Alcanzar concordias

Víctor Corcoba Herrero
MADRID

Una cuestión que me preocupa y me ocupa parte del tiempo, es la de alcanzar concordias, que no es únicamente conseguir arreglos, sino crear entendimiento entre uno mismo y los demás, aprender a reprenderse aceptando las diferencias y valorándolas, serenando los caminos que nos armonizan en lugar de fragmentarlos.

La tarea no es fácil, nunca lo ha sido, y ahora con el fuerte virus de la deshumanización que destroza todos los vínculos, también el de la familia, la inhumanidad se manifiesta en cualquier rincón. Lo cierto es que no vamos a cambiar el mundo si no mudamos de aires en la educación. Hoy más que nunca, hace falta un gran pacto educativo entre la familia y sus diversas culturas, entre la escuela y sus variados entornos, entre los países y sus múltiples nacionalidades.

Por cierto, hemos sido incapaces de comprendernos, pero nadie se recrimina a sí mismo. La irresponsabilidad, incapacidad e ineptitud la solemos verter en los docentes, que a pesar del calvario continúan animados a seguir adelante. Mi gratitud hacia ellos, dispuestos siempre, tanto a enseñar como a producir en el alumno valores y estima. Sin duda, no hay mayor afecto, que el darse y el donarse transmitiendo razón.


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