Caló volvió a la cancha y apoya el modelo

Redacción

Por Redacción

¿A que está jugando Antonio Caló, el metalúrgico candidato a ser el jefe de la CGT no moyanista? Primero, fue su ausencia en la reunión de sindicalistas con la presidenta Cristina Fernández lo que provocó malestar entre sus compañeros. Ayer, la información difundida por un diario vinculado con la UOM, dando cuenta de problemas arteriales, hizo temer que desistiría de la nominación, dejando huérfana a la mayoritaria fracción del sindicalismo que en esta instancia apoya al “modelo K”. “Sigo en pie. Estoy en la cancha nuevamente a disposición del comité central confederal”, aclaró anoche luego de que sus aliados –“Gordos”, “independientes” y gremios industriales– le ratificaran su acompañamiento, reprobaran el pase de Hugo Moyano “a la oposición” y le aclararan que dentro del sector “no tiene competidor”. Un estrecho colaborador de Caló se sinceró con “Río Negro”: explicó que el metalúrgico, un hombre de bajo perfil refractario a la alta exposición mediática, se molestó cuando cerca de la sede sindical aparecieron carteles, en las que se lo veía vestido de enfermera, con un dedo en la boca pidiendo silencio, con la leyenda “CGT Balcarce”. ¿Habían sido los moyanistas o los antimoyanistas los que lo hacían aparecer sumiso con Cristina? Para despejar las dudas, amagó con el portazo a través de medios amigos. Recogió lealtades y dejó al descubierto las aspiraciones del gastronómico Luis Barrionuevo, al que considera como un dirigente que “se cambia la camiseta a cada rato”. “No queremos ponernos en contra de este proyecto de inclusión social, pero no nos comeremos todas las galletitas que nos quiere hacer tragar este gobierno”, afirmó Caló en la intimidad, anticipando que se pondrá a partir de hoy al frente de los reclamos para lograr que el Estado pague las deudas con las obras sociales sindicales. “Ni para un alfajor” Ayer, además, en consonancia con el resto del espectro obrero rechazó el cálculo del Indec sobre la canasta diaria de seis pesos. “Con eso ni siquiera se puede comprar un alfajor”, protestó. Cauto, excesivamente desconfiado, avisó también a “Río Negro” que no se pondrá en la vereda de enfrente de Cristina, como hizo Moyano en “su guerra a esta altura personal”, pero añadió que discutirá cada una de las cuestiones que demandan sus representados.

ARNALDO PAGANETTI Agencia Buenos Aires


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