Política rionegrina: el reciclaje eterno
Javier Genoud, DNI 17506130
GENERAL ROCA
La política en Río Negro parece haberse convertido en un eterno reciclaje de nombres, sellos y pactos. Lo que presenciamos en estos días con la conformación de las alianzas rumbo a octubre no es más que una remake predecible de una saga que ya nadie quiere ver, pero que igual nos obligan a consumir. Cambian los nombres de las coaliciones, se mezclan los actores, se intercambian los eslóganes, pero el guión es el mismo: conservar poder a toda costa, aunque sea revolviendo el mismo barro de siempre. Lo de Fuerza Patria es una caricatura de la política que dice “oponerse a Milei” pero no logra ni siquiera acordar un armado sin tironeos miserables por cargos. Dicen negociar un «frente anti-Milei», pero lo que se ve son pujas internas, mezquindades y amenazas cruzadas.
El Frente Renovador amagando con impugnar la alianza si no le daban un lugar cómodo, el PJ operando en las sombras hasta último momento, Patria Grande pidiendo pista sin siquiera tener reconocimiento. ¿Esto es lo que llaman “unidad”? Suena más a un rejunte desesperado de estructuras que no pueden sobrevivir sin el Estado como financista de sus derrotas. ¿Dónde están los proyectos, las ideas, el programa serio para sacar a la provincia del estancamiento? Nada. Solo hay acuerdos de cúpula, sellos firmados por apoderados, festejos en oficinas donde el ciudadano común jamás entra. Se reparten lugares como si fueran caramelos y luego, cuando llegan al Congreso, se olvidan de quién los votó. Total, el negocio ya está cerrado antes de que el pueblo hable en las urnas.
En el oficialismo, lo de Juntos Defendemos Río Negro es otro simulacro de “unidad” que se arma entre gallos y medianoche, con el sello de Weretilneck y compañía, blindado en un acto cerrado a la prensa. Ya ni se molestan en disimular el desinterés por explicar sus pactos a la ciudadanía. Se jactan de una supuesta “defensa de los intereses rionegrinos”, pero hace años que gobiernan y la provincia no despega ni en empleo, ni en educación, ni en salud. Lo único que crece es la estructura de poder que cuidan como si fuera un botín. Lo más insólito: se animan a admitir en un spot que “cuando hay que negociar, negociamos; cuando hay que cambiar, cambiamos”. Traducción: hacemos lo que nos conviene, cuando nos conviene. El oportunismo como bandera y la ideología como disfraz descartable. No importa si es la UCR, la Coalición Cívica o cualquier otro que ayer era oposición: todo vale para sostener el aparato. Del lado libertario, La Libertad Avanza en Río Negro se presenta como el “enemigo del kirchnerismo”, pero es más una franquicia que un proyecto político real. Una copia sin alma, que busca aprovechar el viento nacional sin entender ni discutir la complejidad local. Lo mismo el PRO, que se acomoda según sople la brisa. Todos firmando apurados en Buenos Aires, lejos de la gente que dicen representar.
¿Y la izquierda? Intenta reeditar su clásico Frente de Izquierda, con la dignidad de al menos mantenerse fiel a su línea, pero sin capacidad real de disputar poder en una provincia completamente copada por los que juegan a las alianzas como si fueran figuritas. Cuatro alianzas, sí. Pero ninguna discute en serio cómo salir de la precarización del trabajo, de la crisis habitacional, de la dependencia de Nación, del abandono sanitario en el Alto Valle o del deterioro de la educación pública. Ninguna. Todos hablan de “defender a Río Negro”, pero la defienden con las mismas herramientas rotas que nos trajeron hasta acá.-
¿Querés votar distinto? Mala suerte. Porque lo que hay es una oferta cerrada de cinismo, miseria y auto indulto. Una política podrida que se autoprotege y se recicla como cloaca tapada: los mismos de siempre, disfrazados de novedad, vendiéndonos humo con olor a naftalina. Y lo peor: lo hacen con total impunidad, porque saben que la bronca no alcanza para barrerlos. No hay propuestas, no hay coraje, no hay vergüenza. Solo hay hambre de cargos y desprecio por la gente.
Lo llaman democracia, pero es un simulacro. Una estafa que reparten cada cuatro años con la cara dura de los que ya no tienen ni miedo ni dignidad. Río Negro no se merece esto. Pero ellos sí se merecen el repudio más feroz. Que la gente, algún día, les dé la espalda como ellos le dieron la espalda a la provincia. Mientras tanto, elegí tranquilo: arroz blanco tibio, arroz blanco frío, arroz blanco pasado o arroz blanco vencido. El delivery corre por cuenta de los mismos inútiles de siempre. Buen provecho.-
Javier Genoud, DNI 17506130
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