Inspirada en los graneros del campo, esta casa brilla en las sierras de Córdoba

En Los Reartes, un pueblo de tradición rural en el Valle de Calamuchita a 90 km de la capital provincial, este proyecto de las arquitectas María Belén Arato y Josefina Falco utiliza recursos contemporáneos para recordar a las antiguas construcciones del campo. Aquí describen el paso a paso de la obra, los materiales elegidos y el valor estimado del m2.

Maravilla al anochecer. Los dos volúmenes están conectados por un pasillo vidriado. Fotos: Arq. Gonzalo Viramonte

En la recorrida por los proyectos que brillaron este año, hoy hacemos escala en Córdoba, una plaza que exhibe dinamismo y creatividad. Tiene el peso de la historia como telón de fondo: la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño fue creada hace 71 años y en la evolución de la matrícula se advierte un dato que marca un cambio social: cada vez más mujeres eligen la carrera, en una proporción que se acerca hoy al 70%, similar a la que se observa en otras opciones educativas que se sumaron con el paso del tiempo. De esa usina surgen atractivas propuestas publicadas por las plataformas especializadas más influyentes.

Casa Granero, desde otra perspectiva.

Nos detenemos ahora en la que se desarrolla en un club de campo en Los Reartes, uno de los pueblos más antiguos y pintorescos del Valle de Calamuchita, a 90 kilómetros de la capital provincial. Allí, de cara al encantador paisaje de sierras y plantas nativas, tomó forma Casa Granero. El nombre se origina en su aspecto, que recuerda a las tradicionales construcción rurales. Así la imaginaron las arquitectas María Belén Arato y Josefina Falco, autoras del proyecto y del diseño de interiores con ese cálido toque rústico que querían los futuros habitantes de la vivienda.


Abierta al entorno


“La vivienda se inserta en un entorno serrano de baja densidad, con un paisaje marcado por la presencia de vegetación autóctona, topografía suave y amplias visuales abiertas hacia las sierras”, explican las dos integrantes de Fabric Estudio.

Área social.

El cuarto principal

Uno de los dormitorios.


“El contexto natural fue un condicionante fundamental del proyecto: la implantación, la orientación y la apertura de los espacios buscan reforzar la relación directa entre la arquitectura y el paisaje, priorizando una integración respetuosa con el entorno”, agregan.


Volúmenes independientes

Las dos jóvenes profesionales explican también que este proyecto arquitectónico se define por la interacción de dos volúmenes independientes, ambos con techos a dos aguas, conectados por un pasillo vidriado que destaca las vistas panorámicas hacia las sierras.

“El concepto del proyecto surge de la idea de trabajar con volúmenes simples y reconocibles, tomando referencias de tipologías rurales tradicionales -como los graneros- reinterpretadas desde un lenguaje contemporáneo”

Entre sierras y plantas nativas.

El pasillo vidriado que conecta los dos volúmenes


“Los volúmenes presentan una morfología claramente marcada, caracterizada por formas puras y sencillas, que subrayan el estilo moderno de la casa”, describen las arquitectas. Y explican que las grandes aberturas socavadas en los muros permiten una entrada generosa de luz natural, enmarcando el paisaje y creando además una conexión fluida entre el interior y el exterior.


Área social y área privada


De acuerdo con el proyecto, la distribución en planta se organiza en dos volúmenes separados. El primero alberga las áreas sociales, con una cocina integrada, comedor y living, que se extienden hacia una galería abierta al norte, para maximizar así la luz natural y la interacción con el exterior.

Área social.


El segundo volumen, más privado, incluye dos dormitorios independientes con baño compartido, y un cuarto principal situada en el extremo, que ofrece vistas privilegiadas y un baño en suite.

El cuarto principal desde otra perspectiva.


Los revestimientos exteriores, compuestos por placas de siding de fibrocemento pintadas en tonos claros, generan un elegante contraste con las aberturas negras, destacando aún más la pureza de los volúmenes.

“Este contraste se complementa con un paisaje diseñado de manera fluida y curvilínea, suavizando la rigidez geométrica de la construcción y armonizando el conjunto arquitectónico”, señala la memoria descriptiva.

“El interior y exterior de la casa mantienen una paleta monocromática, creando una sensación de coherencia y serenidad”, dicen las arquitectas.


