Bariloche proyecta una nueva Área Protegida que combine conservación y turismo natural

Se trata de un amplio sector verde en pleno corazón de la ciudad, propiedad del Estado Nacional en el ejido municipal. Con el respaldo de una ley provincial, buscan crear un Área Natural Protegida.

Con poca publicidad pero con años de trabajo técnico continuo, San Carlos de Bariloche avanza en el proyecto de crear un Parque Natural en uno de los grandes pulmones verdes de la ciudad, en una amplia zona ubicada en el triángulo imaginario entre el cerro Otto, el Catedral y el lago Moreno. La iniciativa tiene como principal objetivo la creación de un Área Natural Protegida (ANP), que permita proteger el entorno natural y al mismo tiempo desarrollar propuestas de uso público recreativo y deportivo de pequeña y mediana escala. Un equilibrio entre un disfrute comunitario y socialmente inclusivo y la protección ambiental de un paisaje inigualable.

El proyecto es prometedor: se trata de una extensa zona agreste que incluye bosques, montaña, costas de lago, arroyos y senderos, y con un amplio espectro de estados de conservación: desde áreas prácticamente sin intervención humana hasta sitios más degradados por años de usos no planificados.

El desarrollo del hasta ahora llamado Parque Central -aunque no es un nombre definitivo- avanza de manera articulada entre el Municipio, la Provincia de Río Negro y el Estado Nacional, las tres jurisdicciones involucradas, y busca resolver varias problemáticas al mismo tiempo: proteger este invaluable patrimonio natural, ordenando a futuro su categorización como área protegida, y moldear un uso público deportivo y recreativo que se convierta en un atractivo turístico y local de modo compatible con el objetivo de conservación.

El futuro Parque Central abarca una amplia jurisdicción en el oeste de Bariloche. Foto: Municipalidad de Bariloche

Pese a que ideas potenciales sobre este extenso predio circulan en Bariloche hace décadas, la propuesta se volvió una realidad material con la aprobación en octubre de 2016 de una ley provincial (la Nº 5155), a través de la cual Río Negro creó una Comisión Mixta del Parque Central de Bariloche. Allí se estableció uno de los principales aspectos del proyecto: la necesaria articulación entre muy diversos sectores para consensuar su desarrollo. Así, la Comisión está integrada por representantes del Estado Nacional, el Ejecutivo Provincial, la Legislatura Provincial, el Ejecutivo Municipal, el Concejo Municipal, las juntas vecinales de los barrios linderos, organizaciones ambientalistas locales, comunidades de pueblos originarios con personería jurídica que habitan allí, la Cámara de Turismo de Bariloche y la Asociación de Turismo Aventura de la Patagonia.

Respaldo técnico para crear un área protegida

En 2019, con financiamiento del Gobierno Provincial y la coordinación técnica del Municipio (a través de su Secretaría de Desarrollo Urbano), se conformó un equipo técnico que elaboró un exhaustivo trabajo de base, analizando aspectos ambientales, de uso de suelo, urbanos, socio-económicos y turísticos, entre otros factores. Ese trabajo fue aportado por la Municipalidad al actual proceso de articulación con la Nación y la Provincia, para determinar el mejor camino a tomar en la ruta hacia la creación de un área protegida y la definición de su sistema de gestión, que eventualmente necesitará también de una ordenanza a nivel local.

Bariloche se inclina por los parámetros de área protegida que establece la categorización internacional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Este sistema hoy es reconocido por organizaciones internacionales como la ONU y el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Las actuales categorías que manejan el Estado nacional y el Provincial no responden totalmente a este punto de referencia, pero el consenso al respecto será parte del trabajo que se viene.

El trabajo técnico de base plantea que el predio del eventual Parque Central presenta un “potencial de intervención urbanística limitado a productos turísticos de pequeña y mediana escala”, y define también a determinados sectores del área como “corredores biológicos” claves por su conexión con otros ámbitos naturales, incluido el mismo Parque Municipal Llao Llao, un actual área protegida en la zona del conocido Circuito Chico.

Por eso, para la Municipalidad se trata de definir qué sectores deben quedar directamente intangibles, cuáles deben tener un grado de protección elevada y en cuáles se pueden lograr desarrollos cuidados que incluyan “actividades de esparcimiento, deportivas, culturales, sociales, ecológicas y de investigación científica”.

Tanto para la comunidad de Bariloche como para los visitantes de esta ciudad turística cordillerana sería un gran atractivo, teniendo en cuenta que hoy por hoy la mayor cantidad de actividades que combinan deporte, recreación y naturaleza están dentro del ámbito del Parque Nacional Nahuel Huapi, no en pleno corazón de la localidad y de manera tan accesible e inclusiva. De hecho, se podría lograr ordenar el uso informal que actualmente están teniendo algunas áreas del predio: desde ciclistas y peatones que transitan los senderos internos buscando actividad física al aire libre, hasta personas inescrupulosas que realizan acampes no habilitados, riesgosos fogones ilegales y hasta basureros clandestinos.

En el gran pulmón verde de Bariloche se busca generar espacios recreativos y de contacto con la naturaleza. Foto: Municipalidad

Un uso público con protección del territorio podría permitir la creación de un verdadero parque natural urbano que incluso conecte las zonas de Playa Bonita (lago Nahuel Huapi), Playa del Viento (Lago Moreno) y Playa Los Coihues (Lago Gutiérrez) estableciendo un circuito entre los tres lagos. Con la intervención limitada de algunos servicios accesorios (sanitarios, estacionamiento, centro interpretativo, señalética, miradores), el potencial es realmente interesante.

Debido a que todo este proceso demandará probablemente bastante tiempo, la Municipalidad de Bariloche está avanzando en paralelo con un proyecto específico en un sector ya urbanizado del predio: la continuación del actual Paseo del Oeste -un paseo urbano en la zona del km 8 de la Av. de los Pioneros que ya es asiduamente utilizado por peatones y ciclistas- extendiéndolo hasta la costa del lago Gutiérrez, a lo largo de la ruta 82. El proyecto podría ser financiado a través del Plan Nacional de Infraestructura Turística si tienen éxito las gestiones actuales del Municipio, y podría ser hasta una primera experiencia piloto del espíritu que podría generarse a través del Parque Central.


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