YPF vale hoy 40% menos que cuando se privatizó en 1993

La empresa YPF tiene actualmente un valor de mercado en torno a los 5.750 millones de dólares. La cifra es 40% inferior al momento de su privatización, hacia fines de 1993.

La comparación de los números es llamativa y, más aún, si se tiene en cuenta que YPF, hoy en manos nuevamente del Estado argentino, sumó en este último tiempo un activo muy importante como es el 40% del área productiva de Vaca Muerta.

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Recorriendo la historia más cercana, todavía resuenan los conceptos del entonces ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, jactándose del pago que concretó el gobierno, de algo más de 5.000 millones de dólares, a la petrolera Repsol por la expropiación del 51% de sus acciones. El titular de la cartera argumentaba, en los primeros meses de 2014, que el acuerdo de pago era claramente beneficioso para el país al cancelarse la deuda en el largo plazo. Nada se dijo acerca del 8% de interés anual en dólares que se abonaría por esos pasivos ni de los costos adicionales que acarrearían para YPF la decisión de tomar una medida compulsiva como esa.

La realidad muestra que se terminó abonando, hace algo más de cuatro años, el doble de lo que se debería haber pagado. Pingüe negocio para los españoles.

¿Cómo se obtienen estos números?

Calculando el valor de la compañía en la bolsa. Para esto se utiliza el concepto de capitalización bursátil, que es la cantidad de acciones emitidas de una empresa multiplicada por el precio de cotización de sus acciones. En la medida que sus papeles suben por la demanda de los inversores, su valor lo hace en esa misma proporción.

Es así que, durante 2005, cuando YPF estaba en manos de la española Repsol, la acción llegó a rozar los 70 dólares en el mercado de Nueva York. Ayer, con un fuerte rebote (9%) interdiario, terminó levemente arriba de los 14 dólares en esa misma plaza.

La descapitalización bursátil que sufrió YPF desde el inicio de la expropiación ha sido significativa. La lluvia de inversiones que el relato kirchnerista ponderó a partir de mayo de 2012, momento en que el gobierno nacional toma la decisión de hacerse en forma compulsiva los activos de Repsol, nunca terminó de concretarse efectivamente en el campo.

Los principales fondos que llegaron a Vaca Muerta lo hicieron de la mano del endeudamiento de YPF, comandada en ese entonces por el hombre elegido por el kirchnerismo: Miguel Galuccio. De los 150.000 millones de dólares necesarios para desarrollar el área en el período 2012-2017 tan sólo llegaron algo más de 15.000 millones y de ese monto, como inversión real, alrededor del 70% fue colocado por la misma YPF.

Claramente el mercado no termina de convencerse del potencial que presentaría Vaca Muerta. La falta de seguridad jurídica, los bajos precios del petróleo o los altos costos en la Argentina son tan sólo algunos de los argumentos que dan las multinacionales a la hora de hacer fuertes inversiones en esta área del país. Mantienen lo mínimo indispensable para continuar con sus operaciones. Algunas arriesgan algunos cientos de millones más para exploración, pero no mucho más que eso.

Las promesas de hacer enormes obras de infraestructura, viviendas, aeropuertos, hoteles, hospitales y el desarrollo de toda la región de la Norpatagonia con las enormes reservas de Vaca Muerta, por ahora, quedaron en eso; sólo promesas.


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