Crece la comunidad de veganos en Bariloche

Rechazan el consumo de cualquier producto de origen animal. Hay cada vez más, sobre todo entre los menores de 30. Mitos, dificultades y prejuicios a la hora de elegir qué comer.

Instalado como una opción filosófica y un estilo de vida, el veganismo pisa cada vez más fuerte.

La comunidad vegana en Bariloche se expande y crece, intercambia saberes y gana visibilidad, al ritmo de las nuevas tendencias.

El rechazo a cualquier tipo de crueldad con los animales se traduce en una forma de alimentación y no sólo en eso.

Cada vez son más los que se inclinan por una dieta sin alimentos de origen animal, elección que comenzó entre los adultos y hoy se propaga entre chicos y adolescentes.

Muchos de los veganos comenzaron siendo vegetarianos, hasta que sintieron que no era suficiente, porque al consumir lácteos y huevos, persistía la explotación animal.

La demanda del público vegano en Bariloche se refleja en la apertura de nuevas dietéticas, que ofrecen desde hamburguesas y salchichas hasta porotos negros, semillas, frutos secos, hongos, levadura nutricional y cúrcuma, entre otros.

Ana Inés Ratti cumplió 40 años y es vegetariana desde los 15. “Siempre fui bichera y muy sensible. Inicié la transición hacia el veganismo nueve años atrás, cuando me instalé en Bariloche, porque al consumir lácteos y huevos los animales siguen siendo explotados”, reconoció la mujer.

Al poco tiempo de adoptar esa filosofía, su hija de 13 años decidió acompañarla. Más tarde, se sumaron su esposo y su hijo de 9. Su hija menor (5) es vegana desde que nació.

“Muchos se hacen veganos por los derechos de los animales y para prevenir enfermedades. Nosotros casi no nos enfermamos. Hoy, son muchos los pediatras que recomiendan no consumir lácteos. Yo solía tener alergia en la piel pero estoy mucho mejor desde que soy vegana”, destacó Ratti quien reconoció que incluso sus cuatro perros comen “alimentos veganos para perros”.

Raquel García López, de 61 años, es vegana desde hace 3. Sufre osteoporosis y aseguró que sus propios médicos le recomendaron no consumir lácteos. “Es pura publicidad, publicidad mentirosa”, dijo.

Los veganos no se sienten privados de nada y aseguran que logran reemplazar la mayoría de los alimentos. O casi todo.

Desde dulce de leche con crema vegana, salchichas y hamburguesas veganas, quesos de semillas o almendras y hasta veganesa en vez de mayonesa.

Con internet, tenemos acceso a todas las recetas pero además, entre nosotros nos vamos pasando el dato”, explicó Cristian Martínez, de 37 años que integra “Animal Libre”, una ong barilochense que hace campañas callejeras con imágenes de animales explotados y leyendas contundentes.

Relaciones y vínculos

La integración social es una de las principales dificultades para los veganos.

“Cada vez que salís a comer con amigos, terminás en la ensalada. En todo el país, están pidiendo que implementen un menú vegano y Bariloche no queda afuera. Si salgo a hacer un trámite y paso horas sin comer, a lo sumo, la única opción son unas galletitas. Olvidate cuando volvés de trabajar y se te ocurre pedir comida” agregó Soledad López, de 33 años.

Pero los veganos subrayan que “más allá de una dieta saludable, están en contra de la explotación animal”.

“Por eso, apuntamos a los espectáculos como circos, zoológicos o jineteadas y a la vestimenta. No hace falta pensar solo en un tapado de zorrino. En mi caso, ya no uso más zapatos de cuero, ni camperas de plumas. Los cambié por telas sintéticas”.

Robert Mitchell administra dos restaurantes vegetarianos y dijo que la demanda “crece muy de a poquito y los jóvenes son los más interesados”.

Dijo que los vegetarianos en general son mayores “pero los veganos son un público de hasta 30 años, y muchos extranjeros”.

Señaló que cumplir con las exigencias de una carta vegana lo obliga a “prestar mucha atención” en la compra de los insumos.

Explicó que la postura personal de los veganos “es el rechazo al sufrimiento animal, más allá del cuidado de la salud”, que es una motivación propia de los vegetarianos. Dijo que por lo común “educan a sus hijos en ese camino” y son gente “que se informa y lee todo el tiempo” sobre el tema.

Palabra de especialista

La nutricionista Silvina Tasso asegura que en el trabajo diario con sus pacientes comprobó que el número de personas veganas “va en aumento”

Explicó que la dieta vegana “está avalada por la academia de Pediatría en Estado Unidos y también por la Sociedad Argentina de Nutrición”.

Es una dieta apta “para cualquier edad y estadio”, incluidos niños y embarazadas. “La salvedad es que debe haber control médico asiduo”, dice Tasso.

Precios y accesibilidad

Aseguran que la principal dificultad es conseguir comida vegana hecha en Bariloche.

“Trabajo y cuando llego a mi casa, no puedo pedir comida y me tengo que poner a cocinar. Hay muy pocos restaurantes vegetarianos. Muy pocos tienen opción de wok vegetariano y solo una pizzería recibe pedidos de pizza sin queso –expresó García López–.