Cocina integrada.

“Este fondo neutro contrasta con el equipamiento móvil, que introduce un toque rústico, colorido y relajado, aportando vitalidad y calidez a los espacios”, continúan María Belén Arato y Josefina Falco.

¿Y cómo fue la relación con los clientes desde el contacto inicial hasta el resultado final? “Desde las primeras reuniones, el proceso de diseño fue altamente colaborativo. Más allá de las necesidades funcionales, se trabajó especialmente sobre la forma de habitar la casa: una vivienda pensada para el descanso, el disfrute del entorno natural y la vida familiar”, responden las arquitectas.



“El diálogo permanente durante todo el desarrollo permitió ajustar decisiones espaciales, morfológicas y materiales sin perder la claridad del concepto inicial. Una vez habitada, la devolución de los clientes fue muy positiva, destacando la calidez de los espacios, la fluidez entre interior y exterior y la calidad ambiental que la casa ofrece en la vida cotidiana.”


Costo estimado del metro cuadrado

De acuerdo con la información que aportan las arquitectas, una casa de estas características -considerando el sistema constructivo en seco, la calidad de las terminaciones y el diseño integral- a valores actuales presenta un costo estimado de construcción que puede rondar los 1500 dólares por m².

La casa tiene 220 metros cuadrados

Sin embargo, aclaran después que este valor es orientativo y puede variar según las definiciones de proyecto, el contexto económico y la mano de obra disponible”.


Sistema constructivo


La vivienda fue construida mediante un sistema constructivo en seco de técnica mixta. “Combina una estructura principal de acero con una estructura secundaria de perfiles galvanizados, garantizando precisión constructiva, rapidez de ejecución y un adecuado comportamiento estructural”, describen las arquitectas.


Los muros perimetrales se resuelven mediante un sistema multicapa: lacas de superboard en el exterior, aislación térmica y acústica intermedia y placas de durlock en el interior, con el objetivo de lograr las mejores condiciones de confort y eficiencia energética.


La envolvente exterior se completa con placas de sidding de fibrocemento, cuya textura y modulación remiten al aspecto de la madera, aportando calidez visual y una integración armónica con el paisaje serrano, a la vez que asegura durabilidad y bajo mantenimiento.


Como conclusión, las arquitectas señalan que la elección de este sistema permitió una obra eficiente, controlada y coherente con la lógica del proyecto, sin resignar calidad espacial ni expresividad arquitectónica.


Ficha técnica

  • Casa Granero
  • Ubicación: Altos del Corral, Los Reartes, Córdoba .
  • Proyecto: Fabric Estudio
  • Año fin construcción: 2024
  • Superficie construida: 220 m2
  • Arquitectas a cargo: María Belén Arato , Josefina Falco
  • Ingeniería: SET Ideas
  • Interiorismo: María Belén Arato, Josefina Falco
  • Paisajismo: Silvina Gregoret
  • Fotografías: Arq. Gonzalo Viramonte
  • Contacto: @fabric.estudio


Las arquitectas

María Belén Arato y Josefina Falco son las dos arquitectas cordobesas que integran Fabric Estudio, dedicado a proyectos de variadas escalas.

Las arquitectas María Belén Arato y Josefina Falco.

Ambas proyectaron Casa Granero y también se hicieron cargo del interiorismo. “¿Lo que más disfrutamos de la profesión? Nos apasiona abordar cada proyecto de manera integral, desde la idea inicial hasta su ejecución, cuidando cada detalle, Disfrutamos explorar diferentes texturas y materiales que aportan calidez y originalidad a los espacios».


Maravilla al anochecer. Los dos volúmenes están conectados por un pasillo vidriado. Fotos: Arq. Gonzalo Viramonte

En la recorrida por los proyectos que brillaron este año, hoy hacemos escala en Córdoba, una plaza que exhibe dinamismo y creatividad. Tiene el peso de la historia como telón de fondo: la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño fue creada hace 71 años y en la evolución de la matrícula se advierte un dato que marca un cambio social: cada vez más mujeres eligen la carrera, en una proporción que se acerca hoy al 70%, similar a la que se observa en otras opciones educativas que se sumaron con el paso del tiempo. De esa usina surgen atractivas propuestas publicadas por las plataformas especializadas más influyentes.

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