Calefacción sustentable
Nuevas tecnologías que usan energías renovables como la madera y el calor del sol. Tienen además la ventaja de ser accesibles, más eficientes que muchas opciones tradicionales y que permiten un ahorro sustancial.
Tener frío puertas adentro es como tener hambre o sentir dolor: es algo que se pone delante de todo lo demás y no se puede pasar a otra cosa mientras no se resuelva. Entrado el otoño, vuelve a imponerse el tema de cómo calentar la casa. Esa evaluación tiene varias dimensiones. El sistema elegido, ¿calienta bien? ¿calienta rápido? ¿es seguro? ¿es económico? Y hay una pregunta más reciente pero que conviene no obviar: ¿es sustentable? Bueno, hay novedades. Nuevas tecnologías en calefacción que suman a lo eficiente, lo sustentable y que también son económicamente accesibles. Y, además, permiten ahorrar dinero. Empecemos por una de las formas más primitivas de calentarse: prendiendo un fuego. ¿Eso es nuevo? ¿Es eficiente? ¿Es seguro? “Sí, hay un nuevo tipo de estufas a leña que son tres veces más eficientes que las salamandras comunes y ocho veces más que las chimeneas”, responde Alexandra Tovar, directora ejecutiva de SunGreen, empresa especializada en sistemas de energías renovables. “Es un desarrollo argentino que se hizo con el apoyo del Centro de Energía del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)”, completa. Doble combustión La clave de la eficiencia de estas estufas de acero, con puerta hermética con vitrocerámico, es la doble combustión. “Tienen dos cámaras. En la primera, se quema la leña. Los gases calientes y las partículas que resultan de la combustión, como el alquitrán, suben y entran a una segunda cámara, situada por encima de la primera. Ahí se mezclan con aire secundario y se produce la segunda combustión a temperaturas altísimas, de entre 450 a 800 grados centígrados. Esta segunda combustión quema todos los contaminantes del humo, que en las estufas comunes se liberan directamente al exterior. “Resultado: la combustión es prácticamente completa (95%) y produce cuatro veces menos dióxido de carbono que el mínimo establecido por la norma canadiense CAN/CSA- B415.1-92. “Además, las dos cámaras de combustión están revestidas con ladrillos refractarios, lo que hace que ganen mayor temperatura y la conserven por más tiempo. El ladrillo refractario toma el calor y lo entrega lentamente”, explica Tovar. Hay distintos modelos para calentar ambientes de 40 m² a 200 m², lo que equivale a capacidades que van desde las 6.000 a las 25.000 kilocalorías. También hay estufas insertables, para embutir en las chimeneas. Y, la primera que se hizo, la estufa multifunción, con hornallas en la tapa y opción de adjuntarle un termotanque, que resuelve los problemas de calefacción, cocina y provisión de agua caliente. Por otra parte, la puerta con vitrocerámico suma el atractivo de la vista del fuego. Pero lo nuevo no son sólo las estufas. También lo que se quema en ellas: las leñetas. “Son bloques de desechos forestales compactados, 100% madera, sin aditivos. Al ser más compactos y tener menos humedad que la leña (9%), tienen más poder calorífico: prenden más rápido, no largan humos tóxicos y rinden más. Por otro lado se aprovechan residuos y el origen de la madera es controlado”, da cuenta Tovar. Colectores bajo el sol Finalmente, hay otro recurso renovable para la calefacción, que es anterior al fuego hecho por el hombre. La respuesta estuvo todos los días sobre nuestra cabeza, incluso en invierno. “Con energía solar térmica se puede calentar el agua sanitaria y también alimentar un sistema de calefacción de piso radiante o de radiadores, con lo que se logra un ahorro de entre 30 y 60 por ciento en gas o electricidad”, precisa Tovar. “Para esto se usan colectores solares de alta eficiencia, formados por tubos de vacío”, explica. “Los colectores deben colocarse orientados al norte, donde no les dé sombra en todo el día y con una inclinación igual a la latitud. Se suelen instalar en los techos. “Cada colector tiene 30 tubos. La parte exterior de los tubos es de borosilicato y tiene dentro una pipeta cerrada de cobre con un fluido que al calentarse con la radiación solar se evapora y asciende hasta el extremo superior del tubo. Remata en un intercambiador, que le transfiere el calor por contacto al agua corriente bombeada hasta allí. “Esta agua sanitaria calentada con energía solar se dirige a su vez a un termotanque de doble serpentina, que se instala dentro de la casa. El agua caliente bombeada desde los colectores circula por la serpentina interna inferior, calentando el agua dentro del tanque, que se podrá utilizar para agua caliente sanitaria. Una segunda serpentina superior precalienta el agua del circuito de calefacción. “Un controlador digital diferenciado mide la temperatura del agua, activa la circulación entre tanque y colectores y, de ser necesario, activa la resistencia para mantener la temperatura del tanque a 60º C”, concluye Tovar. Más información: www.inti.gob.ar/energia www.sungreen.com.ar /
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