El arroyo Ñireco, una barrera de difícil solución

Aun con la rotonda inaugurada en 2013, el tránsito se hace imposible en horas pico. Sólo otro puente puede aliviar la situación.

Miles de barilochenses y de viajeros que ingresan a la ciudad desde la zona este padecen a diario las peripecias de atravesar el único viaducto disponible, compuesto por la avenida 12 de Octubre y sus dos colectoras, que aun con las últimas reformas quedaron largamente superadas.

La culpa hay que buscarla en el arroyo Ñireco, un obstáculo natural que impuso limitaciones urbanísticas todavía irresueltas.

El puente de la 12 de Octubre concentra casi el 100% del tránsito, porque la única y limitada alternativa es el puente Quimey Quipán, una estructura de hierro y madera ubicada 700 metros hacia el sur, que sólo permite el paso de un auto por vez.

En los orígenes de Bariloche el arroyo Ñireco era el límite del casco urbano por el este, pero hoy atraviesa la ciudad, con barrios de nutrida población a un lado y otro.

En la rotonda allí emplazada confluye también la calle Esandi, que conecta la zona de Ñireco con los barrios San Francisco I, II, III y IV, con varios loteos en pleno desarrollo y también con la ruta de Circunvalación.

Hasta hace cinco años había en esa intersección un semáforo de cuatro tiempos, que en ocasiones obligaba a esperar hasta dos y tres turnos para lograr paso.

La rotonda aportó algún alivio, pero hoy la saturación es evidente.

El director de Tránsito y Transporte, Carlos Catini, dijo que el nudo que se produce en el Ñireco es uno de los más complicados de toda la ciudad.

Señaló que se debe básicamente al crecimiento de los barrios San Francisco y los planes de vivienda construidos en los últimos años, que multiplicaron la población en la zona este de la ciudad.

“La tendencia es que el caudal de vehículos cada vez es mayor -afirmó-. Las obras de infraestructura ayudan, pero el margen de acción no es mucho porque Bariloche está encerrada entre el lago y la montaña. Una autopista aérea en la Bustillo nunca va a haber, así que la planificación debería apuntar inevitablemente a restringir el uso del vehículo”.

Los comerciantes vecinos a la rotonda y los transeúntes que pasan por la zona coinciden en que durante el ingreso y salida de las escuelas el tránsito se pone “imposible”.

Señalaron como las horas críticas las que van de 7.30 a 8.30, entre las 13 y 13.30 y después de las 18, cuando llegan a producirse demoras prolongadas y colas de varias cuadras.

Nancy Salazar (titular del kiosco Homero) consideró que la rotonda “está muy bien” y contribuye a ordenar el tránsito pero que “existe muy poco respeto por el peatón”.

A pocos metros del distribuidor, hacia el oeste, está emplazado el puente sobre el arroyo, que permite el paso de dos vehículos en la vía principal y otros cuatro en las colectoras, aunque ese caudal a veces se achica porque hay autos estacionados, a pesar de la prohibición.

Mejoras parciales

Uno de los peatones consultados dijo que “la situación en los últimos años mejoró, porque hay más iluminación y pusieron sendas peatonales, aunque cuando las pintan duran poco”.

El diagnóstico es claro. A pesar de tener varios carriles y una rotonda amplia que en 2013 reemplazó al viejo semáforo, la avenida 12 de Octubre no da abasto y provoca grandes congestiones, agravadas por los colectivos de una decena de líneas, a los que se agregan los ómnibus charter de larga distancia que tienen vía libre para llegar hasta la puerta de los hoteles.

El intendente Gustavo Gennuso tomó nota del conflicto y decidió que buena parte del crédito que suscribió el municipio por el plan Castello se destine a la construcción de un nuevo puente de doble mano sobre el Ñireco, con sus conexiones asfaltadas para derivar el tránsito hacia el bulevar Esandi (ver aparte).

Un proyecto de años

El estudio de movilidad urbana sustentable presentado en 2014 por las consultoras IRV y Logit ya señalaba a la zona del Ñireco como un cuello de botella de urgente solución. Aconsejó consolidar “un nuevo eje este oeste” como alternativa al actual y propuso un puente sobreelevado que atraviese la barda y el arroyo bastante más al sur que el Quimey Quipán.

El objetivo sería no sólo agilizar la circulación vehicular sino también promover “la descentralización de las actividades económicas”, que históricamente se agruparon sobre el eje Bustillo/12 de Octubre.

