Balza admitió que envió cartas con elogios a Videla

"Me equivoqué, fue una torpeza de mi parte", dijo el ex jefe del Ejército. Piden que se lo investigue por apología del delito o encubrimiento.

BUENOS AIRES (DyN).- El ex jefe del Ejército, teniente general Martín Balza, asumió ayer como una «equivocación» las cartas de admiración que años atrás envió al ex dictador Jorge Videla y que ayer fueron presentadas en tribunales por el abogado Ricardo Monner Sans.

La demanda pretende que el juez de la causa, Adolfo Bagnasco, investigue si Balza cometió los delitos de apología del delito al elogiar a un hombre condenado por crímenes de lesa humanidad, o si encubrió acciones ilegales que conocía, al enviar en 1989 dos cartas a Videla, cuando este ya purgaba condena a reclusión perpetua y había sido dado de baja del Ejército.

«Me equivoqué, fue una torpeza de mi parte», se justificó Balza en declaraciones radiales y atribuyó la filtración de esas notas al propio ex dictador y lo desafió señalando que si Videla guardó esto tanto tiempo también debe haber guardado cosas más importantes relacionadas con la lucha contra la subversión, en referencia a documentos sobre la desaparición forzada de personas.

Por otra parte Bagnasco, que investiga la sustracción sistemática de niños nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar, fue recusado por segunda vez por el general (r) del Ejército Santiago Omar Riveros, a quien el juez pretende indagar por los delitos contra los hijos de desaparecidos.

Riveros, quien identificó a Bagnasco con los «subversivos de ayer», pidió el apartamiento del magistrado de la causa por el robo de bebés, por considerar que adelantó su opinión en una entrevista que el juez concedió al diario Página/12 y en la que comparó al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas con el tribunal de disciplina de la AFA.

Del reportaje «surge claramente que vuestra señoría adelantó que no aceptará el planteo que a mi requerimiento le hará el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, anticipando que el conflicto lo resolverá Casación o la Corte», consignó la nueva presentación de Riveros.

El Consejo castrense se atribuyó la facultad de enjuiciar a los militares acusados por la apropiación de menores y decidió reclamar el expediente del caso a Bagnasco, que ha resuelto defender su competencia en la causa.

Este conflicto deberá ser dirimido, en principio, por la Cámara Nacional de Casación Penal, que aguarda el dictamen del fiscal Pedro Narvaiz.

Ayer, a los numerosos planteos que registra el expediente por el robo de bebés se sumó la presentación que efectuó el abogado Ricardo Monner Sans para que Balza y Videla sean enfrentados en careos destinados a aclarar los alcances de las sorprendentes cartas que el ex jefe del Ejército remitió al ex dictador.

Una de las cartas, fechada en mayo de 1989 y remitida a Videla, expresa «profundo agradecimiento a quien tanto diera por el engrandecimiento y profesionalización» del Ejército. La otra, de diciembre del mismo año, cuando Balsa ya había asumido como subjefe del Estado Mayor Conjunto, realza «la gesta heroica» en supuesta referencia a la represión ilegal. Ambas misivas fueron enviadas cuando el ex dictador, indultado por Menem en 1990, purgaba entonces condena por decenas de homicidios y cientos de torturas a los desaparecidos.

Balza consideró a la denuncia como un «torpe intento» para descalificarlo, aunque admitió que pudo haber cometido la «torpeza» de firmar los mensajes de salutación enviados a Videla.

El Ejército «no hace política»

El Jefe del Ejército, general Ricardo Brinzoni afirmó en una reunión en el edificio Libertador ante 200 generales con mando y en situación de retiro que el Ejército de hoy está «abierto a un futuro que imagina de servicio a la sociedad y de respeto a la ley, que no hace política y que aspira a una reconciliación justa, sincera y definitiva» .

A la reunión en la sede del Ejército no asistieron militares investigados por la Justicia ni el predecesor de Brinzoni, el general (r) Martín Balsa, quien fue el primer jefe militar que reconoció e la existencia de una práctica sistemática para el robo de bebés durante la última dictadura castrense.

Balsa confirmó el mes pasado la existencia, durante el proceso, de un centro de detención y de una maternidad clandestina en Campo de Mayo.

El actual Jefe del Ejército, luego de estas declaraciones, había sido «tocado» pues unos días antes había manifestando «Yo diría que no hubo un plan sistemático» durante la denominada «guerra sucia».


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