Decir que este hábito alimentario es oneroso es un mito para los veganos, quienes insisten en que consumir carnes o lácteos es más caro aun.

“Algunos ingredientes pueden ser más caros, como el gluten que sirve para hacer milanesas de seitan y que reemplaza a la carne, o la soja texturizada que se usa para el pastel de papa o empanadas. Lo más complejo es aprender a cocinar y darte el tiempo para hacer el cambio”, planteó Ratti.

Para el cocinero Guillermo Andreani, ser vegano en Bariloche tiene una carga extra porque “si uno está en Buenos Aires tiene verdulerías buenas y baratas o también está el Barrio Chino, en Belgrano, “donde se consigue leche de soja, de arroz o de almendras de buena calidad y a precio conveniente”.

Andreani también disiente en el tema de los costos ya que considera que “la dieta vegana claramente es más cara si es completa”. Dijo por ejemplo que “el tofu cuesta 180 pesos el kilo, “los frutos secos si no se come carne son esenciales y las almendras cuestan 400 pesos el kilo”. Las legumbres, que deben ser ingeridas en volumen importante y el kilo de garbanzos tiene un precio de 60 pesos. “La verdura buena también es cara”, agregó.

Advirtió también que en algunos casos deben tomar suplementos vitamínicos porque no hay reemplazos para la carne.

Hace pocos días el banco de Inglaterra resolvió mantener el uso de tinta con grasa animal para la impresión de billetes, a pesar de los reclamos de los veganos para que busque alternativas como el aceite de palma.

El cocinero dijo que no adhiere a ese tipo de campañas porque le parecen “extremas y un poco fuera de lugar”.

A su juicio “hay cosas más importantes para militar, hay gente que se caga de hambre”.

El perfil de los “seguidores de una vida, no de una dieta”

Por formación, se inició con la cocina tradicional, hasta que un viaje por Centroamérica lo llevó a relacionarse con la alimentación vegetariana y el naturismo. Hace unos años creó el restaurante Covita, que ofrecía una carta con ese perfil. Ahora Guillermo Andreani tiene a su cargo la cocina de Rapa Nui y una idea clara sobre el veganismo y sus cultores: “todo es producto de una permanente evolución”.

Dijo que la cocina natural tuvo un auge tiempo atrás que le resultó atractiva “hasta que todo se fue poniendo medio talibán”. Hoy no reniega, pero toma alguna distancia.

“Yo aprendí mucho con Roberto Vitale, un médico especializado en bases nutricionales -explicó-. En mi restaurante busqué trabajar con platos vegetarianos y veganos no por un principio o un compromiso en particular, sino por el interés de satisfacer al cliente. Atrae muchísimo público, se interesan y sugieren. En ese momento había poco en Bariloche. Ahora hay más restaurantes tradicionales que incluyen platos veganos en una carta más amplia”.

A la hora de caracterizar al público vegano dijo que se trata de “gente joven, hasta los 35 ó 37 años, con cierto poder adquisitivo y nivel socio cultural. Es gente que tiene tiempo para investigar. En algún momento se los tomaba como excéntricos, después no tanto. En los últimos años el número de veganos creció mucho, aunque de un año para acá tuvo una especie de freno”, que relacionó con una “ridiculización creciente del veganismo”.

Dijo que la opción por renunciar a cualquier tipo de alimento animal “es seguir una vida, no una dieta”.

Su propio estudio sobre las variantes en la alimentación lo llevó a concluir que el hombre “es omnívoro” y desde siempre comió carne “en cantidad y calidad”. “Evolucionamos hasta acá comiendo vegetales y carne animal cocida -explicó Andreani-. Recién ahora empieza a ver cambios evolutivos. Pero para llevar hoy una dieta vegana tuvimos que haber comido mucha carne durante siglos”.

“A veces, en los cumpleaños hay cosas que preferiría que no estén, pero están. Está muy arraigado culturalmente”.

“Mi pareja y yo arrancamos siendo vegetarianos pero en un momento pensamos que no era suficiente. La decisión no fue una cuestión de salud. Es una consecuencia, no es el fin”.

Ana Inés Ratti cumplió 40 años y es vegetariana desde los 15.

Cristian Martínez

“Más allá de la militancia para que todo el mundo sea vegano, se trata de no cargar con el sufrimiento del animal”.

Raquel García López, de 61 años, es vegana desde hace 3.

Datos

Es una dieta apta “para cualquier edad y estadio”, incluidos niños y embarazadas. “La salvedad es que debe haber control médico asiduo”, dice Tasso.
“A veces, en los cumpleaños hay cosas que preferiría que no estén, pero están. Está muy arraigado culturalmente”.
“Mi pareja y yo arrancamos siendo vegetarianos pero en un momento pensamos que no era suficiente. La decisión no fue una cuestión de salud. Es una consecuencia, no es el fin”.
“Más allá de la militancia para que todo el mundo sea vegano, se trata de no cargar con el sufrimiento del animal”.

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