Bochornosa discusión con insultos durante una audiencia penal en Neuquén

Un juez se molestó porque lo recusaron. Maltrató al fiscal y a la defensora del Niño. "Me sentí difamado", declaró. Negó haber pronunciado palabrotas.

Una audiencia por abuso sexual de dos niñas terminó en una bochornosa discusión entre el juez, el fiscal, la defensora de los derechos del Niño y el defensor particular. Hubo insultos, amenazas de querellas, y debieron intervenir otros funcionarios para calmar los ánimos. El escándalo llegó a oídos del Tribunal Superior de Justicia, y los involucrados debieron presentar informes escritos.

Los protagonistas, con distintos niveles de participación, fueron el juez de Garantías Diego Piedrabuena, el fiscal Andrés Azar, la defensora de los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente, Andrea Rapazzo, y los defensores particulares Gustavo Lucero y Daniela Ossa.

La investigación por abuso sexual había comenzado en febrero del 2019 y en noviembre se dispuso el sobreseimiento del imputado, luego revocado por el Tribunal de Impugnación.

Durante una audiencia el 26 de febrero pasado, la defensoría del Niño, en su carácter de querellante, y la fiscalía plantearon la recusación del juez.

Los motivos fueron dos: “prejuzgamiento”, porque en una audiencia anterior había dictado el sobreseimiento, y porque la madre de las víctimas lo acusó de burlarse y de festejar con la defensa. Al parecer presenció una escena donde vio al juez y al defensor juntos, riendo.

“Están tapando su negligencia, a ellos se les vencieron los plazos, que dejen de mentir”, dijo al respecto Piedrabuena. “Es inverosímil que yo haya festejado algo con el defensor Lucero, es una mentira difamatoria. Cualquiera sabe que no es mi amigo”, agregó.

Lucero, por su parte, se despegó de los incidentes. Afirmó que “todo esto es producto de la interna del Poder Judicial”.

Según el fiscal y la defensora del Niño, al ser recusado, Piedrabuena ordenó un cuarto intermedio e hizo salir de la sala a todos los que no fueran funcionarios judiciales.

Andrea Rapazzo, defensora de los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente.

En ese momento comenzó el escándalo: según Rapazzo, “me dijo que le estábamos haciendo una hijaputez, y que me iniciaría acciones legales por injurias y calumnias”.

Cuando ella le contestó “Diego, esto no es una cuestión personal”, el juez levantó la apuesta: “no sabés dónde te estás metiendo, no lo sabés porque sos una burra”.

La funcionaria le contestó: “me podrás considerar una burra pero de ninguna manera una mentirosa. Estoy cansada de que la defensoría del Niño sea considerada la Cenicienta del Poder Judicial. Lo único que hacemos es defender el interés superior del niño”.

Azar también se llevó lo suyo. Piedrabuena le dijo varias veces: “vos sos un pelotudo de mierda”.

Andrés Azar, fiscal del caso de Neuquén. (Gentileza)

La versión consta en dos informes elevados a la fiscalía general y a la defensoría general. De allí irán al Tribunal Superior de Justicia, donde el tema ya es conocido.

Consultado por Río Negro, Piedrabuena negó los insultos y afirmó que a él no le pidieron ningún informe ni escuchó hablar de sumarios.

Dijo que con la recusación “me sentí difamado. Es una forma de querer adoctrinar a los jueces por parte de la fiscalía. Ellos quieren que vos hagas lo que ellos quieren, tengan o no razón”.

Defendió su accionar en la causa, indicó que por iniciativa suya escuchó a la madre de las víctimas por lo que lejos estuvo de burlarse de ella, y señaló que pensaba excusarse cuando lo recusaron.

Para calmar los ánimos en la audiencia del 26 de febrero intervinieron el juez Gustavo Ravizzoli y el fiscal Pablo Vignaroli.


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