La descentralización es un tema clave para el municipio. El secretario de Obras y Servicios Públicos, Alfredo Milano, dijo en abril al anunciar el nuevo puente que se trata de una obra “muy necesaria” para redefinir la trama vial.

En su opinión, será la ruta preferida por taxistas y remiseros para viajar desde el centro al aeropuerto, por Esandi y Circunvalación.

Ingreso tradicional

Sin embargo, la 12 de Octubre seguirá como el ingreso natural para los viajeros que llegan a Bariloche por Neuquén, y también para quienes viven en Dina Huapi, Ñirihuau y barrios como Las Chacras, Las Victorias, La Colina y Costa del Sol.

Por eso Catini opinó que en un futuro lejano hará falta un tercer puente que cruce el Ñireco aguas abajo y funcione como una conexión entre las calles Arnaudo y Remedios de Escalada.

“El tránsito cada vez es peor, hay más autos que personas. Para los peatones es muy complicado. La gente se acostumbra y aguanta”.

Gabriel Molina, playero de la estación de servicio Petrobras.

“Acá vemos discusiones bastante seguido porque hay gente que no respeta las circulaciones en la rotonda, y algunos se enojan. Para mí el semáforo era mejor, por lo menos para cruzar a pie”.

Viviana Fernández, empleada de panadería Trevisan.

“La rotonda está muy bien, logró bajar los accidentes. El problema principal es el poco respeto por el peatón. Pero hay que reconocer que mejoró la cartelería y también la iluminación. Con los embotellamientos hay que tener paciencia, no queda otra”.

Nancy Salazar, del multirrubro Homero.

“Hablen con la gente que anda en la calle y se van a dar cuenta que está todo mal. Cruzar es un peligro. El estacionamiento está prohibido sobre las colectoras y sobre el puente, pero no se cumple. Por eso se frena el tránsito”.

Jacinto Pérez, vendedor de café.

“En algunos momentos del día se satura, cuando salen los chicos del colegio. Para darle mejor circulación tendrían que prohibir el estacionamiento, y que se controle. También mejorar algo que no lleva mucho gasto, como la señalización”.

Beto, vendedor de la verdulería La zanahoria feliz.

El proyecto del nuevo puente vehicular y peatonal

La obra

Datos

“El tránsito cada vez es peor, hay más autos que personas. Para los peatones es muy complicado. La gente se acostumbra y aguanta”.
“Acá vemos discusiones bastante seguido porque hay gente que no respeta las circulaciones en la rotonda, y algunos se enojan. Para mí el semáforo era mejor, por lo menos para cruzar a pie”.
“La rotonda está muy bien, logró bajar los accidentes. El problema principal es el poco respeto por el peatón. Pero hay que reconocer que mejoró la cartelería y también la iluminación. Con los embotellamientos hay que tener paciencia, no queda otra”.
“Hablen con la gente que anda en la calle y se van a dar cuenta que está todo mal. Cruzar es un peligro. El estacionamiento está prohibido sobre las colectoras y sobre el puente, pero no se cumple. Por eso se frena el tránsito”.
“En algunos momentos del día se satura, cuando salen los chicos del colegio. Para darle mejor circulación tendrían que prohibir el estacionamiento, y que se controle. También mejorar algo que no lleva mucho gasto, como la señalización”.
El proyecto del gobierno municipal para salvar el atolladero que se produce hoy en la 12 de Octubre es construir un nuevo puente vehicular y peatonal sobre el arroyo Ñireco, a un costo aproximado de 40 millones de pesos.
La inversión incluirá la repavimentación de la calle Los Ñires, y asfalto nuevo en la calle Namuncurá entre Bailey Willis y Colonia, a fin de los enlaces que permitan llegar a Esandi. También está previsto adecuar los pluviales.
A diferencia del puente Quimey Quipán (única alternativa actual), el nuevo será de doble mano.
El intendente Gennuso dijo al presentar el proyecto que se trata de una obra “fundamental” y que está pensada “para los próximos 20 años de Bariloche”.
El financiamiento será aportado por el plan Castello, del gobierno provincial, y el municipio espera amortizar las cuotas mediante un plus en la tasa de Servicios que pagarían todos los contribuyentes.
40 millones
es el costo estimado del nuevo puente que se quiere construir sobre el arroyo Ñireco con fondos del plan Castello.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios