católico además es beneficiario de subsidios y exenciones impositivas.

El anuncio de la Iglesias se trata de un claro un gesto que apunta en dos direcciones:

• Dar una señal de austeridad en medio de la crisis económica.

• Disipar las críticas de los sectores anticlericales y del feminismo en particular, con el que sostiene una ardua disputa por el tema del aborto .

Para el autoajuste, los obispos armaron una comisión que trabajará en la creación de un fondo solidario, además de continuar en diálogo con el gobierno nacional para consensuar “diversas alternativas que facilitarán” el traspaso de una modalidad a la otra.

La cifra que aporta el Estado a la Iglesia Católica ese mantiene sin modificaciones desde 2016; en tanto, en 2017, el Episcopado recaudó $44,4 millones en donaciones de fieles para ayudar a regiones necesitadas, se informó.

Los $ 130 millones representan sólo el 7% del presupuesto total que maneja el Episcopado, trascendió ayer.

Bajo presión

La medida que venían reclamando con firmeza los sectores anticlericales la anunció ayer la oficina de prensa de la CEA, al término de cinco días de deliberaciones de los obispos de todo el país, que se reunieron en la casa de retiros El Cenáculo, de Pilar, encabezados por el titular del cuerpo y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea.

“Los obispos reunidos en la 116° Asamblea han confirmado aceptar el reemplazo gradual de los aportes del Estado (asignaciones a los obispados, becas para los seminaristas y parroquias de frontera), por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común (Hechos de los Apóstoles 2,44)”, dice el comunicado difundido hoy.

Así quedó confirmado por el plenario de obispos el cambio al actual sistema de sostenimiento de culto que la Iglesia venía estudiando hace meses en diálogo con el Estado nacional, bajo un estricto hermetismo.

En la última reunión de la comisión permanente, en agosto, los obispos recibieron un informe del grupo que forman representantes de la Jefatura de Gabinete, Secretaría de Culto y la CEA que analiza alternativas al actual sistema. Se acordó entonces seguir profundizando esas alternativas y estudiar propuestas, con “el fin de ir resignando de manera gradual las asignaciones que reciben los obispos de parte del Estado nacional”, según se informó en ese momento.

En las últimas semanas, el Episcopado convocó a los ecónomos de todas las diócesis argentinas, con quienes se analizó los futuros cambios en el sistema que viene estudiando.

El gesto de los obispos también apunta a contrarrestar una campaña de apostasía colectiva -renunciar a la fe católica- impulsada por sectores anticlericales luego de fracasar la sanción en el Congreso el proyecto de ley para despenalizar el aborto. La iniciativa no prosperó en parte por la capacidad de grupos católicos para influir sobre los legisladores.

“Cuidado con transformar las Iglesias, ‘casas de Dios’, en mercados, tal vez incluso con la lista de los precios para los Sacramentos. Sí, lo he visto hacer algunas veces”, dijo el Papa Francisco durante la homilía de ayer, en la Capilla del Vaticano. Sus palabras cobran más vigor en momentos en que los obispos argentinos buscan alternativas para financiar a la Iglesia sin depender de los fondos del Estado.

“Debemos mantener a la Iglesia. Sí, sí, verdaderamente’. Que la mantengan los fieles, pero en la caja de las ofertas, de las ofrendas, sin que nadie vea cuánto das, no con una lista de precios».

Una de las principales preocupaciones de la Iglesia es la campaña que insta a la gente a renunciar a la fe católica a través de un trámite.

La primera señal que anticipó la medida anunciada ayer en Pilar la brindó el obispo de Neuquén, Fernando Croxatto. Expresó a “Río Negro” el 16 de agosto pasado su posición a favor de la separación entre Iglesia y Estado. “Nosotros creemos que sería buena y conveniente la separación entre Iglesia y Estado. Es una idea de mayor libertad porque la Iglesia quiere expresar libremente lo que quiere y lo que opina de “la verdad de Cristo, la historia y el hombre”.

Datos

Una de las principales preocupaciones de la Iglesia es la campaña que insta a la gente a renunciar a la fe católica a través de un trámite.

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