Trump complicó a Macri con una dura carga contra China

La factura llegó a primera hora del día. El presidente Donald Trump hizo saber ayer cuál es la naturaleza de la retribución que espera ante el decidido apoyo que dieron los Estados Unidos en los últimos meses al salvataje financiero de la Argentina. A minutos de finalizado su encuentro con el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, Trump hizo saber por intermedio de su vocera que ambos se habían comprometido en enfrentar “la actividad económica depredadora de China” en América latina.

Es una declaración que incomoda a Macri. El presidente Macri recibirá mañana –probablemente en Olivos– en un encuentro bilateral a su colega chino Xi Jinping, quien participa de la cumbre de G20 en Buenos Aires y realiza a la par una visita oficial a la Argentina. China, al mismo tiempo, es el segundo socio comercial de la Argentina y el segundo destino de sus exportaciones, detrás de Brasil.

La inesperada declaración que difundió la portavoz de Trump fue un recordatorio temprano sobre cuál es el tema que domina la cumbre de líderes mundiales más allá de lo que indique toda agenda: la pulseada por la hegemonía económica global entre los Estdos Unidos y China. Al caer la tarde de hoy, Trump y Xi compartirán una cena en el restaurante de un hotel de Buenos Aires –aún no trascendió cuál– de la que se espera algún tipo de señal sobre la dirección que tomará la guerra comercial entre ambos países.

Macri recibió ayer a Trump a las 7.23 en la explanada de la Casa Rosada. Dio un breve mensaje de bienvenida en el Salón Blanco, durante el que el norteamericano dio un muestra de fastidio: arrojó al piso su dispositivo de traducción simultánea, molesto con la que consideró una mala versión del mensaje de Macri. Tuvo sin embargo palabras cálidas para su anfitrión.

Ya en el despacho presidencial, Macri y Trump recorrieron la agenda bilateral. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que participó del encuentro, dijo que se habló de “inversiones bilaterales” y a “la presencia de compañías norteamericanas en Vaca Muerta, utilizando la experiencia acumulada en tantos años de exitosa explotación recursos no convencionales” en EE.UU.

Un rato antes, la vocera Trump, Sarag Huckabee, aludió a la cuestión china. “Los dos líderes reiteraron su compromiso compartido de enfrentar los desafíos regionales como Venezuela y la actividad económica depredadora china”, dijo.

La declaración de la secretaria de Prensa de la Casa Blanca generó sorpresa e incredulidad en la delegación argentina. El canciller Jorge Faurie buscó relativizar la versión de la Casa Blanca: “No creo que haya sido así. El adjetivo depredador corre por cuenta de su comunicado”, dijo.

Hacienda y Cancillería difundieron un comunicado en el que informaron sobre la firma de un acuerdo marco con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven T. Mnuchin, para fortalecer la inversión en infraestructura y la cooperación energética.

El ministro Dujovne dijo que en el encuentro con Trump se habló de temas vinculados a inversiones y a “la presencia de compañías norteamericanas en Vaca Muerta”.

Una Babel en la Costanera

Son las 7 de la mañana y en la fila para tomar un café imprescindible, que se va extendiendo cada vez más a medida que pasan los minutos, dos hombres hablan en chino. A su lado, un hombre aparentemente alemán –pues eso es lo que habla– pasa caminando mientras se filma a sí mismo con el celular. Casi no quedó ayer idioma sin ser hablado en el Centro Internacional de Medios (CIM), de Costanera, donde trabajan 2200 periodistas de todo el mundo, entre los que estuvo “Río Negro”, y miembros de las delegaciones que participan de la cumbre.

Las medidas de seguridad, extremas dentro y fuera del complejo. Al CIM solo puede llegarse a bordo de micros que la organización de la cumbre puso especialmente. En los alrededores, labradores uniformados olfatean el terreno en busca de explosivos. Adentro, hombres de negro con un gafete que dice “PFA”, recorren, manos en la espalda, constantemente las distintas áreas del predio.

Mención especial: el gobierno dio despliegue a la promoción turística para los periodistas internacionales que cubren la cumbre. La Patagonia estuvo en primera página de los folletos.

El presidente, con un fuerte llamado al diálogo y el consenso

Mauricio Macri abrió ayer formalmente la cumbre del G20 y pidió a todos los líderes mundiales “crear las bases para el consenso para los próximos diez años”. Mientras la guerra comercial-arancelaria entre Estados Unidos y China amenaza con bloquear cualquier tipo de consenso de cara al documento final de la cumbre, el presidente pidió a sus pares “dialogar, dialogar y dialogar” a pesar de las diferencias.

Luego de su reunión bilateral en la Rosada con el mandatario estadounidense, Donald Trump, el presidente llegó a Costa Salguero, donde se desarrolla la cumbre, minutos antes de las 10 de la mañana. A esa hora, la Ciudad –ya con el operativo de seguridad desplegado en su máxima expresión– se parecía más a la de un domingo a la mañana que la de un viernes, y no sólo en el área de los anillos custodiados por las fuerzas policiales.

Sobre un escenario, Macri saludó protocolarmente a los 20 líderes mundiales, que se acercaron de a uno a la vez, y luego participaron todos juntos de un “retiro” privado, una suerte de reunión “secreta”, sin asesores. Luego, sí, la foto “de familia”, de la que participaron todos los miembros de la cumbre salvo la canciller Alemana, Angela Merkel, quien, demorada el viernes, recién llegó a la Argentina ayer por la tarde.

Entonces Macri les habló a los jefes de Estado: “Bajo la consigna de construir consenso para un desarrollo sostenible y equitativo, estos días abordaremos varios temas: como el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible, la estabilidad financiera, la sustentabilidad climática, y el comercio internacional”, afirmó, dejando para el final los dos temas que ponen en peligro la posibilidad de un documento de consenso.

“Para mi la solución es dialogar, dialogar y dialogar. Esa es la forma de empujar los límites de lo posible, entendiendo que cada país tiene preferencias, valores e intereses, pero todos coincidimos en que queremos promover el desarrollo sostenible”, sostuvo el presidente reconociendo las diferencias, antes de comenzar la primera sesión plenaria de la cumbre, que se desarrolló a puertas cerradas.